Cuba junto con Brasil son los únicos países de América Latina que tienen un sistema propio de clasificación de suelos 1. El sistema de clasificación de suelos de Cuba (CSC) surge con el Triunfo de la Revolución Cubana en 1959, que entre sus múltiples acciones crea la naciente Academia de Ciencias de Cuba (ACC). Dentro del desarrollo de la ACC en 1965 se funda el Instituto de Suelos. Bajo las tareas de este Instituto se lleva a cabo el primer mapa básico de los suelos de Cuba (escala 1:250 000), con un sistema de clasificación basado en principios genético-geográficos, bajo la asesoría de especialistas de la República Popular China. Posteriormente, en este instituto, se recibe colaboración de especialistas de la Antigua Unión Soviética y de Francia, con los cuales se continúa las investigaciones genético-geográficas de los suelos del país y se van elaborando diversas versiones de la CSC, con revisiones periódicas entre cinco y ocho años.
Hasta el 2015 esta clasificación ha tenido seis versiones, siendo la última en este año. El objetivo de este trabajo es realizar un análisis de la evolución de esta clasificación en nuestro país, que incluya los principios y características generales de la misma.
Para la elaboración de este trabajo se tomó como referencia la tesis de segundo doctorado titulada “Propuesta de Clasificación de los Suelos de Cuba sobre la base de resultados edafológicos Internacionales y Nacionales” 2, la cual se fundamentó en un recuento histórico del desarrollo de la clasificación de suelos de Cuba y en el Mundo. Además de clasificar más de 2 000 perfiles de suelos de numerosas publicaciones sobre los suelos de Cuba, también se tuvo en cuenta los resultados obtenidos en la última versión de clasificación de los suelos de Cuba, elaborada en 1994 y publicada en 1999 3.
La clasificación de suelos de Cuba se caracteriza por tener influencia de diferentes escuelas. Inicialmente Crawley, 4 presentó en su libro “Las Tierras de Cuba” una clasificación de suelos en la cual denomina los suelos con el término de tierra y los separa por el color, la textura, el contenido en gravas y piedras. Realmente este tipo de clasificación debe considerarse como una clasificación etnoedafológica. Años después, en 1928 se publica el trabajo “The Soils of Cuba”, por los edafólogos norteamericanos H.H. Bennett y R.V. Allison, los cuales implantaron un sistema de clasificación en Series y Familias de suelos, que era el que predominaba en Estados Unidos en esa época. En este trabajo se diagnosticaron alrededor de 90 Series de Suelos, aplicada en un mapa de combinaciones de escala 1:800 000; sin clasificar los suelos de las regiones montañosas, que se pusieron en contornos generales con el término de “Escabroso”.
Dicho trabajo era poco conocido en Cuba, solamente se aplicaba por muy pocos especialistas, e incluso en la Facultad de Agronomía de la Universidad de la Habana había un solo ejemplar de este libro, en inglés. No fue hasta que con el Triunfo de la Revolución Cubana en 1959, se pudo traducir al español, en 1962, con la colaboración de la Comisión Cubana de la UNESCO 5.
Con la creación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos se trató de hacer un mapa básico escala 1:100 000 con esta clasificación, pero solamente se hizo este mapa para las provincias occidentales y parte de la antigua provincia de Las Villas. En dicho trabajo ya llegaron a diagnosticarse 227 series de suelos, sin tener en cuenta los suelos de las provincias más extensivas Camagüey y Oriente, ni los de las regiones montañosas.
A partir del año 1964, con la creación de la Dirección de Suelos en el antiguo Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), dicha clasificación fue desarrollada, para la provincia de Camagüey. Posteriormente, bajo la Dirección Nacional de Suelos y Fertilizantes, en el Ministerio de la Agricultura, se prepara un mapa de suelos escala 1:50 000, sin las regiones montañosas, solamente con las 90 series originales del trabajo de Bennett y Allison. Este resultado, resulta poco aplicado por cuanto no diagnostica el espectro completo de suelos que existe en el país y además, para esa fecha este sistema de clasificación resulta obsoleto, incluso en los Estados Unidos.
Con el desarrollo de la Ciencia en Cuba, a partir del año 1959, y con la fundación del Instituto de Suelos en 1965, surgen otras ideas en relación con la clasificación y cartografía de suelos. Se introdujeron los principios genético-geográficos, aplicados en un mapa de suelos escala 1:250 000, bajo la asesoría de especialistas de la República Popular China, en el cual se aplicó la llamada “Clasificación Genética de los Suelos de Cuba” 6,7.
La clasificación genética cubana se enriqueció posteriormente, bajo la asesoría de especialistas soviéticos y franceses, que influyeron en la elaboración de la Segunda Clasificación Genética de los Suelos de Cuba 8. Esta clasificación de suelos sustituyó el obsoleto sistema de Series de suelos, más comprensible y de mejor aplicación, obteniendo muy buena respuesta en la docencia, investigación y los servicios.
Un ejemplo es que la propia Dirección General de Suelos y Fertilizantes abandona el sistema de series de suelos y confecciona un mapa de suelos escala 1:25 000 para todo el país, con la segunda clasificación genética de los suelos.
Esta versión se fue enriqueciendo por revisiones y actualizaciones posteriores, con una tercera versión 9, en la cual intervienen por primera vez los edafólogos cubanos en forma independiente. Después, se prepara una cuarta versión presentada en la conferencia Internacional de Clasificación de Suelos de Alma Atá, antigua Unión Soviética 10.
Hasta este momento, la línea de la clasificación de suelos de Cuba se fundamentó en la génesis de los suelos, es decir, factores y procesos de formación de suelos. No obstante, en el año 1992 se preparó un proyecto para “objetivizar” la clasificación de los suelos de Cuba, se incorporaron horizontes y características de diagnósticos en relación con los factores y procesos de formación de los suelos, proyecto que concluyó en 1994, surgiendo “La Nueva Versión de Clasificación de Suelos de Cuba”, publicada en 1999 3.
A partir de este momento, esta línea de trabajo en el Instituto de Suelos no se siguió sistemáticamente como se había llevado anteriormente con la revisión de versiones entre cinco y ocho años.
La Nueva Versión de Clasificación de Suelos que incorpora horizontes y características de diagnóstico, que son categorías de clasificación de suelos de la escuela norteamericana Soil Taxonomy 11, fue reconocida como Premio Anual de la Academia de Ciencias de Cuba en el Año 1994.
En el sistema de clasificación de suelos de Cuba, influyeron edafólogos de diferentes países; de China y antigua Unión Soviética con las bases genéticas de la clasificación; franceses, con las bases genéticas y los principios de evolución del suelo, muy importante para los suelos tropicales y la norteamericana con lo que se denomina “objetivización de la clasificación genética de los suelos” mediante la incorporación de horizontes y características de diagnóstico. Sin embargo, la clasificación cubana no resulta una copia de estas escuelas, sino que representa una línea propia, muy original para los suelos tropicales 12-14.
La última versión fue elaborada en 1994, hasta el 2015 han pasado más de 20 años, y al existir nuevos resultados a nivel internacional y nacional, es necesario realizar una actualización de esta clasificación.
No obstante, desde el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, Alberto Hernández, en su Tesis de Segundo Doctorado titulada “Propuesta de Clasificación de los Suelos de Cuba sobre la base de resultados edafológicos Internacionales y Nacionales” 2, aborda esta línea de trabajo después de 20 años de elaborarse la última versión. En su trabajo de tesis, parte de dos premisas, que son una revisión de la evolución y aportes actuales de las diferentes clasificaciones de suelos en el Mundo 1 y del desarrollo de la clasificación de suelos en Cuba 15.
Partiendo de esta propuesta un colectivo de autores analizó y perfeccionó, durante 19 sesiones de trabajo la versión publicada en el 2015 16, posteriormente presentada como Conferencia en el Simposio de Génesis y Clasificación de Suelos, durante el último Congreso Nacional de la Ciencia del Suelo, celebrado en la Habana en junio de 2015.
La clasificación tiene en cuenta una serie de principios establecidos en la Clasificación de Suelos de Rusia 17, entre ellos:
Se mantiene el principio de génesis en la clasificación, el cual se fundamenta que la interacción de los factores de formación de suelos da lugar a procesos de formación, los cuales se manifiestan por horizontes principales y secundarios de diagnóstico bien definidos en la clasificación.
Se cumple además el principio histórico, ya que la clasificación se sigue fundamentando en la génesis de los suelos, pero en relación con horizontes y características de diagnóstico. La definición de algunos horizontes de diagnóstico son tomados de la Soil Taxonomy; como por ejemplo el argílico, nátrico, hístico y el mólico 11.
Se fundamenta los diferentes suelos clasificados en el perfil diagnóstico, que fue una de las bases principales de la clasificación de suelos de Rusia 17 y de Referencial Pedológico Francés 18.
Se fundamenta además, en establecer suelos que han sido transformados por el hombre ya sea como subtipos agrogénicos (por el cultivo continuado) y erogénicos (por la erosión) y además profundiza en la clasificación de los Antrosoles.
Tiene en cuenta el principio de apertura con un Agrupamiento nuevo (Tecnosoles), tomado del World Reference Base 19 y subtipos nuevos como los eslíticos.
Toma en consideración también el principio de reproductividad, ya que propone que la clasificación sea revisada en un período no mayor de 5-10 años, con los resultados nuevos de investigaciones y de la cartografía de suelos.
Las unidades taxonómicas que se adoptan son las mismas que en la versión anterior, aplicando el principio histórico, Agrupamiento, Tipo genético, Subtipo, Género, Especie, Variedad de suelos.
Agrupamientos: reúnen tipos de suelos que tienen en común el proceso principal de formación y su grado de evolución, en relación con la interacción de los factores de formación. Ellos en su mayoría se definen por el horizonte principal que se diagnostica por sus características morfológicas y su composición químico-mineralógica, como se muestra en la Tabla 1.
Tipo genético: es la unidad taxonómica básica de la clasificación y comprende aquellos suelos que presentan una manifestación clara del proceso de formación con un grado de desarrollo análogo que se define por el horizonte principal y alguna característica de diagnóstico.
Subtipo de suelo: en esta versión de clasificación de suelo, siguiendo los principios novedosos presentados en la última versión de la clasificación de suelos de Rusia 17 y del Referencial Pedológico Francés 18, el subtipo de suelos se establece sobre la base del perfil diagnóstico. Esta línea de trabajo se basa en una serie de indicadores para cada horizonte genético que se crean según sus propiedades. Es decir, cada subtipo de suelos tiene un perfil en el cual se indica qué propiedades tiene en el horizonte A, el horizonte B y el horizonte C. Para la elaboración de los perfiles diagnóstico en esta clasificación, se revisaron alrededor de 1600 perfiles de suelos publicados, con sus descripciones y datos analíticos.
En la clasificación se elimina el subtipo típico, apareciendo el subtipo háplico, 19 cuando los suelos no tienen ninguno de los horizontes principales y secundarios o características de diagnóstico que los definen en cualquier otro subtipo de suelos.
Género de suelo: está determinado por la naturaleza del material de origen, que le confiere al suelo sus características químico-mineralógicas, ya sea en suelos jóvenes como los Pardos Sialíticos o evolucionados como Ferralíticos, Ferríticos y Alíticos. Además, por el grado de saturación, y el lavado de los carbonatos.
Especie de suelo: representa la principal unidad de clasificación empleada en la cartografía detallada. Las especies se diferencian por las variaciones cuantitativas de las principales propiedades del género, que son a su vez los índices sustanciales del horizonte genético.
Las propiedades que definen las diferentes especies de suelos son: la profundidad del solum, el contenido en materia orgánica, contenido en nódulos ferruginosos, el grado de erosión, intensidad de la gleyzación, composición de sales. En el caso de los Histosoles se determina por el espesor del horizonte hístico.
Variedad de suelo: esta unidad es definida en base a la textura del suelo calculado por el porcentaje de las fracciones determinadas por el análisis mecánico. Para determinar la textura debe seguirse el método internacional del triángulo textural (según la última versión en español de la clasificación Soil Taxonomy 11. Además, las variedades se establecen por el esqueleto (gravillosidad y pedregosidad).
En la clasificación se emplean horizontes y características de diagnóstico. Los horizontes de diagnóstico son de dos tipos:
Horizontes principales: se forman por el proceso principal de formación del suelo (PPFS) y sirve para clasificar en su mayoría los Agrupamientos de suelos. Constituyen horizontes de referencia formados por el PPFS como ferritización, alitización, ferralitización, vertisolización, gleyzación, etc. Estos procesos se definen adecuadamente en el libro “El Suelo: Fundamentos de su formación, cambios globales y su manejo” 20.
Horizontes secundarios: son horizontes de diagnóstico que pueden presentarse en cualquier parte del perfil y que se utilizan junto con los horizontes principales y alguna característica de diagnóstico para clasificar los Tipos genéticos de suelos. Ellos se definen por procesos secundarios naturales y antropogénicos como: formación de carbonatos secundarios, lixiviación, lavado lateral del horizonte con deferrificación, formación incipiente de horizonte B, diferentes grados de descomposición del horizonte hístico, diferencias en la intensidad de la humificación del horizonte A, formación de nódulos ferruginosos (concreciones o perdigones), formación de bloques petroférricos (corazas lateríticas o bloques de mocarrero), cambio de las propiedades de los suelos por el cultivo continuado (evolución agrogénica o erogénica) o por el cultivo del arroz.
Los Horizontes principales son: Alítico, Férrico, Ferralítico, Ferrálico, Fersiálico, Siálico, Humificado, Vértico, Sálico, Nátrico, Hístico, Antrópico agrícola y Antrópico técnico.
Los Horizontes secundarios son: Agrogénico, Álbico, Antrácuico, Argílico, Erogénico, Cálcico, Compactado, Empardecido, Hidratado, Hidrágrico, Hístico fíbrico, Hístico mésico, Hístico sáprico, Húmico saturado, Húmico desaturado, Hiperhúmico, Mullido, Nodular ferruginoso y Petroférrico.
Las Características de Diagnóstico son: contacto lítico, contacto paralítico, características de color pardo rojizo, características de color rojo, características de color amarillo, características arénicas, con contenido variable de carbonatos, dístrico, éutrico, propiedades gléyicas, propiedades estágnicas, propiedades vérticas, propiedades eslíticas, propiedades flúvicas, propiedades salinas, propiedades sódicas, sedimento arenoso, sin carbonatos, subacuático.
Además en la clasificación se introducen al igual que en la clasificación de suelos de la WRB los denominados Materiales de Diagnóstico, que hasta ahora son: Artefactos, materiales transportados nodular ferruginosos, materiales límnicos y capa de abonos orgánicos.
Cada una de estas categorías de clasificación (Horizontes de diagnóstico, tanto principales como secundarios; características de diagnóstico y materiales de diagnóstico) tienen su definición, lo que permite su rápida identificación en el campo, permitiendo de esta forma la concepción filosófica de que el “perfil habla”.
Para preparar el perfil diagnóstico de cada suelo que se estudia es necesario establecer códigos de cada una de las categorías anteriormente mencionadas. De esta forma en la clasificación se presentan los códigos siguientes:
Horizontes Principales:
Alítico - al
Férrico - frt
Ferralítico - fral
Ferrálico - frc
Fersiálico - frs
Siálico - sial
Humificado - h
Vértico - v
Sálico - sa
Nátrico - na
Hístico - H
Antrópico agrícola - antag
Antrópico técnico - antt
Horizontes Secundarios:
Agrogénico - ag
Álbico - ab
Antrácuico - atc
Argílico - t
Cálcico - ca
Compactado - cp
Erogénico - er
Empardecido - emp
Hidrágrico - hdg
Hidratado - hd
Hístico fíbrico - Hf
Hístico sáprico - Hs
Hístico mésico - Hm
Hiperhúmico h1
Húmico saturado - h
Húmico desaturado - hd
Mullido - m
Nodular ferruginoso - nf
Petroférrico - ptf
Características de diagnóstico:
Propiedades gléyicas - g
Propiedades estágnicas - st
Propiedades vérticas - (v)
Propiedades eslíticas- sl
Propiedades salinas- (sa)
Características arénicas - r
Propiedades sódicas - (na)
Con contenido variable de carbonatos- k
Sin carbonatos - no se pone nada
Subacuático - sq
Materiales de diagnóstico:
Artefactos - art
Materiales transportados nodular ferruginoso - mtnf
Materiales límnicos - lim
Materiales orgánicos- org
Otros subindicadores:
En la clasificación se define además el sistema de horizontes genéticos (horizontes A, B, C, R); el diagnóstico de cada una de las categorías de clasificación (horizontes, características y materiales de diagnóstico) en los diferentes horizontes genéticos, constituye la preparación de los perfiles diagnóstico, que permiten clasificar los Agrupamientos, Tipos y Subtipos de suelos. En otras palabras, independientemente de registrar los factores de formación del suelo en un paisaje determinado, cuando se abre el perfil hay que ver que propiedades tiene en cada horizonte genético, para conformar la clasificación preliminar del suelo.
En un suelo rojo profundo formado de roca caliza, ya sea en la Habana, Matanzas o Ciego de Ávila, hay que analizar si el horizonte principal es ferralítico o ferrálico. Si es ferralítico, se diagnostica el horizonte Bfral. Si el horizonte A tiene en un espesor de 20 cm o mayor, una estructura granular, de color pardo rojizo o rojo oscuro, es de esperar un contenido en materia orgánica igual o mayor de 4 %, entonces es un Ah (húmico) que seguramente tiene un grado de saturación mayor de 50 %. La característica de diagnóstico es color rojo, y si tiene un horizonte B argílico, entonces es Bt. El perfil diagnóstico es Ah-Btfral-C. El suelo se clasifica como Ferralítico Rojo Lixiviado, húmico. Si por el contrario este suelo ha sido muy cultivado con un color rojo en superficie, agregados gruesos y posible o no formación de piso de arado, entonces el A no es húmico sino agrogénico; por lo que el perfil diagnóstico es Aag-Btfral-C y se clasifica en este caso como Ferralítico Rojo Lixiviado agrogénico. Si este último perfil de suelo no tiene horizonte B argílico entonces el suelo no es lixiviado, el suelo cae dentro del tipo genético Ferralítico Rojo y el perfil diagnóstico es Aag-Bfral-C y se clasifica como subtipo Ferralítico Rojo agrogénico.
A continuación se presenta como ejemplos la aplicación de esta clasificación para el Agrupamiento de suelos Ferrralíticos.
Los suelos Ferralíticos se caracterizan por tener un horizonte B ferralítico que puede ser lixiviado o no, presentándose tanto en llano como en montaña. Se forman por el proceso de ferralitización, bajo diferentes tipos de rocas, pero la forma más extensiva es sobre roca caliza en regiones llanas.
Son de perfil ABC y ABtC, de color rojo, rojo amarillento y amarillento, con capacidad de intercambio catiónico (CIC) en arcilla menor de 20 cmol kg-1 y pueden ser éutricos o dístricos. Dentro del grupo se diagnostican y clasifican tres tipos genéticos de suelos:
Los suelos Ferralíticos Rojos se encuentran formados a partir de roca caliza, en relieves jóvenes dentro de las llanuras de La Habana y Matanzas. Son de perfil ABC, con un horizonte B ferralítico, pero sin lixiviación y con características de diagnóstico de color rojo. Por lo general son suelos saturados con pH entre 6 y 7. Dentro del tipo se encuentran varios Subtipos, cuyos perfiles diagnóstico se muestran en la Tabla 2.
Este Tipo con los nueve Subtipos de suelos clasificados solo tienen dos Géneros; éutrico (tiene grado de saturación por bases igual o mayor del 50 %) y dístrico (tiene grado de saturación pro bases menor del 50 %)
Las Especies de suelos se separan por los mismos indicadores que para los suelos Ferríticos; es decir, por la profundidad, el contenido en materia orgánica, el grado de erosión y el contenido de concreciones.
Las Variedades de suelos se establecen por la textura, predominando diferentes variantes de textura arcillosa.
Son suelos de perfil ABtC, generalmente con corteza de intemperismo más potente que los suelos Ferralíticos Rojos, con un horizonte principal ferralítico, también Bt argílico y características de color rojo. La CIC en arcilla es menor de 20 cmol kg-1.
Dentro del tipo se encontraron numerosos Subtipos de suelos (10 Subtipos), los cuales se muestran en la Tabla 3.
Los Géneros de suelos se determinan sobre la base del grado de saturación por bases (éutrico o dístrico) y la presencia de cuarzo (cuarcítico).
Por su parte las Especies de suelos se diagnostican también por los indicadores de los suelos del tipo Ferralítico Rojo.
Para las Variedades de suelos se presenta diferencias mayores que para los suelos Ferralíticos Rojos, ya que se tienen desde arenosas hasta arcillosas.
Son suelos Ferralíticos Amarillentos Lixiviados que tienen siempre nódulos ferruginosos, de perfil ABtC, en los que predomina el color amarillo-amarillento, a veces con manchas rojizas. Presentan CIC en arcilla menor de 20 cmol kg-1. En la Tabla 4 se presentan los Subtipos de suelos correspondientes.
Los Géneros se determinan por el grado de saturación por bases (dístrico o éutrico), si hay depósitos binarios y por la presencia de cuarzo (cuarcítico)
Especies: la profundidad, el porcentaje de nódulos ferruginosos, el contenido en materia orgánica y la intensidad de la erosión (cuando está presente).
Variedades: por la textura, predominan franco arenosos, franco arcillosos y arcillosos.
Con esta versión de Clasificación de Suelos de Cuba 2015, se recupera una línea de trabajo que desde hace 21 años no se actualizaba. Debe recordarse que esta Clasificación de Suelos resulta uno de los logros científicos más importantes de la agricultura en Cuba.
Esta versión resulta una Taxonomía de Suelos y en la misma se incluyen criterios novedosos que se están aplicando actualmente a nivel internacional.
1. Se recomienda la publicación de esta versión de clasificación de suelos de Cuba 2015.
2. Debe ser introducida en las instituciones de investigación, docencia, y los servicios, en un período no mayor de tres años.
3. Después de su introducción debe aprobarse como versión de clasificación de suelos a nivel nacional, por lo que a partir de ese momento debe aplicarse a nivel nacional.
4. Es necesario establecer una comisión nacional para la revisión y actualización de esta clasificación de suelos en un período no mayor de 5-10 años.