Las ferias de agrodiversidad en el contexto del fitomejoramiento participativo–programa de innovación agropecuaria local en Cuba. Significado y repercusión
The
fairs of agrobiodiversity in the context of participatory plant breeding-Local
Agricultural Innovation Program in Cuba. Meaning and impact
Dr.C. Rodobaldo Ortíz Pérez,I Dra.C. Sandra Miranda Lorigados,I Dra.C. Odile Rodríguez Miranda,I Ms.C. Victor Gil Díaz,II Ms.C. Maiquel Márquez Serrano,III Dr.C. Francisco Guevara HernándezIV
IInstituto
Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), gaveta postal 1, San José
de las Lajas, Mayabeque, Cuba, CP 32700.
IICIAP, Universidad Central, Villa Clara. Cuba.
IIIUniversidad de Pinar del Río, Cuba.
IVUniversidad Autónoma de Chiapas (UNACH).
RESUMEN
El proyecto de Fitomejoramiento Participativo (FP) primero, devenido en el Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL), se ha caracterizado por contar con un elemento común, centro de su accionar: la permanente, real y activa participación del campesinado en el fortalecimiento de la innovación agropecuaria, propiciando el libre acceso de estos a la agro-biodiversidad. Las potencialidades del FP-PIAL como una alternativa capaz de estimular la diversificación de la producción, el mejor manejo de la biodiversidad agrícola y el aumento de los rendimientos han sido demostradas a partir de las evidencias aportadas durante los últimos años. Al cierre del año 2011, el PIAL ha apoyado la celebración de más de 680 ferias. Puede decirse que, a través de las Ferias de Agrobiodiversidad, se ha facilitado la creación de una amplia red solidaria de agricultores para el beneficio ambiental, social y económico de las unidades productivas, incidiendo fuertemente en la disponibilidad y autonomía de las semillas y en la seguridad y soberanía alimentaria a nivel comunitario. Se conoce que más de 19,500 personas, entre ellos productores y técnicos, han asistido evaluado y contribuido con la diseminación de la diversidad de especies y variedades expuestas en las ferias celebradas en 45 municipios de diez provincias. Considerando el número de participantes en las ferias y tomando en cuenta que el promedio de variedades seleccionadas por participante en las mismas ha sido de cinco, puede concluirse que han sido distribuidas más de 97 500 muestras de semillas.
Palabras clave: biodiversidad, diseminación de semillas, participación de agricultores.
ABSTRACT
Participatory Plant Breeding Project (FP) first was developed into the Program of Local Agricultural Innovation (PIAL). Later, it was characterized for possessing a common and central element the constant, real and active participation of the peasantry in strengthening agricultural innovation, promoting free access to their agrobiodiversity with a concept of sustainable agricultural production, based on agroecological principles. The FP-PIAL potential as an alternative capable of stimulating the diversification of production, the better management of the agricultural biodiversity and the increase of the yields have been demonstrated from the evidences provided in the last years. At the end of 2011, the PIAL has supported the holding of more than 680 fairs. It can be said that through Agrobiodiversity Fairs, the creation of a farmers’ wide solidary network for the environmental, social and economic benefit of the productive units has been facilitated. This affected strongly in the availability and autonomy of seeds and in the safety and food sovereignty at the Community level. According to existing records, more than 19 500 people including producers and technicians have attended, evaluated and contributed with the dissemination of the diversity of species and varieties exposed in the fairs celebrated to 45 municipalities of ten provinces. Considering the number of participants in the markets and taking into account that the average of varieties selected per participant was five, it can be concluded that 97,500 seed samples of approximately 2 000 accessions.
Key words: biodiversity, seed dissemination, participation of farmers.
INTRODUCCIÓN
El proyecto de
Fitomejoramiento Participativo (FP) primero (2001 al 2006), devenido en el Programa
de Innovación Agropecuaria Local (PIAL), después (2007 al 2011);
se ha caracterizado por contar con un elemento común, centro de su accionar,
la permanente, real y activa participación del campesinado en el fortalecimiento
de la innovación agropecuaria, propiciando el libre acceso de estos a
la agrobiodiversidad con una concepción de producción agrícola
sostenible sobre la base de principios agroecológicos. Las potencialidades
del FP-PIAL como una alternativa capaz de estimular la diversificación
de la producción, el mejor manejo de la biodiversidad agrícola
y el aumento de los rendimientos han sido demostradas a partir de las evidencias
aportadas durante los once años de ejecución (1).
De acuerdo con estudios realizados, se ha podido constatar que, en las áreas
de intervención del proyecto, más del 90 % de los agricultores
no utilizaban semillas del sistema formal de manera regular, lo cual apunta
hacia la importancia del fortalecimiento del Sistema Local de Semilla en la
situación actual cubana.
Con el propósito de contar con una diversidad de especies y variedades
de cultivos de importancia económica para el país, para ser puesto
a disposición de los agricultores cubanos, se han realizado colectas
de materiales en diversas localidades en que se ha intervenido durante el proceso
de implementación del proyecto. Estas, unidas a las donaciones recibidas
de varios centros de investigación nacionales e internacionales, han
permitido al proyecto contar con amplias colecciones de trabajo.
Al cierre del año 2011, el PIAL había apoyado la celebración
de más de 680 ferias, en las áreas de intervención del
proyecto. Los agricultores no utilizaban semillas del sistema formal de manera
regular, de donde resulta evidente que las variedades obtenidas a partir de
los diversos programas de mejora no llegaban a la mayoría de dichos agricultores
(2). Por tanto, el mecanismo para que los miles de agricultores en las zonas
de intervención del proyecto tengan acceso a la diversidad agrícola,
han sido, entre otras herramientas, las Ferias de Agrodiversidad ejecutadasA.
Se presenta el significado de las Ferias de Agrodiversidad ejecutadas, el impacto
y repercusión de las mismas dentro de la innovación agropecuaria.
MATERIALES Y MÉTODOS
Las Ferias de
Agrodiversidad en Cuba son aquellos encuentros de agricultores, fitomejoradores,
decidores y otros, que realizadas en el campo, frente a la diversidad en madurez
fisiológica, previamente preparados para tales fines, persiguen el propósito
fundamental de contribuir, a través de la selección participativa
de variedades, líneas, segregantes y otros al mantenimiento e incremento
de la biodiversidad de especies y variedades de cultivos de interés económico
para los agricultores (3).
La Selección Participativa de Variedades (SPV) en las ferias de agrobiodiversidad
se ejecutó en sus inicios, en áreas experimentales del INCA, en
abril de 1999 con la primera feria de maíz, y en abril de 2001, con la
primera feria de frijol. A partir de ese momento, todas las ferias se han llevado
a cabo en fincas y cooperativas fuera del INCA, entre ellas la Segunda Feria
de Maíz, realizada en mayo del 2001 en la CPA “Gilberto León”,
de San Antonio de los Baños, la Habana y la segunda Feria de Frijol,
en diciembre 2001, en la Finca de Pedro Felipe González (Coco) en La
Palma, Pinar del Río. En total, fueron desarrolladas entre 1999 y 2011,
680 ferias de más de 40 especies en 97 localidades pertenecientes a 45
municipios. En las mismas, se determinaron el tipo de especies ofertadas, las
personas seleccionadoras asistentes y el número de variedades escogidas
por seleccionador.
Se realizó un seguimiento, como casos de estudio, de los campesinos participantes
en la primera feria de frijol procedente de La Palma, así como de dos
Cooperativas de Producción Agropecuaria de San Antonio de los Baños,
solicitándoles anualmente una declaración de la diversidad existente
y del rendimiento obtenido en el cultivo de frijol en sus unidades productivas.
En diversas provincias, se encuestó a participantes en ferias y personas
que habían obtenido indirectamente la diversidad para conocer el índice
de diseminación; en algunas localidades se evaluó la diversidad
existente antes y posteriormente a la ejecución de las ferias en el 2001,
2007 y 2011.
Se realizó una encuesta a campesinos de 37 municipios correspondientes
a siete provincias participantes en el FP-PIAL. Evaluando el efecto del proyecto
en 25 indicadores de cinco aspectos generales relacionados con la vida del productor
y su familia (Tabla I)
por medio de una escala de gradación del 1 al 10, los campesinos pudieron
clasificar el desarrollo logrado en cada uno de esos aspectos, antes de iniciar
el proyecto y durante la situación actual, (surgida de la participación
activa por varios años en una forma innovativa relacionada con el campesino
y su familia).
Con la información obtenida en las encuestas, se calcularon los valores
de medianas por cada indicador específico. En todos los casos, se aplicó
la prueba no paramétrica de Kruskal–WallisB, para determinar las diferencias
entre medianas de cada indicador antes
y actualmente.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Participantes
y beneficiados por la ejecución de las ferias. Han participado más
de 19 500 productores en las 680 ferias que se han ejecutado en más de
97 localidades correspondientes a 45 municipios ubicados en 10 provincias. Los
participantes representan casi 13 000 estructuras organizativas productivas,
estos con sus asistencias y participación promovieron que las ferias
resultaran en sucesos comunitarios de gran capacidad para unir a actores locales,
alrededor de la diversificación varietal de cultivos y crear espacios
de aprendizaje colectivo y comunicación multipersonal, impulsando el
ambiente innovativo de las comunidades. El proceso participativo por el cual
los actores locales transforman el conocimiento en valor, es adoptado en este
proyecto como innovación (4); el trabajo interactivo como base del aprendizaje
de las comunidades posibilita la creación de valor, al encontrar soluciones
exitosas a los problemas. Este proceso es complejo y se hace necesario la negociación
y el compromiso de todas las fuerzas.
Sumando la participación de los seleccionadores en ferias, se llega a
la cifra de 19 500 personas en estos 11 años, de las cuales aproximadamente
el 40 % (7 800 personas) repiten su participación en dos ocasiones. De
este modo, se pudo establecer que 15 600 personas a las que se les donó
la diversidad solicitada participaron en las ferias.
Según las encuestas, el primer nivel de diseminación de la semilla
donada a los seleccionadores, está constituido por cuatro personas por
seleccionador (cada productor seleccionador le entregó parte de la diversidad
obtenida a cuatro productores no participantes en las ferias), más de
62 000 productores tuvieron acceso a las variedades seleccionadas directamente
por los participantes en las ferias, por lo tanto, a este nivel, ya son 78 000
los agricultores (15 600+62 400).
Según los encuestados, las personas a las que indirectamente les llegó
parte de la diversidad donada, que se considera el segundo nivel de diseminación,
les han entregado semillas a una o dos personas más, considerando solo
el mínimo. O sea que hasta aquí hay 62 400 nuevos agricultores.
Hasta el segundo nivel de diseminación, se cuenta con más de 140
400 agricultores, a los que les llegan las introducciones seleccionadas en las
cientos de ferias ejecutadas.
Este total de 140 400 agricultores accediendo directa e indirectamente a la
diversidad de variedades expuesta en las ferias (15 600+62 400+62 400) determina
que más de 500 000 personas en los campos cubanos han sido beneficiadas
por la diversidad que se ha diseminado en los proyectos FP-PIAL (5), (los núcleos
familiares promedio de los participantes se estiman que estén integrados
por cinco personas).
Diseminación de la diversidad por la ejecución de las ferias.
Los ejecutores directos e indirectos han manejado más de 85 000 muestras
(680 ferias con 28 seleccionadores promedio y 4,5 muestras entregadas a cada
seleccionador) de más de 2 000 introducciones diferentes de decenas de
especies o cultivos.
Figuran entre los cultivos objeto de las mismas, el frijol, maíz, arroz,
yuca, boniato, tomate, cebolla, garbanzo, sorgo, pastos, soya, trigo, cebada,
lenteja, triticale, caupí, fruta bomba, abonos verdes (canavalia, crotolaria
y mucuna) y de especies forrajeras (morera y leucaena), entre otras.
Como ejemplo, el total de accesiones colectadas y puestas a disposición
de los agricultores en el caso del frijol, maíz y arroz, ascienden a
243 accesiones procedentes de colectas realizadas en fincas de campesinos, 290
accesiones provenientes de diversas colecciones “ex situ” de centros de investigaciones
nacionales (INIFAT, IIA, IIS, INCA, CIAP, UEICAH, EEPFIH, IIAJD) y 226 de instituciones
de otros países (Zamorano y CIAT), equivalente a un total de 759 introducciones
mantenidas por el proyecto y puestas a disposición de los agricultores
en las Ferias de Agrobiodiversidad en estas tres especies (frijol, arroz y maíz).
Se han creado 95 bancos de semillas locales en 28 municipios de las 10 provincias
participantes en el PIAL, que han obtenido la diversidad fundamentalmente de
las ferias ejecutadas. Se defineC el FP como un camino hacia la descentralización,
la participación y el fomento de la biodiversidad en comunidades rurales
pobres. El fitomejoramiento participativo consiste en la colaboración
dinámica entre las instituciones especializadas (nacionales e internacionales)
y los agricultores para aprovechar sus ventajas competitivas. En este método
flexible, que permite experimentar con diferentes tipos de agricultura y variedades
de cultivos, los agricultores tienen un papel activo y las decisiones sobre
selección, intercambio, conservación y multiplicación de
semillas de variedades mejoradas a nivel local son tomadas en equipo, a diferencia
del método clásico, donde las decisiones provienen de los científicos.
Estos bancos locales aseguran los recursos genéticos alimenticios en
las localidades y la replicación de las ferias de agrodiversidad con
los recursos genéticos mantenidos en las localidades (6). El proceso
de valorización de las semillas locales y la creación de bancos
locales de semilla han tenido lugar desde dos lógicas contrapuestas y
retroalimentadas a nivel mundial (7, 8): por un lado, el interés económico
que las multinacionales tienen sobre la biodiversidad y los conocimientos a
esta ligados, ha dado lugar a un proceso de patrimonialización de lo
que estas empresas consideran como recursos genéticos, desde la idea
de ganancia mercantil. Paradójicamente, la dependencia que de la biodiversidad
tienen las multinacionales, ha llevado a alguna de ellas a crear bancos de semillas
locales junto a confederaciones de agricultores industriales, lo cual les permite
a su vez, un lavado de imagen de cara a la opinión pública. Por
otro lado, la creación de bancos de semillas locales y las iniciativas
de preservación de las comunidades indígenas y de agricultores
locales en este sentido, tienen lugar en base a procesos de valorización
de las semillas desde la idea de pérdida. La conciencia de pérdida
y de usurpación de ese patrimonio dispara la valoración del mismo
como tal. Ambos procesos tienen lugar en torno a discursos de legitimación
contrapuestos recreados en torno a las nociones de sostenibilidad, propiedad
intelectual, preservación de la biodiversidad, estos últimos discutidos
apoyan los conceptos aplicados en el PIAL.
Repercusión en el rendimiento de las fincas. Los campesinos
han podido evaluar la totalidad de la biodiversidad en sus fincas, a los fines
de poder decidir qué parte de ella es la que van a emplear. El proceso
de innovación campesina es discutido por ser visto en sus rasgos esenciales
como formando parte, en general, de uno de experimentación similar a
la que llevan a cabo los técnicos de las estaciones experimentales. Lo
realizado por los campesinos tiene rasgos específicos y se diferencia
en parte al accionar de investigadores profesionales, sin existir entre ambos
radicales diferencias. Se discute (9) esta presunción sobre la base de
comparar las visiones del mundo que campesinos e investigadores profesionales
poseen. Es real que el modo de ver las relaciones del hombre con la naturaleza
es distinta para unos y otros. Los campesinos de las culturas agrícolas
originales o alejadas de la alta tecnología no interrogan a la naturaleza
para conocer los secretos de ella, sino que conversan con ella.
Como se observa en la Figura
1, el grupo de casos en estudio, sea el de las ocho fincas de La Palma,
en Pinar del Río o las dos CPA en San Antonio de los baños de
Artemisa, han logrado, luego de su participación en las ferias, mantener
rendimientos satisfactorios en frijol. Estos resultados no solo están
afectados por los nuevos genotipos utilizados, sino por novedosas prácticas
de producción asumidas por los productores, a partir del proceso de aprendizaje,
utilizado en los diversos encuentros interactivos en el que los mismos han participado.
Repercusión en la agrodiversidad en fincas y localidad. Es destacable
en los mismos casos en estudio del inciso anterior, como se logró aumentar
la diversidad a nivel de finca y CPA, lo cual se ha mantenido durante una década.
Casi la mitad de las nuevas variedades utilizadas proceden de otras ferias de
frijol que los agricultores han seleccionado en años posteriores (Figura
2).
Como se observa
en la Figura 3, posteriormente
a la acción del proyecto FP-PIAL a favor de la diseminación de
diversidad en frijoles, en todas las comunidades evaluadas se aumentó
el número de variedades que utilizan los productores. Esta amplitud lograda
ha decrecido pero aún es más del doble de lo encontrado antes
de iniciar la ejecución de las ferias. Luego de una década se
demuestra el efecto multiplicador de las ferias y la experimentación
en las fincas a favor de la diversidad de la localidad (10), la importancia
de la agrobiodiversidad mantenida y producida de forma agroecológica.
Para alcanzar esto, es importante que las políticas públicas promocionen
el uso sostenible de los componentes de la diversidad biológica agrícola,
la conservación in situ, los principios y procesos agroecológicos
y el mejoramiento genético participativo. Así, la conservación
de la agrobiodiversidad local asegura la continua evolución de las plantas
en los sistemas de cultivo y también el proceso de adaptación
a diferentes ambientes.
Evaluación del efecto por los beneficiados directos. En la Tabla
II se presenta la significación de las diferencias entre los valores
dados por los campesinos antes de iniciarse el proyecto y después de
diez años de participación; del indicador sistema productivo con
sus diez indicadores específicos, solo no es significativo el uso de
semilla certificada. Los dos indicadores específicos son altamente significativos
sobre el bienestar, lo que indica que la situación actual es positiva
respecto a la existente en el año 2001.
En lo relativo a la equidad en la familia campesina, se observa un desarrollo
favorable en los seis indicadores específicos, siendo todavía
el aspecto de mujeres líderes en organizaciones algo que debe mejorarse,
aunque es significativamente favorable con respecto al 2001.
Sobre el
importante indicador de influencia sobre la comunidad de los campesinos, estos
en los tres aspectos específicos evaluados, reportaron diferencias altamente
significativas en la interacción con otros campesinos; se manifestó
una amplia interacción entre productores de la comunidad y de comunidades
alejadas, un gran aumento de la capacidad del agricultor en trasmitir conocimiento
y un destacado efecto o influencia de los campesinos en los sistemas productivos
que se aplican fundamentalmente en la localidad, todo lo cual crea un empoderamiento
de los agricultoresD (11). Se define el empoderamiento como un proceso en el
que las personas marginadas social, política, cultural y económicamente,
van adquiriendo colectivamente control sobre sus vidas, sobre los procesos y
dinámicas determinantes de la exclusión en la que se encuentran.
Este proceso de control les otorga un poder que les permite alterar a su favor
los procesos y estructuras de los diversos ámbitos contextuales que les
mantenían en una condición de subordinación-marginación.
Todo lo cual está en correspondencia con lo aportado por la FAO en ese
sentido (10), donde se propone una serie de beneficios y ventajas que pueden
derivarse de la acción organizada de los campesinos, a) participación
en la toma de decisiones; b) obtención de logros salariales; c) acceso
a los mercados de productos; d) acceso a los mercados de insumos; e) acceso
a los mercados financieros; f) acceso a la tecnología; g) mejor aprovechamiento
de la infraestructura; h) mayor acceso a los servicios sociales; i) canal de
cooperación; j) satisfacción de las necesidades de relación
y comunicación colectiva; k) permanencia cultural.
La evaluación participativa en la que los actores implicados en el proyecto,
desde miembros de equipo del proyecto hasta miembros de la población
afectada, tienen una oportunidad para ofrecer sus comentarios y sugerencias
sobre el mismo y, si procede, para influir en su desarrollo y proyectos futuros
(12). Más allá de esto, también evalúa el nivel
de implicación de los actores y la forma en que se ha implementado la
estrategia para la participación.
Sobre los cuatro indicadores relacionados con el manejo agroecológico,
los encuestados consideraron que el efecto es muy amplio; antes casi no trabajaba
sobre actividades de conservación del suelo, no se efectuaban manejos
agroecológicos de los cultivos, ni tampoco manejo ecológico de
las plagas, casi toda la lucha era en base a químicos con gran riesgo
para la vida y el ecosistema y los métodos de preparación del
suelo no eran adecuados para la salud del mismo.
En la Figura 4 se observa
claramente que en los aspectos relacionados con el efecto en la comunidad y
el manejo agroecológico casi se triplican los efectos en los indicadores
específicos, todo lo cual aparece en otros artículosE.
Ellos definen que la promoción de la producción ecológica
no solo debe guardar una meta netamente comercial ni tampoco una social, sino
buscar la articulación de las dimensiones económica y social necesarias
para el desarrollo sostenible, aun buscando esta articulación, es necesario
que la misma se acompañe de un proceso de incidencia en política
pública en las autoridades locales, ya que de nada servirá si
es que no existen políticas para su desarrollo.
Desde el proyecto, la misma participación de la comunidad campesina en
actos públicos y espacios de concertación significa su identificación
a nivel local, dando apertura a escenarios favorables para su futura participación
sin el proyecto. Las autoridades han volteado a ver el rol de las comunidades
campesinas en los procesos de desarrollo local.
Se observa un alto impacto en los indicadores relacionados con los sistemas
productivos; en lo relacionado con insumos no se considera un crecimiento tan
alto como en los otros indicadores, lo cual es positivo buscando un sistema
más sostenible. En el caso del uso de semilla certificada, no hay impacto
ya que el sistema formal aún no llega a las localidades. El impacto en
el bienestar de la familia según los encuestados se ha triplicado; también
todo lo relacionado con la vivienda y el consumo alimenticio de la familia.
De los seis aspectos relacionados con la equidad, se ve que todavía los
del enpoderamiento económico y la presencia de líderes locales
femeninas tienen potencial para mejorar.
La forma de proceder establecida en el PIAL, determina un nuevo modo de innovación
agropecuaria local, partiendo de una amplia participación de los productores
en las decisiones que posibilitan un positivo impacto en la innovación
local agropecuaria, en base a la creación de una plataforma multiactoral
coordinada por los gobiernos locales con la participación de los grupos
campesinos (13). En la evaluación integral se observa que las acciones
de FP han fortalecido la seguridad alimentaria de las poblaciones metasF (14).
Está demostrado la efectividad de la intervención por el beneficio
que han obtenido las fincas y las comunidades (6, 15, 16, 17).
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Aceptado: 4 de marzo de 2015
Dr.C. Rodobaldo Ortíz Pérez, Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), gaveta postal 1, San José de las Lajas, Mayabeque, Cuba, CP 32700. Email: rortiz@inca.edu.cu