Nocividad de los insectos de la familia Scarabaeidae asociados a las plantaciones de guayabo (Psidium guajava Lin.)
Nocividad de los insectos de la familia Scarabaeidae asociados a las plantaciones de guayabo (Psidium guajava Lin.)
Ioan A. Rodríguez Santana,I Maria L. Sisne Luis,I Roberto E. Izquierdo Martinez,I Alhagie Sainey Cham,I Ivadys Rodríguez Sánchez,II Juan C. Nápoles ArceII
IUniversidad
de Ciego de Ávila, Cuba.
IIEmpresa Agroindustrial, Ceballos, Cuba.
RESUMEN
La presente investigación se realizó en la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) “Wilber Segura”, perteneciente a la Empresa Agroindustrial Ceballos, en el período del 12 al 20 de marzo del año 2012. Los elementos evaluados sirvieron de base para determinar la nocividad de los insectos de la familia Scarabaeidae asociados a las plantaciones de guayabo (Psidium guajava Lin.) con la implementación de un manejo fitosanitario adecuado que garantice el incremento de la vida útil y rendimiento del cultivo; para ello se examinó el número de larvas que inciden en el sistema radical de la planta y se diseñó una metodología de diagnóstico para evaluar la afectación provocada por los escarabajos. Los resultados obtenidos demuestran que existe relación entre el número de larvas m-2 en el sistema radical de cada planta, con los síntomas manifestados en el área foliar respecto a la pérdida de pigmentos de clorofila y aumento de carotenoides. A medida que aumenta el grado de afectación, incrementa el número de larvas m-2, las plantas de grado 0 alcanzaron 3 larvas m-2, las de grado 1 de 4 a 16 larvas m-2, grado 2 de 17 a 30 larvas m-2, grado 3 de 31 a 34 larvas m-2 y las de grado 4 de 35 a 37 larvas m-2. A medida que aumenta el grado de afectación disminuye el número de hojas totales y verdes, y aumenta el número de hojas afectadas. La masa de ramas y raíces disminuye a medida que se incrementa el número de larvas m-2.
Palabras clave: escarabajos, insectos dañinos de la raíz.
ABSTRACT
This research was conducted in the Basic Unit of Cooperative Production (UBPC) “Wilber Segura” belonging to the Empresa Agroindustrial Ceballos, in the period from 12 to 20 March 2012. The evaluated items were the basis for determining the harmfulness of insects associated Scarabaeidae plantations guava (Psidium guajava Lin.) with the implementation of a management that ensures appropriate plant increased life and crop yield; for this the number of larvae that affect the root system of the plant and a diagnostic methodology was designed to assess the involvement caused by beetles was examined. The results show that there is a relationship between the number of larvae m-2 in the root system of each plant, with symptoms manifested in leaf area compared to a loss of pigment chlorophyll and carotenoids increased. As you increase the degree of damage, increases the number of larvae m-2, plants grade 0 reached three larvae/m-2, the grade 1 from 4 to 16 larvae m-2, grade 2 from 17 to 30 larvae m-2, grade 3 from 31 to 34 larvae m-2 and grade 4 from 35 to 37 larvae m-2. A increasing the degree of damage decreases the number of total and green leaves, and increases the number of leaves affected. The mass of roots branches and decreases as the number of larvae m-2 increases.
Key words: beetles, root eating insects.
INTRODUCCIÓN
La guayaba (Psidium
guajava L.), es una planta muy apreciada en todo el mundo por su agradable
sabor. Es oriunda de América tropical con su centro de origen entre México
y Perú. En Cuba existía ya desde el descubrimiento de América
por los españoles (1). Es una fruta muy apreciada por ser una de las
más completas en nutrientes, ya que sus contenidos de vitaminas A, B1
y B2 son altos y el de vitamina C es dos veces mayor que en la naranja; los
niveles de aminoácidos esenciales como el triptófano, la lisina
y la metionina, son muy altos; es rica en taninos, además de poseer propiedades
como astringente intestinal. El consumo como fruta fresca es cada vez más
recomendado por nutricionistas y dietistas.
La provincia de Ciego de Ávila se ha trazado grandes metas, una de las
de mayor importancia es incrementar el plan de desarrollo de frutales que incluye
este cultivo, fundamentalmente con la variedad EEA 18-40 (Enana Roja Cubana)
que se ha plantado, principalmente, bajo la tecnología de propagación
por esquejes; sin embargo, estas plantaciones de las que inicialmente se esperaba
que tuvieran una vida productiva de cinco años, se han visto grandemente
afectadas por ataques de plagas, provocando que no sobrepasen los tres años
(2).
Entre las plagas que han contribuido a la disminución de la producción
del cultivo y su vida útil se encuentran los insectos de la familia Scarabaeidae,
comúnmente llamados chicharrones, gallegos o gusanos blancos, entre otros;
sin embargo, no se conoce con exactitud la magnitud de los daños que
realizan estos insectos en las plantaciones de manera general. Aunque en Sinaloa
(México) se han observado adultos de C. sinaloae alimentándose
de frutos de guayaba durante la mañana (3), las mayores afectaciones
se producen en las raíces y los daños se manifiestan en el follaje
de las plantas; por ello, en esta investigación se busca relacionar el
número de larvas de gusano blanco que inciden en el sistema radical del
guayabo (Psidium guajava Lin.) con los síntomas que se manifiestan
en la anatomía del cultivo en las condiciones de la Empresa Agroindustrial
Ceballos, para la implementación de un manejo fitosanitario adecuado
que garantice el incremento de la vida útil y rendimiento del cultivo.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación
se realizó en la UBPC “Wilber Segura”, ubicada en la finca “Casualidad”,
del poblado de Ceballos, ubicado aproximadamente a los 21°56’ Norte y 78°44’
Oeste, en el municipio de Ciego de Ávila, Cuba, en el período
comprendido del 12 al 20 de marzo del año 2012, en plantaciones de guayabo
de la variedad Enana Roja Cubana (EEA 18-40), en 4,78 ha de extensión,
plantadas en enero del año 2009 sobre un suelo Ferralítico Rojo,
con un marco de plantación de 7,0 x 1,50 m para una población
de 4551 plantas.
Para determinar los efectos de las larvas de gusano blanco sobre el guayabo
(Psidium guajava, Lin), variedad Enana Roja Cubana (EEA 18-40), se
procedió a elaborar una escala de cinco grados por observación
visual de las afectaciones presentes en el follaje de las plantaciones de este
cultivar en el área experimental, teniendo en cuenta que los daños
al sistema radical del cultivo modifican su morfofisiología, provocando
un síntoma conocido como “guayabo rojo”, “hoja roseta”, “guayabo cenizo”,
“nematodos”, entre otras denominaciones, donde en las plantas afectadas los
brotes toman una apariencia raquítica, la corteza del tronco y las ramas
se tornan grisáceos y no es desprendible (un árbol sano se descascara
constantemente al ir creciendo), con escasos crecimientos vegetativos y poca
o nula producción, las hojas se tornan más pequeñas y adoptan
un color rojizo (4).
Teniendo en cuenta estos elementos se ubicaron las plantas en una escala de
cinco grados:
Grado 0– plantas con el 100 % de las hojas sanas y coloración verde.
Grado 1– plantas que poseen hasta el 25 % de las hojas afectadas y coloración
que varía entre verde rojas, rojas y amarillas.
Grado 2– plantas que poseen entre el 26 y 50 % de las hojas afectadas y coloración
que varía entre verde rojas, rojas y amarillas.
Grado 3– plantas que poseen entre el 51 y 75 % de las hojas afectadas y coloración
que varía entre verde rojas, rojas y amarillas.
Grado 4– plantas que poseen más del 75 % de las hojas afectadas y coloración
que varía entre verde rojas, rojas y amarillas.
Se tomaron 10 plantas de cada grado, de una forma homogénea en todo el
campo, por la metodología de Bandera Inglesa, para un total de 50 y se
realizaron calicatas de 1 m2 de área, tomando como centro el tronco de
la planta, con una profundidad de 0,30 m y se colectaron las larvas de insectos
de la familia Scarabaeidae encontrados, en bolsas de polietileno, así
como las raíces gruesas y finas presentes.
En cada una de la plantas seleccionadas se procedió a evaluar diferentes
parámetros anatómicos, como el número total de hojas por
escala de colores (hojas verdes, verde rojas, rojas y amarillas) en plantas
de guayabo con diferentes grados de afectación; la masa de ramas del
tercer nivel de las plantas, ubicando las mismas del tronco hacia arriba, las
cuales se cortaron y colectaron en sacos y se trasladaron a los laboratorios
de química y entomología de la UNICA, donde se determinó
su masa, mediante una balanza digital Marca Sartorius, para las ramas y raíces
gruesas, así como la masa de las raíces finas, colectadas en el
área de cada calicata.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El número total de larvas m-2 alrededor del sistema radical de las plantas evaluadas se muestra en la Figura 1, donde se observa que a medida que aumenta el grado de afectación en las plantas de guayabo, aumenta el número de larvas en cada una, existiendo diferencias estadisticamente significativas entre todos los tratamientos. Se destaca que en todas las plantas evaluadas se encontraron larvas a diferentes profundidades, donde las que poseían grado de afectación 0 podían tener hasta 3 larvas m-2, las de grado 1 entre 4 y 16 larvas m-2, las de grado 2 de 17 a 30 larvas m-2, las de grado 3 de 31 a 34 larvas m-2 y en las de grado 4 se encontraron entre 35 y 37 larvas m-2 en los sistemas radicales de las plantaciones de guayabo.
En México,
los principales factores que limitan la productividad de las huertas de guayabo
son, entre otros, la presencia de plagas como Cyclocephala lunulata
Burmeister, la cual se ha encontrado alimentándose de los frutos de la
planta; sin embargo, estos insectos de la familia Scarabaeidae constituyen
plagas de muchos cultivos, en los cuales se pueden encontrar gran número
de larvas alimentandose del sistema radical (5). En México estas larvas
pueden presentar densidades de hasta 600 larvas m-2, en terrenos
cultivados con caña de azúcar en los alrededores de Tepic, Nayarit,
a 950 m de altitud, se han encontrado promedios de 0,2 a 47,5 larvas m-2
con máximos de 51 larvas m-2 (6) y producen pérdidas
que pueden encontrarse entre 20 y 40 % (7), mientras que en yuca y pastizales
se han encontrado densidades de mayores de 8 larvas m-2, con una
distribución en forma de parches (8).
Generalmente las larvas de gusano blanco son numerosas en los suelos, por tratarse
de un complejo donde coinciden varios géneros y especies de coleopteros;
por ejemplo, en México se han registrado nueve géneros y 41 especies
de Melolonthidae y Cetoniidae que se encuentran asociadas a los cultivos de
agave tequilero, alfalfa, amaranto, arroz, cacahuate, cafeto, calabaza, caña
de azúcar, cebolla, jamaica, haba, frijol, cempasúchil, nopal,
papa, rábano, sorgo, soya, tomate y zanahoria (9, 10, 11, 12).
En las plantaciones de guayabo en áreas de la UBPC ”Wilber Segura” se
han capturado adultos de insectos de la familia Scarabaeidae de diferentes géneros
y especies, que tienen ciclos de vida diferentes, pero que en su etapa larval
coinciden alimentándose del sistema radical del cultivo, lo que confirma
que los mismos tienen, para esas condiciones, un nicho ecológico que
les permite alcanzar altas poblaciones (13, 14).
Los daños causados por las larvas grandes de gusanos blancos, al alimentarse
de las raíces del cafeto, pueden ser cuantiosos en almacigales y cafetales
jóvenes, ya que mientras que las plantas adultas tienen mayor capacidad
para recuperarse de los daños en las plantas recién trasplantadas
al campo, una sola larva puede causarle la muerte (15).
Al valorar las diferencias entre las plantas clasificadas en cada grado de afectación,
se pudo comprobar que existen marcadas diferencias en cuanto al número
de hojas; según la escala de colores se puede observar que el número
total de hojas verdes corresponden a las plantas dentro de los grados 0 y 1
con valores totales de 6300 y 5099 hojas respectivamente, sin diferencias significativas
entre estas, pero sí con respecto a las de los grados 2, 3 y 4, con valores
totales de 3137, 1176 y 270 hojas verdes respectivamente (Figura
2).
El número de hojas verdes-rojas se incrementa a medida que aumenta su grado de afectación, según la escala, por lo que las plantas de grados 3 y 4 muestran los mayores valores, con 1139 y 1204 hojas verde-rojas, respectivamente, sin diferencias entre estas, pero sí con respecto a los grados restantes 0, 1 y 2, con valores de 7, 417 y 986 hojas verde-rojas para el tercero, los cuales son significativamente diferentes entre ellos. Estos resultados indican que existe una relación directamente proporcional entre el grado de afectación y la cantidad de hojas verde rojas en las plantas (Figura 3).
Comportamiento similar mostraron los resultados al evaluar el número de hojas rojas para las plantas en cada grado de la escala, como se puede observar en la Figura 4, donde se incrementa el número de hojas rojas en las plantas a media que se incrementa su grado en la escala, desde valores de 4 hojas hasta 843, con diferencias significativas, excepto entre las plantas de los grados 2 y 3.
Por otra parte, con respecto al total de hojas amarillas de las plantas evaluadas en los diferentes grados de afectación, se observa un incremento significativo de los valores, desde las plantas con grado 0, con menos de tres hojas amarillas, hasta las plantas de grado 2, las cuales alcanzaron el mayor número de hojas amarillas (206,7), a partir de lo cual el número de hojas amarillas disminuye significativamente, mostrando valores de 172 y 87 hojas para las plantas de los grados 3 y 4, respectivamente (Figura 5).
Las plantas que sufren de estrés hídrico, manifiestan alteraciones que intervienen directamente en todos los procesos fisiológicos de las mismas, principalmente el fotosintético, creando un mecanismo para que su eficiencia en la captación de luz solar no disminuya y comience a sintetizar carotenoides, que son pigmentos de protección que acompañan a los pigmentos de clorofila y actúan como antena en el proceso de captación de luz y traslado de la energía disipada al centro de reacción y ahí es donde la hoja de la planta comienza a tomar los colores (rojo y amarillo). Este fenómeno se produce cuando las plantas sufren afectaciones en el sistema radicular, disminuyendo su capacidad para la absorción de agua y ocasionando estrés hídrico, lo cual provoca, en el caso de la guayaba, un cambio de coloración en las hojas conocido como “Guayabo rojo” (4). Además, se pudo observar una disminución significativa en el número total de hojas en las plantas evaluadas, a medida que se incrementaba su posición en la escala de afectación, por lo que las plantas con grado 0 presentan mayor cantidad de hojas con un total de 6314, decreciendo significativamente de grado en grado hasta las plantas con grado 4, que mostraron el menor valor con 2404 hojas totales (Figura 6).
De manera general
se evidencia que a medida que se incrementa el grado de afectación en
las plantas de guayabo, no solo se manifiesta un cambio de coloración
en las hojas que se mueve desde el verde hasta el amarillo transitando por los
colores verdes-rojos y rojos, sino también que se manifiesta una disminución
gradual del número total de estas, por lo que se afectan grandemente
todos los procesos fisiológicos y morfológicos de las plantaciones.
En plantaciones de café, tanto en campo como en almacígales, las
plantas atacadas por gusano blanco o gallina ciega se tornan opacas, marchitas,
amarillentas y pierden hojas, hasta llegar a secarse en casos severos, ya que
el daño en las raíces impide la absorción de agua y nutrientes
y limita el desarrollo de la planta (15).
Al evaluar la masa de las ramas del tercer nivel del cultivo, obtenidas en los
diferentes grados de afectación, se observa una tendencia a mostrar menor
masa a medida que se incrementa el grado de afectación, observándose
los mayores valores en los tratamientos 0 y 1 con 10,36 y 9,28 kg respectivamente,
los cuales fueron superiores a los observados en las plantas con grados de afectación
3 y 4, con valores de masa de 6,80 kg y 5,78 kg, respectivamente (Figura
7).
Esta disminución
en la masa de ramas se produce debido a las afectaciones realizadas al sistema
radical de la planta, por la acción de los insectos rizófagos,
lo cual impide a la planta absorber agua y nutrientes, provocando una apariencia
raquítica del árbol, cambios de coloración en la corteza
del tronco y las ramas, así como disminución en la producción
de las plantas (4).
Al valorar la masa total de las raíces finas y gruesas, obtenidas en
el cultivo del guayabo en las plantas con diferentes grados de afectación,
se observó que se incrementa significativamente, a medida que disminuye
el grado de afectación que muestran las plantas.
En el caso de las raíces finas, las plantas de grado 0 presentaron mayor
masa de las raíces con valor de 312,66 g, mientras que las de grado 4
presentaron una masa significativamente menor, con 99,38 g; en el resto de los
tratamientos se obtuvieron valores intermedios que oscilaron entre 178,16 y
296,74 g (Figura 8).
Mientras, la masa de raíces gruesas también se incrementó significativamente desde 1644,10 g en las plantas con grado 0, hasta las de grado 4 con una masa de 1000,93 g; mientras que, en las de grados 1, 2 y 3 se obtuvieron valores de 1506,03, 1427,02 y 1271,83 g, respectivamente (Figura 9).
Lo resultados
denotan que los valores más altos de masa total de raíces, tanto
finas como gruesas, se corresponden con el tratamiento de menor grado de afectación
(grado 0), que posee el menor número de larvas m-2, en este
caso de 1 a 3 y, al parecer, no realizan daños de gran envergadura en
las raíces de las plantaciones establecidas, mientras que por otra parte,
se manifiesta una disminución gradual de la masa total de raíces
de las plantas, a medida que aumenta el grado de afectación.
Los gusanos blancos causan pérdidas en muchos cultivos, consumiendo su
sistema de raíces, provocando daños severos a los cultivos en
muchos países, como México y otros de Centro América. En
el caso del cultivo del maíz los daños pueden estar entre las
0,4 y 1,3 t ha-1 al año (16).
Al evaluar la resistencia de varios clones de boniato (Ipomoea batatas
(L.) Lam.), se determinó que el complejo de larvas de gusano blanco produce
daños al sistema radical del cultivo al alimentarse, tanto de raíces
finas, como de las raíces tuberosas, disminuyendo los rendimientos, ninguno
de los clones fue más resistente que el testigo (17).
En el caso del maíz la intensidad del daño causado por plagas
del sistema radicular, como los gusanos blancos, para un año dado, dependerá
del número de larvas presentes, del tamaño del sistema radicular
de la planta, de la disponibilidad de humedad y nutrimentos, de la capacidad
de la planta para generar nuevas raíces y de las condiciones climáticas
(18).
Los daños de los insectos de la familia Scarabaeidae están
confinados a la porción subterránea de las plantas, disminuyendo
la absorción de agua, de nutrientes y permitiendo, además, la
entrada segura de otros patógenos por las lesiones que causan en las
raíces, por lo que es de suponer que las plantas con mayor grado de afectación
poseen el sistema radical más dañado y, por ende, se dificultan
los mecanismos de absorción, provocando una situación de estrés
que compromete su durabilidad y calidad de vida.
Los resultados permiten afirmar la relación existente entre el número
de larvas m-2 en el sistema radical de las plantas de guayabo y el
cambio de coloración en las hojas (grado de afectación), aspectos
de gran importancia, si se tiene en cuenta que en nuestro país no existen
metodologías para el diagnóstico de escarabajos en el cultivo.
En plantas como el cafeto atacadas por jobotos en las raíces, se impide
la absorción de agua, de nutrientes y se limita su desarrollo fisiológico
en cada órgano de la misma, principalmente las raíces (15). Resultados
similares fueron observados en el cultivo del maíz, al referir que estas
plantas en su etapa inicial, son expuestas al ataque de varias plagas, entre
ellas la gallina ciega (Phyllophaga spp.), ocasionando graves daños
como pérdida de la masa de las raíces y estrés hídrico
a la planta, al alimentarse directamente de las raíces (18).
La investigación permitió determinar elementos que sirven de base
para la elaboración de una estrategia de manejo adecuada, en el momento
oportuno, a partir de un diagnóstico con el empleo del método
práctico de observación visual, teniendo en cuenta la relación
existente entre la cantidad de larvas m-2 encontradas en el sistema
radical de las plantas de guayabo de cada grado de afectación y las características
anatómico-morfológicas de las plantas (cantidad y color de las
hojas, masa de las ramas de tercer nivel y de las raíces finas y gruesas).
CONCLUSIONES
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Recibido: 15 de
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Aceptado: 11 de diciembre de 2015
Ioan A. Rodríguez Santana, Universidad de Ciego de Ávila, Cuba. Email: ioan@unica.cu