Carbono lábil como un indicador de cambios en dos suelos bajo diferentes usos
The labile Carbon as indicator of changes in two soils under different uses
Milagros Ginebra Aguilar,I Ms.C. Mirelys Rodríguez Alfaro,I Bernardo Calero Martin,I Dr.C. Daniel Ponce de León,II Dra.C. Lisbet Font VilaIII
IInstituto
de Suelos, Autopista Costa-Costa, km 8½., Apdo. 8022, CP 10 800, Capdevila,
Boyeros, La Habana. Cuba.
IIFacultad de Agronomía, Universidad Agraria de
La Habana. Cuba.
IIIFacultad
de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Camagüey. Cuba.
RESUMEN
La materia orgánica en el suelo es un componente clave en la reserva y ciclo del carbono. En condiciones naturales el carbono se incorpora al suelo a través del aporte continuo de material orgánico; sin embargo, existen prácticas de uso de la tierra que generan una disminución del carbono orgánico en el tiempo, a la vez hay prácticas de uso sostenible que favorecen su captura y acumulación. La determinación de fracciones lábiles de carbono orgánico del suelo, constituye una práctica frecuente para evaluar cambios en la calidad de la materia orgánica bajo distintos manejos. Se comparó el contenido de carbono lábil (COSL) en la capa 0-20 cm de un suelo Ferralítico Rojo Típico con el de un Ferrítico Rojo Oscuro Típico, sometidos a tres usos del suelo (sin explotación, cultivo diversificado y cultivo intensivo). La extracción del COSL se realizó por oxidación con permanganato de potasio a 0,02 mg L-1 y las determinaciones se hicieron colorimétricamente. Se encontró que independientemente del uso, el contenido de COSL fue superior en el suelo Ferralítico que en el Ferrítico y que para ambos suelos los contenidos disminuyeron en las áreas bajo cultivo intensivo con relación a las áreas sin explotación; además, en el sistema diversificado, donde se aplican principios de Manejo Sostenible de Tierras, este indicador tiende a recuperarse. Estos resultados sugieren la inclusión de la determinación del COSL, como indicador de alerta del efecto de los usos del suelo sobre su calidad.
Palabras clave: materia orgánica, suelo, fertilidad, propiedades biológicas.
ABSTRACT
The soil organic matter is an essential component in the reserve and carbon cycle. The carbon in the soil is incorporated to the continuous contribution of organic material in natural conditions, however, the land´s practice generates the organic carbon decrease while sustainable practices of land use contributes to its capture and accumulation. A frequent practice for evaluating changes of the organic matter quality under different managements is the determination of labile fractions of soil organic carbon. The content of Labile Soil Organic Carbon (COSL) was compared on the soil layer 0-20 cm of a soil Ferralítico Rojo Típico from Ciego de Ávila with a Ferrítico Rojo Oscuro from Camagüey were undergone to three uses of the soil: Without exploitation, diversified and intensive crop cultivation. COSL extraction was performed by oxidation with potassium permanganate (0,02 mg L-1) and the determination was made by colorimetry. Independently the use, the content of COSL is higher on the Ferralític soil than on the Ferrítico one but in both the contents decreased in the areas under intensive cultivation in relation to the ones without any exploitation. In addition to this, in the diversified systems, based on Lands Sustainable Management, this indicator tends to recover. These results suggest the inclusion of the determination of the COSL, as an alert indicator on how the soil´s uses affect the quality of them.
Key words: organic matter, soil, fertility, biological properties.
INTRODUCCIÓN
En los últimos
50 años las emisiones de CO2 hacia la atmósfera se han incrementado,
lo que ha estado condicionado, entre otros factores, por el paso de los ecosistemas
naturales a sistemas de producción agrícola (1).
En los suelos se encuentran tres formas básicas de carbono: elemental,
inorgánico y orgánico. El carbono orgánico es el principal
elemento que forma parte de la materia orgánica del suelo (2, 3), la
que constituye un importante reservorio o fuente emisora de carbono hacia la
atmósfera, influyendo por tanto en el ciclo global de este elemento (1).
En condiciones naturales, el carbono de la materia orgánica se incorpora
al suelo a través del aporte continuo de material orgánico, principalmente
de origen vegetal (3). En este caso el flujo de carbono orgánico del
suelo es influenciado por el clima, tipo de suelo, cobertura vegetal existente,
entre otros factores (4, 5). Sin embargo, en ecosistemas bajo explotación
agropecuaria, a los factores mencionados, se le suma con particular relevancia,
la influencia de los diferentes usos de la tierra a que se encuentran sometidos
(4, 6).
La materia orgánica del suelo, bajo manejos conservacionistas, se incrementa,
relacionándose positivamente con la conservación de la estructura
de los suelos (7), el ciclo de nutrientes y el secuestro de carbono (1, 8, 9).
El manejo agrícola intensivo promueve la degradación del suelo
y la liberación de carbono hacia la atmósfera con la consecuente
pérdida de nutrientes y disminución de la fertilidad (2, 10).
La mayor parte del carbono orgánico presente en los suelos está
en formas recalcitrantes o humificadas (11). Desde el punto de vista productivo
y de la calidad del suelo, el carbono orgánico total presente en la materia
orgánica, es menos susceptible a los efectos de las prácticas
agronómicas a corto plazo, donde toma mayor importancia la razón
de descomposición (12, 13). La cuantificación de fracciones más
sensibles de carbono orgánico en el suelo podría proveer mejor
información de los efectos a los cambios de manejo (2, 14), ya que estas
fracciones son usadas por los microorganismos del suelo para su actividad metabólica
y la transformación a compuestos más complejos (10).
La sensibilidad de las fracciones de carbono orgánico lábil o
activo del suelo (COSL), a los cambios de manejo del suelo a corto
plazo, puede estar dada por su estrecha relación con el carbono orgánico
total, el carbono de la biomasa microbiana y la materia orgánica particulada,
lo que indica la posibilidad de su determinación para medir la calidad
del suelo (11, 15).
La oxidación con permanganato de potasio (KMnO4), puede separar
el carbono orgánico en activo y poco activo (16). La cantidad de carbono
obtenida por la oxidación de suelo con KMnO4 a bajas concentraciones
es considerada como un recurso efectivo en la cuantificación del COSL
(11, 17, 18), esta fracción además se relaciona estrechamente
con propiedades biológicas, físicas y químicas de diferentes
tipos de suelos (16).
En el trabajo se evalúa el efecto de tres usos del suelo (sin explotación,
cultivo diversificado y cultivo intensivo) en dos tipos de suelos, un Ferralítico
Rojo Típico en la provincia de Ciego de Ávila y un Ferrítico
Oscuro Rojo Típico en la provincia de Camagüey, sobre la concentración
de COSL.
MATERIALES Y MÉTODOS
El trabajo se
realizó entre los años 2011 y 2013, en el Instituto de Suelos
del Ministerio de la Agricultura con apoyo de La Unidad de Ciencia y Técnica
de Base de Suelos en Camagüey.
Las áreas de estudio se localizaron en dos Empresas de Cultivos Varios,
una en el municipio Sierra de Cubitas, perteneciente a la cuenca hidrográfica
“La Guanaja”, al norte de la provincia de Camagüey y la otra en el municipio
Ciego de Ávila, perteneciente a la cuenca hidrográfica “Limpiolargo”,
en la provincia Ciego de Ávila.
Los suelos estudiados fueron un Ferrítico Rojo Oscuro Típico,
en la provincia de Camagüey y un Ferralítico Rojo Típico
en Ciego de Ávila, según la Nueva Versión de la Clasificación
Genética de los Suelos de Cuba (19).
Se seleccionaron tres usos para cada tipo de suelo (Tabla
I).
El muestreo de suelo se realizó por el método de entramado al
azar de puntos en forma longitudinal (20), y se estudió un área
de 1 ha para cada una de las variantes. Se tomaron 10 muestras compuestas a
una profundidad de 0 a 20 cm, a la misma vez para cada una de las variantes,
en el momento de la cosecha del cultivo de la papa.
Determinación
de carbono lábil
Las determinaciones de COSL se realizaron en los laboratorios del
Instituto de Suelos del Ministerio de la Agricultura, tomando como referencia
la metodología colorimétrica de oxidación con permanganato
de potasio (11).
A 5 g de las muestras de suelo tamizadas por 1 mm y conservados a temperatura
ambiente, se le añadió una solución de permanganato de
potasio (KMnO4) a una concentración de 0,02 mg L-1,
con pH 7,2. Se agitó en una zaranda orbital por 15 minutos a 200 rpm
y luego se centrifugó por cinco minutos a 3000 rpm. Posteriormente se
filtró el líquido sobrenadante con papel de filtro semirrápido,
se tomó una alícuota de 0,5 mL y se diluyó en 25 mL de
agua destilada. Se trabajó con tres réplicas por muestras de suelo.
Las determinaciones se realizaron en un espectrofotómetro ultravioleta-visible
(T-160) a una longitud de onda de 565 nm.
Análisis estadístico
Se asumió un comportamiento no lineal de las variables y se desarrollaron
análisis estadísticos no paramétricos, dadas las restricciones
en el diseño experimental.
Se realizó un análisis de varianza no paramétrico con dos
factores: A, tipo de suelo y B, uso del suelo; se consideraron dos niveles para
el factor A y tres niveles para el factor B y se analizó la interacción
entre los factores. La variable respuesta fue el COSL. Se utilizó
la prueba H de Kruskal-Wallis, como criterio de diferencia entre las medianas
con un 95 % de confiabilidad, la salida gráfica de esta prueba muestra
gráficos de cajas y bigotes que ilustran la agrupación de los
valores de COSL analizados, destacando en línea oscura la
mediana de la población de datos. Para definir si el COSL,
mostraba diferencias significativas entre cada uno de los pares de muestras
independientes, conformados por las seis combinaciones de suelo y uso, se empleó
la prueba U de Mann-Whitney.
El procesamiento se realizó mediante el paquete R Stats (21), compilación
R 2.14.1 sobre Ubuntu 12.04.1.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Valores
de carbono orgánico lábil del suelo, para cada combinación
de tipo y uso de suelo
Los valores de COSL y su dispersión para cada una de las variantes,
se muestran en la Tabla
II.
Los valores de COSL se encuentran dentro de los rangos encontrados
por otros autores, utilizando la misma metodología, para diferentes escenarios
edafoclimáticos (11, 22, 23, 24, 25). Estos autores plantean la eficiencia
de la determinación del COSL, a partir de la oxidación
con permanganato de potasio
y refieren la coincidencia que muestran sus resultados, con otros indicadores
de calidad en el suelo.
Variación del contenido de carbono orgánico lábil
según el tipo de suelo
Los suelos Ferríticos
y Ferralíticos presentan muchas similitudes, ya que poseen un desarrollo
avanzado en su génesis, son profundos y el color rojo predomina en su
perfil; sin embargo, presentan propiedades químicas, físicas y
biológicas que permiten separarlos (26) y condicionan las diferencias
encontradas en los valores de COSL, obtenidos en cada tipo de suelo.
Los valores de COSL en el suelo Ferrítico fueron inferiores
a los obtenidos en el Ferralítico, independientemente del uso del suelo
a que fueron sometidos (Figura
1); lo que se relaciona, con la menor fertilidad del suelo Ferrítico
Rojo Oscuro Típico, con respecto a la del Ferralítico Rojo Típico
(10). Este hecho coincide con varios autores quienes encontraron que el COSL
se asocia a la fertilidad (27).
Los bajos contenidos
de COSL de los suelos Ferríticos, resultan coherentes con
el fuerte proceso de intemperismo que ha provocado un lavado casi total de las
bases del suelo, dejando una alta cantidad de óxido de hierro III (Fe2O3)
y condicionando su baja fertilidad. Este resultado, se asocia además
con las características físicas de estos dos tipos de suelos,
donde los suelos Ferríticos presentan un gran empobrecimiento de arcillas,
con altos contenidos de perdigones de hierro, mientras que los Ferralíticos
cuentan con una buena estructuración que tiende a la formación
de agregados estables (26).
Por otra parte, los mayores niveles de COSL, en el suelo Ferralítico
en comparación con el Ferrítico, están influenciados por
el contenido de materia orgánica presente en estos suelos, determinados
por la cantidad y calidad de biomasa que se incorpora (28). Por lo general los
suelos Ferríticos presentan una baja calidad biológica (10, 26),
lo que hace que el proceso de mineralización de la materia orgánica,
estrechamente vinculado a la actividad de los microorganismos se dificulte (23),
con la consecuente disminución del COSL. Este proceso se encuentra
estrechamente asociado a que la rizodeposición de las especies involucradas
afecta la calidad de la biota edáfica ya dependiente de otros factores
edáficos, sobre todo en manejos que involucran especies muy diferentes
de las nativas (9), como es el caso de las variantes S1M2 y S1M3.
Es importante destacar que las formas de material orgánico más
encontradas en los suelos Ferríticos son las huminas, mientras que en
los suelos Ferralíticos son los compuestos húmicos poco polimerizados
y de baja estabilidad al ataque microbiano (10), algunos de los cuales son susceptibles
de ser oxidados con KMnO4.
Influencia del uso del suelo sobre el carbono orgánico lábil
Se encontraron diferencias significativas en los contenidos de COSL,
entre los tres usos analizados, independientemente del tipo de suelo donde se
encontraban establecidos (Figura
2).
En el área
utilizada como referencia, suelos sin explotación, se alcanzan los mayores
contenidos de COSL (Figura 2), lo cual coincide con lo planteado
por otros autores (6, 29). La principal causa de la pérdida de carbono
orgánico en los suelos es el paso de ecosistemas conservados a agroecosistemas,
lo cual se puede medir a partir de la presencia de COSL, al constituir
esta una fracción sensible a los cambios provocados por el uso de la
tierra, y su estrecha relación con las propiedades físicas, químicas
y biológicas, que determinan la capacidad productiva de los suelos (30,
31).
Los valores de COSL en las áreas de cultivos diversificados,
independientemente del tipo de suelo, fueron mayores que en las de cultivos
intensivos (Figura 2),
las variaciones del COSL dependen de la intensidad de la explotación
del suelo y de las medidas aplicadas para su conservación (32). En este
sentido se destaca que la especialización de los sistemas agrícolas
provoca una pérdida considerable de COSL, lo cual ha sido
referido por varios autores (6, 29).
En investigaciones recientes se ha demostrado que el COSL, se relaciona
con el contenido de materiales orgánicos añadidos al suelo (15,
33), lo que podría explicar los altos contenidos de esta fracción
registrados en áreas de cultivos diversificados, donde se aplica compost
de estiércol vacuno, en comparación con las variantes de cultivos
intensivos, donde la fertilización es solamente mineral (Figura
2). La fertilización mineral y orgánica provoca cambios en
los contenidos de COSL, aunque los incrementos más significativos
de esta fracción de carbono en el suelo se aprecian en la combinación
de fertilizantes orgánicos y minerales (25).
De manera general, estos resultados ratifican que el uso del suelo en cultivo
intensivo de papa, sin aplicación de abonos orgánicos ni otras
prácticas de conservación del suelo, puede ser causa de la disminución
de los contenidos de COSL. Otros usos más conservacionistas
como el de cultivos diversificados, favorecen las cantidades de COSL
(34). Estos resultados sugieren que este indicador es sensitivo para evaluar
los cambios producto de la utilización del suelo (18).
Efecto de la combinación del uso y el tipo de suelo, sobre el
carbono orgánico lábil de suelo
Al analizar la interacción entre el tipo de suelo y su uso, se encuentran
diferencias significativas entre cada variante, para cada suelo en estudio (Figura
3).
Al comparar los contenidos de COSL en las variantes estudiadas, para
cada tipo de suelo, se observa que los contenidos de COSL en suelos
con cultivos diversificados (S1M2 y S2M2), son mayores que en los suelos donde
se cultiva de forma intensiva (S1M3 y S2M3). Este resultado puede estar asociado
a la aplicación de principios de manejo sostenible de la tierra, los
cuales no inciden con igual intensidad sobre ambos suelos.
La recuperación
del suelo Ferrítico Rojo Oscuro Típico fue superior a la del Ferralítico
Rojo Típico (Figura
3). Este fenómeno se intensificó, en función de que
en los suelos frágiles, desde el punto de vista ecosistémico,
la explotación continuada con especies exóticas implica un daño
mayor, como también una recuperación más lenta cuando se
restablecen las especies nativas (35).
La variación de los contenidos de COSL a las prácticas
de manejo en la variante de uso de cultivos diversificados, coincide con autores
que refieren el rápido incremento de la fertilidad del suelo Ferrítico
Rojo Oscuro Típico, con aplicación de abonos orgánicos,
lo cual se puede constatar por el aumento de las producciones. Este aumento
de fertilidad se hace más notorio debido a la baja fertilidad natural
de estos suelos (26). La menor recuperación del COSL en el
suelo Ferralítico Rojo Típico, frente a similares prácticas
de manejo en otros suelos, resulta consecuencia de un proceso histórico
de su sobre explotación (26, 36, 37). En estos suelos se manifiesta un
aumento progresivo de su densidad aparente, relacionada estrechamente con la
pérdida de COS. Por otra parte, debido a su continua roturación
y cultivo, estos suelos han sido expuestos a una pérdida sustancial y
es difícil recuperar sus contenidos del humus (9, 26).
CONCLUSIÓN
Los contenidos del carbono orgánico lábil, resultan sensibles como indicador de cambios en el suelo generados por la implementación de diferentes usos del suelo.
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Recibido: 5 de
marzo de 2014
Aceptado: 3 de julio de 2014
Milagros Ginebra Aguilar, Instituto de Suelos, Autopista Costa-Costa, km 8½., Apdo. 8022, CP 10 800, Capdevila, Boyeros, La Habana. Cuba. Email: investigacion12@isuelos.co.cu