Translate PaperArtículo originalManejo de precedentes inoculados con HMA para micorrizar eficientemente el boniato Ipomoea batatas (L.) Lam en sucesión
Alberto Espinosa-Cuéllar [1]
Ramón Rivera-Espinosa [2] [*]
Ernesto Espinosa-Cuéllar [1]
[1] Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT), Santo Domingo, Villa Clara, Cuba
[2] Instituto
Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), carretera San José-Tapaste, km
3½, Gaveta Postal 1, San José de las Lajas, Mayabeque, Cuba. CP 32 700
[*] Autor para correspondencia. rrivera@inca.edu.cu
RESUMENLa utilización de
cultivos precedentes, inoculados como vía para micorrizar eficientemente
los cultivos en sucesión, tiene un alto valor práctico, sobre todo en
cultivos como el boniato, cuya inoculación directa requiere una alta
cantidad de inoculante, pero en los trabajos realizados solo se ha
evaluado el intervalo de 30 días entre ambos cultivos. Con el objetivo
de precisar la efectividad en intervalos superiores y su dependencia del
tipo de cultivo precedente y época de plantación, se ejecutaron 12
experimentos en un suelo Pardo, utilizando maíz y dos especies de frijol
como precedentes, sembrados en época lluviosa y poco lluviosa y en
todos los casos bajo riego. Los precedentes presentaron una alta
respuesta a la inoculación con Rhizophagus irregulare /INCAM11 en
ambas épocas, con mayores porcentajes de colonización micorrízica, de
esporas en el maíz y en la época lluviosa. La duración del efecto de
permanencia en el rendimiento del boniato dependió del precedente y fue
similar en ambas épocas, con las leguminosas se extendió hasta 45 días,
aunque con el maíz, a los 45 días, se logró entre el 76 el 81 % del
efecto y a los 60 días desapareció para ambos precedentes. Los mayores
rendimientos del boniato se alcanzaron con la plantación en la época
lluviosa y en la sucesión frijol-boniato. La potencialidad de los
cultivos precedentes inoculados para provocar el efecto de permanencia,
no puede ser definida a través de la simple comparación de los
indicadores de funcionamiento micorrízico que presentan estos.
INTRODUCCIÓNLa
simbiosis micorrízica arbuscular se presenta en cerca del 80 % de las
especies vegetales, en las cuales se encuentran el grueso de los
cultivos económicos 1 y son ampliamente
reconocidos los beneficios que aportan a las plantas y al ambiente,
asociados al incremento en la toma de nutrientes 2 y agua 3, al efecto de bioprotección frente al ataque de algunas plagas radicales y foliares 4, a la tolerancia a metales pesados 5,
así como otros ecoservicios, entre los que se encuentran mejoras en los
agregados del suelo, participación en los ciclos del Carbono y del
Nitrógeno, potenciando una mayor resiliencia del ecosistema 6,7
y constituye un reto el manejo consciente de los hongos micorrízicos
arbusculares (HMA), para optimizar estos beneficios en los agrosistemas 8,9.
Los
trabajos desarrollados en Cuba, al respecto, se basan en la inoculación
de cepas eficientes de HMA de carácter generalista con las especies
vegetales y recomendadas en base al ambiente edáfico 10.
De este modo se diseñan sistemas integrales de suministro de
nutrientes, a partir de una micorrización efectiva de los diferentes
cultivos, obteniendo altos rendimientos y satisfactorio estado
nutricional, con menores dosis de fertilizantes 8,11-13.
Uno
de los aspectos encontrados al trabajar con cultivos dependientes de la
micorrización, ha sido la presencia de un positivo efecto de
permanencia del inoculante aplicado a diferentes cultivos sobre el
primer cultivo en sucesión, aunque desaparece para los cultivos
posteriores 8,14. Este efecto se ha vinculado bien con el uso de los abonos verdes inoculados 15,16 o con el manejo de los inoculantes en secuencias de cultivos 14,
con sustitución en ambos casos de la inoculación del primer cultivo en
sucesión; aunque también ha sido evaluado en cultivos perennes
inoculados 11,17,
para definir el momento de la reinoculación. La desaparición del efecto
de permanencia ha sido asociada en lo fundamental a la competencia con
la micorriza residente 18, a las características del cultivo, su manejo agronómico y las condiciones edáficas 11,19.
Ipomea batata
(L.) Lam es un cultivo con significativa respuesta a la inoculación,
pero que aún utilizando la vía de recubrimiento de los esquejes 14 requiere de muy altas cantidades de inoculantes. Los trabajos desarrollados recientemente en este cultivo 20,
establecieron que, utilizando como precedentes inoculados cultivos
comunes en la agricultura cubana (una gramínea como maíz y leguminosas
como fríjol común o Vigna unguiculata, sembrados en época
lluviosa y poco lluviosa), además de los beneficios de la inoculación
sobre estos precedentes, se encontraron efectos de permanencia
igualmente efectivos con ambos precedentes y en las dos épocas. De este
modo no es necesario inocular el boniato, con independencia de los
valores mayores de esporas micorrízicas reproducidas por el maíz y por
los cultivos sembrados en la época lluviosa.
En las anteriores publicaciones 14,16,20,
el intervalo entre la cosecha de los precedentes inoculados y el
cultivo en sucesión no fue mayor de 30 días. Por tanto, debido a la
importancia práctica de los resultados reportados, a la posible
influencia de las diferencias encontradas en la reproducción de esporas
entre los precedentes y épocas en la duración del efecto y al hecho de
que, tanto en las secuencias de cultivos 8,14, como en los cultivos perennes inoculados, la respuesta positiva a la inoculación desaparece gradualmente en el tiempo 11,17.
Para definir el manejo de los precedentes inoculados en una u otra
época, se consideró necesario, determinar cómo influían intervalos
superiores a los 30 días sobre la efectividad del mismo.
MATERIALES Y MÉTODOSLa investigación se desarrolló en el Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT) ubicado a los 22o 35’ N, 80o18’
W y a 40 m s.n.m., en el municipio de Santo Domingo, provincia de Villa
Clara, Cuba, sobre suelo Pardo argénico medianamente lavado 21, clasificado también como Cambisol eútrico sin carbonatos 22, durante los años 2015 y 2016.
El
suelo en el área experimental fue homogéneo, sin presentar diferencias
significativas (p<0,05) en las variables determinadas entre los
diferentes experimentos, años y épocas de siembra. En la Tabla 1
se presentan los valores promedio correspondientes a cada época de
siembra. El suelo presentó una reacción neutra, así como valores bajos
de materia orgánica posiblemente asociados al cultivo continuo. Los
contenidos de fósforo disponible fueron bajos y los de potasio fueron
medios. El calcio y el magnesio intercambiable presentaron valores altos
y típicos de estos suelos. Las esporas micorrízicas fueron bajas, con
valores aproximados a los reportados en áreas colindantes con similares
tipos de suelo y manejo 12,14.
Las precipitaciones anuales en los años 2015 y
2016 fueron de 1211 y 1370 mm, ligeramente inferiores en el año 2015 a
la media histórica (periodo 1969-2016) de 1348 mm, aunque en los dos
años las precipitaciones en el periodo lluvioso (mayo-octubre)
alcanzaron el 76 y 78 % del total anual respectivamente, muy similar al
porcentaje histórico de 77 %. Las temperaturas medias anuales fueron de
24,6 y 24,24 °C, respectivamente, similares a la media histórica de 24,3
°C, aunque en el periodo lluvioso fueron de 26,03 °C, superiores en 3,8
°C a las del periodo poco lluvioso.
Los experimentos se desarrollaron con los mismos cultivos precedentes y épocas referidos en una anterior publicación 20. En la época lluviosa (Tabla 2) fueron maíz (Zea mayz L./var. MC-4) y frijol vigna (Vigna unguiculata (L.) Walp./var. Guariba); en el caso de la siembra de enero se utilizaron la misma variedad de maíz y el frijol común (Phaseolus vulgaris/var.
BAT-304). A continuación de la cosecha de los cultivos precedentes y en
tres momentos diferentes (30, 45 y 60 días), se plantó el cultivo del
boniato (Ipomea batatas (L) Lam/var.'CEMSA 78-354’).
Como
los cultivos precedentes fueron diferentes en las épocas y además no
poseen la misma extensión de su ciclo biológico, los experimentos no
incluyeron los cultivos, ni la época como factores y se desarrollaron
como experimentos independientes. Para cada cultivo y en cada época se
ejecutaron tres experimentos, cada uno con la misma fecha de siembra del
precedente y variando los periodos entre la cosecha de este y la
plantación del boniato (Tabla 2) para un total de 12 experimentos. Los tratamientos (Tabla 3)
y el diseño utilizado en cada experimento fueron similares: bloques al
azar de cuatro tratamientos, que incluían tanto la etapa del cultivo
precedente como la del boniato (factor A) y repetidos durante dos años
(factor B), con arreglo factorial de 4 x 2 y con cuatro réplicas.
Los marcos de plantación utilizados fueron similares a los reportados en una publicación anterior 20,
0,9 x 0,3 m para el maíz, 0,7 x 0,2 m para el frijol común y 0,9 x 0,1 m
para la vigna. En el cultivo del boniato el marco de plantación fue 0,9
x 0,23 m para las sucesiones comenzadas en el periodo lluvioso y 0,9 x
0,3 m para las otras.
Las parcelas estuvieron
constituidas por cinco surcos de 6 metros de largo, excepto para el
frijol, las cuales tenían seis surcos. En cada experimento, los cultivos
precedentes y el boniato de cada tratamiento se ubicaron siempre en las
mismas parcelas.
Precedentes en época lluviosa: maíz (var.
MC-4) y vigna (var. Guariba). Precedentes en época poco lluviosa: maíz
(var. MC-4) y frijol común (var. BAT-304). Variedad de boniato 'CEMSA
78-354’. HMA: R. irregulare/INCAM11.
Inoculante e inoculación micorrízicaEl inoculante se preparó en el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), Mayabeque, Cuba, a base de Rhizophagus irregulare23/INCAM11 y utilizando Urochloa decumbens (Hochst. ex A. Rich.) como planta hospedera. Esta cepa se recomienda como cepa eficiente para esta condición edáfica 10. El inoculante poseía 30 esporas g-1.
La inoculación se ejecutó vía recubrimiento de las semillas, en el caso
de los granos con una cantidad de inoculante equivalente al 8 % del
peso de las mismas 24, con dosis de 2 y 4 kg ha-1
para el maíz y el frijol, respectivamente y en el boniato se recubrió
el tercio inferior de los esquejes, con una mezcla de 1 kg de inoculante
en 5 litros de agua y aplicando 35 kg ha-1 (14.
Fertilización y atenciones culturalesEn el caso de la fertilización para altos rendimientos (100 % NPK) se corresponden con las de los respectivos Instructivos 25-28 y fueron: 90, 130, 170 kg ha-1 de N, P2O5 y K2O, para el maíz, de 80, 60, 90 kg ha-1 para el frijol y la vigna, así como de 120, 100, 300 kg ha-1 de N, P2O5 y K2O,
para el boniato. Las dosis aplicadas para obtener un funcionamiento
micorrízico óptimo en los diferentes precedentes inoculados fueron del
50 % NPK 24 y en el caso del boniato se aplicaron 50 % NP 25 % K 29-31.
Las labores a los cultivos precedentes y al boniato, incluyendo el
riego, se realizaron según los Instructivos Técnicos de estos cultivos 25-28.
Es de señalar que cuando los cultivos precedentes se cosecharon, el
suelo se preparó de forma convencional, con una secuencia de labores de
roturación (arado), dos pases de grada y finalmente se surcó, ajustando
los tiempos entre labores a los tres intervalos estudiados.
EvaluacionesAnálisis de sueloSe
tomaron muestras de suelos compuestas en la profundidad de 0-20 cm en
cada una de las réplicas de los experimentos y al inicio de estos. Las
determinaciones realizadas fueron las establecidas en el laboratorio de
suelos y tejido vegetal del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas 32 y consistieron en : pH en KCl y H2O,
con una relación suelo-solución de 1:2,5; nitrógeno total (Nt) por el
método de micro-Kjeldahl; materia orgánica según Walkley-Black; el P2O5 y K2O con extracción con solución de (NH4)2CO3 con pH 9 y los cationes intercambiables (Ca, Mg, Na y K) por extracción con AcNH4 1N a pH 7,0.
Colonización total de las raíces con HMA (%)Se
efectuó a los 45 días después de la siembra de maíz, vigna y frijol
común y a los 90 días después de la plantación del boniato. Para la
colonización total se tomaron muestras de raíces finas de ocho plantas
por parcela, ubicadas en los surcos centrales. Las raíces fueron teñidas
33 y evaluadas por el método de los interceptos 34.
Conteo de esporas micorrízicasEl
número de esporas micorrízicas fue determinado al inicio y en el
momento de la cosecha de cada cultivo y se expresó como número total de
esporas en 50 g de suelo. Se tomó una muestra compuesta de 10
submuestras (0-20 cm) por parcela y la extracción de esporas se realizó
por el método del decantado húmedo 35 y el conteo en microscopio estéreo.
RendimientoPara su estimación en t ha-1,
fueron cosechadas las plantas de cada parcela, excluyendo las que se
encontraban en los dos surcos de borde. En los cultivos del maíz, vigna y
frijol se realizó a los 120, 90 y 100 días, respectivamente y se
expresó en base a 14 % de humedad. En el boniato se realizó a los 120
días y solo se cuantificaron las raíces comerciales (>100 g).
El
efecto de permanencia (EP) en cada intervalo se estimó a partir de las
respuestas en el rendimiento del boniato de los tratamientos precedente
inoculado-boniato (R1) y precedente inoculado-boniato inoculado (R2), en
relación al rendimiento del boniato en la sucesión homóloga no
inoculada y se calculó como sigue
Análisis estadísticoSe
realizaron los ANOVA de acuerdo con el diseño utilizado. Para los
cultivos precedentes, al disponer de información de tres experimentos
para cada combinación precedente por épocas, se procedió primeramente a
evaluar si existía interacción tratamientos por repetición de
experimentos por años y los resultados se presentan a partir de ese
análisis. Para el cultivo del boniato los resultados se expresan de
acuerdo a si la interacción tratamientos por años en cada experimento
fue o no significativa. Además, en el cultivo del boniato se
establecieron análisis de regresión entre el porcentaje de colonización
vs el rendimiento y vs las cantidades de esporas en 50 g para cada
sucesión y época, utilizando los datos correspondientes a los tres
intervalos de plantación. La comparación entre experimentos se realizó
con los intervalos de confianza (p<0,05), calculados a partir de los
Esx obtenidos en los ANOVA realizados para cada variable en los
diferentes experimentos.
RESULTADOSEn
ninguno de los experimentos los términos de interacción fueron
significativos, por lo cual solo se presentarán los efectos del factor
tratamientos sobre cada una de las variables en los diferentes
experimentos.
Cultivos precedentes en época lluviosa y cultivo principal en época poco lluviosaTanto
el maíz como la vigna presentaron respuestas significativas (p<0,05)
a las dosis de fertilización, como a la inoculación con la cepa
eficiente de HMA, de forma tal que no existieron diferencias entre los
rendimientos de los tratamientos inoculados que recibieron dosis medias
de fertilización y los que recibieron las dosis superiores de
fertilización en cada cultivo (Tabla 4A y B). La
inoculación micorrízica también originó incrementos significativos del
porcentaje de colonización micorrízica y de las cantidades de esporas,
con relación a los tratamientos no inoculados, mostrando los
tratamientos no inoculados que recibieron las mayores dosis de
fertilización, los menores valores; no obstante, los valores de
colonización y de esporas obtenidos en el precedente maíz inoculado
fueron superiores (p<0,05) que cuando se utilizó vigna como tal.
En relación con el boniato, este cultivo
siempre respondió significativamente a la inoculación y a la mayor
fertilización, de forma tal que ambos tratamientos alcanzaron
rendimientos similares en los diferentes experimentos con uno y otro
precedente (Tabla 4A y B). En los tratamientos en que
se inoculó el precedente y no se inoculó el boniato, el efecto de
permanencia se mantuvo en los primeros 30 días, para ambos precedentes,
con rendimientos similares con los tratamientos en que el boniato
también se inoculó, pero ya a los 45 días, solo fue completamente
efectivo en la sucesión vigna inoculada-boniato. Si bien con el
precedente de maíz inoculado el rendimiento alcanzado fue superior al
tratamiento homólogo sin inoculación, el efecto fue del 76 % comparado
con el incremento en el rendimiento obtenido por el tratamiento en que
ambos cultivos en la sucesión se inocularon. A los 60 días, el efecto
desapareció completamente con ambos precedentes.
Tanto
los porcentajes de colonización como las esporas, respondieron
significativamente a la inoculación del boniato, con valores superiores
(p<0,05) cuando el maíz fue precedente. Para cada precedente y en los
tratamientos con precedentes inoculados y boniato sin inocular se
presentaron durante los intervalos de 30 y 45 días, valores similares
para ambos indicadores micorrízicos, en relación a los tratamientos en
que los dos cultivos en la sucesión se inocularon y ambos indicadores
disminuyeron bruscamente (p<0,05) en el intervalo de 60 días, aunque
con valores superiores a los tratamientos homólogos no inoculados. Los
tratamientos no inoculados y que recibieron las mayores dosis de
fertilización, exhibieron siempre los menores valores de los indicadores
del funcionamiento micorrízico evaluados.
En las dos sucesiones los rendimientos del boniato se asociaron fuertemente con los porcentajes de colonización micorrízica (Figura 1).
En la sucesión maíz-boniato los mayores rendimientos del boniato se
alcanzaron con porcentajes de colonización en el rango de 70 a 75 %;
mientras que al utilizar la vigna como cultivo precedente, se lograron
rendimientos similares con porcentajes de colonización inferiores a los
obtenidos en la anterior sucesión (p<0,05) y del orden de 52 a 56 %.
Relaciones
en el cultivo del boniato entre el rendimiento y los porcentajes de
colonización para las sucesiones maíz-boniato (A) y vigna-boniato (B)
Se utilizaron los datos correspondientes a
los tres intervalos, los dos años y cuatro réplicas de los tres
tratamientos que recibieron la misma dosis de fertilizantes con y sin
inoculación (n=72). HMAp60d (precedente inoculado-boniato sin inocular,
intervalo 60 días).
Es de señalar que en los gráficos de rendimiento vs colonización y para ambas sucesiones (Figura 1A
y 1B), se puede observar cómo valores del orden de 40 % de
colonización, alcanzados en el intervalo de 60 días, presentaron el
mismo rendimiento que los tratamientos no inoculados con cerca de 10 %
de colonización. Asimismo, en ambas sucesiones, la reproducción de
esporas por el boniato se asoció significativamente con los porcentajes
de colonización alcanzado por este cultivo (R2 = 0,99), con
valores siempre crecientes para ambas variables, aunque la producción de
esporas, cuando la vigna fue precedente, fue mucho menor que con el
maíz (Tabla 4).
Cultivos precedentes en época poco lluviosa y cultivo principal en época lluviosaCon ambos precedentes se encontró una respuesta significativa en el rendimiento a la inoculación y a la fertilización (Tabla 5A
y B), de forma tal que los tratamientos inoculados con la cepa
eficiente HMA y dosis media de fertilización alcanzaron rendimientos
similares a los obtenidos con las mayores dosis de fertilización.
Asimismo, tanto el maíz como el frijol inoculados presentaron valores
muy superiores (p<0,05) de porcentajes de colonización y de
cantidades de esporas que los no inoculados, aunque ambos fueron
significativamente mayores en maíz que en frijol (p<0,05). A su vez,
las mayores dosis de fertilización presentaron los menores valores de
estos dos indicadores del funcionamiento micorrízico.
Además,
en la época lluviosa el maíz alcanzó no solo mayores rendimientos que
cuando fue sembrado en la poco lluviosa, sino también mayores
porcentajes de colonización micorrízica y de producción de esporas.
Asimismo, la vigna alcanzó valores superiores (p<0,05) de los
indicadores de funcionamiento micorrízico evaluados que el frijol.
El boniato asimismo, presentó una respuesta positiva a la inoculación y a la fertilización mineral (Tabla 5A
y B) con rendimientos similares entre ambos en los diferentes
experimentos, aunque mayores (p<0,05) cuando el cultivo precedente
fue frijol. De forma similar a la anterior época, el efecto de
permanencia se alcanzó con ambos precedentes en el intervalo de 30 días;
a los 45 solo se mantuvo completamente con el precedente de frijol
inoculado, aunque con el maíz fue del orden del 81 % y desapareció
totalmente en ambas sucesiones a los 60 días.
Tanto
los porcentajes de colonización como las esporas, respondieron
significativamente a la inoculación del boniato, con valores superiores
(p<0,05) cuando el maíz fue precedente. Para cada precedente y en los
tratamientos con precedentes inoculados y boniato sin inocular y con
los intervalos de 30 y 45 días, se presentaron valores similares de
ambos indicadores micorrízicos, en relación a los tratamientos en que
los dos cultivos en sucesión se inocularon. Sin embargo, ambos
indicadores disminuyeron bruscamente (p<0,05) en el intervalo de 60
días, aunque con valores superiores a los tratamientos homólogos no
inoculados. En los tratamientos no inoculados, las mayores dosis de
fertilización redujeron (p<0,05) los valores de los indicadores del
funcionamiento micorrízico evaluados.
Asimismo,
en las dos sucesiones, el rendimiento del boniato se asoció fuertemente
con los porcentajes de colonización micorrízica, obtenidos en este
cultivo (Figura 2). Cuando el precedente fue maíz los
mayores rendimientos del boniato se alcanzaron con porcentajes de
colonización en el rango de 59 a 64 %; mientras que en la sucesión
frijol-boniato los porcentajes de colonización que se asociaron con los
mayores rendimientos fueron inferiores a los alcanzados con el maíz
(p<0,05) y estuvieron en el rango de 51 a 57 %; no obstante, los
rendimientos del boniato fueron superiores en esta última sucesión. En
ambas sucesiones, las reproducciones de esporas realizadas por el
boniato se asociaron fuertemente con los porcentajes de colonización
alcanzados por este cultivo (R2 = 0,98), con valores siempre
crecientes para ambas variables, aunque la esporulación con el frijol
precedente fue mucho menor que con el maíz (Tabla 5).
De forma similar a la otra época, los
valores del orden de 40 % de colonización, alcanzados con ambos
precedentes en el intervalo de 60 días, resultaron en el mismo
rendimiento que los tratamientos no inoculados con porcentajes de
colonización cercanos al 10 % (Figura 2A y 2C). Hubo
diferencias significativas entre épocas (p<0,05) para los porcentajes
de colonización y cantidad de esporas en el boniato, con los mayores
valores cuando los precedentes se sembraron en la época lluviosa; no
obstante, el rendimiento del boniato fue superior al plantar el mismo en
la época lluviosa; es decir, con los precedentes sembrados en la poco
lluviosa.
Relaciones
entre el rendimiento y el porcentaje de colonización micorrízica en el
cultivo del boniato, para las sucesiones maíz-boniato (A) y para la
sucesión vigna-boniato (B)
Se utilizaron los datos correspondientes a
los tres intervalos, los dos años y cuatro réplicas de los tres
tratamientos que recibieron la misma dosis de fertilizantes (n=72 en
cada caso). HMA p60d (precedente inoculado-boniato sin inocular en
intervalo 60 días).
DISCUSIÓNLa
respuesta a la inoculación con una cepa eficiente de HMA de los
cultivos precedentes en ambas épocas, expresada de que con solo el 50 %
de la fertilización se garantizan altos rendimientos, superiores al
homólogo no inoculado (p<0,05) y similares a los obtenidos con altas
dosis de fertilizantes (100 % NPK) corrobora los resultados obtenidos
anteriormente en diferentes cultivos y condiciones edáficas 8,24 y deja claro uno de los beneficios de la inoculación.
Asimismo,
los cultivos precedentes inoculados alcanzan altos porcentajes de
colonización propios de un funcionamiento micorrízico efectivo 8.
Así, en maíz, los registros son superiores a los de las leguminosas y, a
su vez, en la época lluviosa de siembra los porcentajes son mayores que
los obtenidos en la poco lluviosa y corroboran lo obtenido con
anterioridad 20. Esto último posiblemente
esté asociado con los mayores crecimientos y rendimientos obtenidos en
la época lluviosa, que puede conllevar a un incremento de las
necesidades de estructuras fúngicas que satisfagan los requerimientos de
las plantas, tal como ocurre con diferentes especies de forrajeras
inoculadas cuando se cultivan en una y otra época 36.
Los
mayores conteos de esporas obtenidos en las siembras de los precedentes
en la época lluviosa pueden ser explicados por los mayores porcentajes
de colonización y un mayor crecimiento existentes en ambos cultivos
inoculados en esta época. De forma similar en el maíz, su sistema
radical más profuso de conjunto con las mayores colonizaciones
alcanzadas, deben explicar la mayor cantidad de esporas asociadas.
Además, de que estos resultados fueron similares a los obtenidos
anteriormente con estos cultivos 20,
diversos autores han reportado en diferentes cultivos inoculados con
cepas eficientes de HMA, mayores cantidades de esporas asociadas con los
mayores porcentajes de colonización micorrízica y con las mayores
producciones de biomasa o rendimiento 29,30,36,37, así como para un mismo cultivo, mayores en periodo lluvioso que en poco lluvioso 36. En correspondencia con lo anterior otros autores 38
plantean que un funcionamiento micorrízico eficiente puede conllevar a
que las ganancias de C obtenidas por el hongo se inviertan en la
producción de esporas, mecanismo que no solo es favorecido en las
especies de carácter generalista que se caracterizan por una alta
producción de esporas 39, sino que se presenta para un grupo amplio de géneros y especies de Glomeromicota 40.
La
información corroboró el efecto de permanencia encontrado en los
primeros 30 días para los diferentes precedentes en ambas épocas 20,
pero solo se hace completamente extensivo hasta los 45 días con los
precedentes de leguminosas, pese a que en ese caso, se producen menos
esporas que cuando el precedente fue el maíz. No obstante, con el maíz
inoculado se alcanza a los 45 días un rendimiento equivalente a cerca
del 80 % del efecto, lo cual tiene una notable importancia práctica. Es
de destacar que el efecto se logra aun cuando se ejecutaron las labores
comunes de preparación del suelo, previo a la plantación del boniato.
Se reconoce que las labores al suelo afectan la estabilidad de la micorrización residente 41, aunque en los diversos trabajos realizados en Cuba sobre manejo de la inoculación en secuencias de cultivos 8,14,20
este efecto se ha reportado en presencia de las labores del suelo e
incluso en un trabajo en que se compararon laboreo mínimo y
convencional, se obtuvieron efectos de permanencia similares entre ambos
42 y posiblemente relacionado con el hecho de que las cepas generalistas como R. irregulari se caracterizan por la alta producción de esporas 39, propágulos más resistentes al laboreo que el micelio extraradical.
En diferentes trabajos realizados con cultivos micótrofos e inoculando una cepa eficiente 11,14,17,
el efecto desaparece en algún momento, dependiente su extensión de la
interacción con las poblaciones de hongos micorrízicos residentes y la
propia competitividad de la cepa inoculada 18, aunque también influyen la condición edáfica, el tipo de cultivo y su manejo 11,19.
La desaparición del efecto parece ser importante, ya que disminuye
posibles riegos ecológicos asociados a la inoculación de cepas no
residentes 18, aunque en el caso específico de R. irregulare se ha reportado muy bajo endemismo 43
y dichos autores consideran que el riesgo de introducción de una cepa
“exótica” de esta especie parece menor que con otras especies.
Un
aspecto interesante es que las magnitudes de la colonización y las
cantidades de esporas reproducidas por los precedentes inoculados
parecen mantener una influencia directa en los porcentajes de
colonización y la cantidad de esporas obtenidas en el boniato en
sucesión. Muy probablemente la mayor cantidad de esporas micorrízicas
existentes al plantar el boniato y derivadas de la inoculación del
cultivo precedente, originan mayores colonizaciones del mismo, tal y
como ha sido encontrado en experimentos anteriores con estos mismos
cultivos 20 o por otro autor con variedades de forrajes inoculadas en la siembra y sometidas a cortes periódicos 44,
el cual fundamenta con la cantidad de esporas presentes al realizar un
corte, la permanencia o no de una micorrización efectiva para la nueva
etapa de crecimiento.
Asimismo la mayor
colonización del boniato, debe originar altas cantidades de esporas, lo
cual es un resultado similar al encontrado en los precedentes inoculados
y ha sido encontrado en este mismo cultivo 29-31
y, además, en diversos experimentos de comparación de cepas de HMA, en
que la inoculación de la cepa eficiente no solo origina mayores
porcentajes de colonización y rendimiento, sino también mayores
cantidades de esporas 45-47;
sin embargo, no explica porque se mantienen cantidades similares de
esporas a lo largo de cada sucesión en los tratamientos inoculados.
Además,
aún los cultivos inoculados no se colonizan solo con la cepa aplicada y
los diferentes cultivos poseen diferentes capacidades, tanto para
colonizarse con una u otra cepa 6,38,40,
por lo cual, aunque los porcentajes de colonización son un indicador
del funcionamiento y se relacionan, de forma general, positivamente con
el rendimiento 48,49,
el funcionamiento micorrízico es un fenómeno muy complejo y no se
pueden inferir mejores funcionamientos al comparar cultivos inoculados,
solo por los valores de estos porcentajes.
De forma similar en un experimento con 17 especies de crotalaria 50 para evaluar la respuesta a la inoculación micorrízica y el efecto de permanencia sobre un cultivo de cebolla (Allium cepa
L.) en sucesión, los mayores porcentajes de colonización en la cebolla
no se asociaron con las especies de crotalaria que presentaron los
mayores porcentajes de colonización.
Por otro
lado, aunque algunos autores han relacionado positivamente la existencia
del efecto de permanencia con la cantidad de esporas asociadas al
cultivo inoculado; por ejemplo, en la sucesión Canavalia ensiformis inoculada-banano 12 y en áreas de forraje de varias especies de braquiarias inoculadas 44, las diferentes características en la reproducción de esporas por los diversos cultivos 51,
las diferencias en la comunidad micorrízica residente, la influencia de
las épocas y el propio hecho de que las esporas no son el único
propágulo infectivo 6,38,
si bien pueden permitir hacer valoraciones para cada cultivo inoculado
en un agrosistema en particular, no permiten comparar la potencialidad
de los diferentes cultivos precedentes inoculados para obtener el efecto
de permanencia, a partir de las esporas totales reproducidas por cada
uno de ellos.
La información obtenida confirma la
existencia de un efecto de permanencia del inoculante aplicado con una
alta importancia para su uso en las tecnologías de los cultivos y
algunos autores han establecido, utilizando técnicas moleculares, una
confirmación positiva de las cepas aplicadas en los cultivos inoculados
hasta un periodo de dos años posterior a la inoculación 18;
sin embargo, otros plantean que el efecto positivo de la inoculación no
se vincula necesariamente a un efecto directo de la cepa inoculada 52
y, por tanto, es imprescindible desarrollar los protocolos para el
seguimiento de la cepa INCAM11, mediante marcadores moleculares
específicos, para establecer el mecanismo presente en el efecto de
permanencia encontrado.
La utilización del
frijol inoculado como precedente parece presentar otro beneficio
adicional, asociado a los mayores rendimientos encontrados en el
boniato, en comparación a los obtenidos en la sucesión maíz-boniato, lo
cual puede estar relacionado, entre otros, con la influencia positiva de
los residuos de las leguminosas con mayor facilidad para mineralizarse
que los residuos de maíz con mayor relación C/N y, además, la
importancia del nitrógeno para el boniato 29.
Resultó
interesante que los valores intermedios de colonización alcanzados en
el boniato en el intervalo de 60 días por las diferentes sucesiones con
precedentes inoculados y boniato sin inocular no originaran
rendimientos, aunque fuera ligeramente superiores a los obtenidos en los
tratamientos homólogos sin inocular, indicando que esta cantidad de
estructuras fúngicas es insuficiente para garantizar una respuesta
positiva en el rendimiento 53. El
porcentaje de colonización, tal como se evaluó, es inespecífico y en
esta situación de desaparición del efecto de permanencia, es lógico
considerar que también ha disminuido la proporción en que la cepa
eficiente inoculada está presente en la colonización del boniato, lo
cual enmascara posibles valoraciones sobre eficiencia de la cepa
inoculada. No obstante, resultados similares han sido reportados en un
experimento de manejo de la inoculación con esta misma cepa en secuencia
de cultivos y en el mismo tipo de suelo 14,
en que el boniato era el tercer cultivo en sucesión y en el cual los
porcentajes de colonización alcanzados de 38 % no originaban
rendimientos superiores a los controles no inoculados, los cuales
presentaban valores muy inferiores de colonización.
Sin
embargo, en cultivos perennes inoculados se ha reportado una
desaparición gradual del funcionamiento micorrízico con decrecimientos
proporcionales entre las colonizaciones y los rendimientos asociados 17,44.
La aparente contradicción puede estar relacionada, entre otros, con
características diferentes del funcionamiento micorrízico en los
cultivos 38, como con el hecho de que
quizás no sea lo mismo establecer una colonización efectiva, que debe
requerir de un número mínimo de propágulos de cepas eficientes 53,
que ir disminuyendo la efectividad de un funcionamiento existente en un
cultivo perenne, en el cual sin duda, está presente un efecto acumulado
sobre el crecimiento, que puede enmascarar las relaciones entre el
porcentaje de colonización actual y la respuesta de la planta 54.
En
los diferentes cultivos las dosis superiores de fertilizantes
presentaron los menores valores de los indicadores de funcionamiento,
corroborando los aspectos más generales ya reportados de que las
cantidades de fertilizantes diseñadas para altos rendimientos,
disminuyen o inhiben el funcionamiento micorrízico, tanto en cultivos
inoculados 8, como el proveniente de las comunidades micorrízicas residentes 6,38.
CONCLUSIONESLa
inoculación con cepas eficientes de HMA de los cultivos precedentes,
resulta una vía adecuada para lograr un funcionamiento micorrízico
efectivo en el boniato en sucesión en las dos épocas de plantación de
este cultivo.
La utilización de la vigna y frijol
común como cultivos precedentes, permite aprovechar este efecto de
permanencia de la inoculación, hasta 45 días después de la cosecha de
estos cultivos y superior a los resultados obtenidos con el maíz.
La
potencialidad de los precedentes inoculados para desarrollar el efecto
de permanencia no puede ser establecida a través de la simple
comparación de los indicadores de funcionamiento obtenidos en cada uno
de estos.
INTRODUCTIONArbuscular mycorrhizal symbiosis occurs in about 80 % of the plant species in which the bulk of the economic crops are found 1.
This brings benefits to plants and the environment associated with the
increase in the intake of plants are widely recognized nutrients 2 and water 3 as well as to the effect of bioprotection against the attack of some radical and foliar pests 4. Also to the tolerance to heavy metals 5,
as well as other eco-services among which are improvements in the
aggregates of soil, participation in the Carbon and Nitrogen cycles,
promoting greater ecosystem resilience 6,7 and the conscious management of arbuscular mycorrhizal fungi (AMF) is a challenge to optimize these benefits in agrosystems 8,9.
The
works developed in Cuba in this regard are based on the inoculation of
efficient strains of AMF of a general nature with the plant species and
recommended based on the edaphic environment 10.
In this way, integral nutrient supply systems are designed from an
effective mycorrhization of the different crops, obtaining high yields
and satisfactory nutritional status, with lower doses of fertilizers 8,11-13.
One
of the aspects found when working with mycorrhization-dependent
cultures has been the presence of a positive effect of permanence of the
inoculant applied to different crops on the first crop in succession,
although it disappears for subsequent crops 8,14. This effect has been linked either with the use of inoculated green manures 15,16 or with the management of inoculants in crop sequences 14,
with replacement in both cases of the inoculation of the first crop in
succession; although it has also been evaluated in inoculated perennial
crops 11,17
to define the moment of reinoculation. The disappearance of the
permanence effect has been fundamentally associated with competition
with the resident mycorrhizae 18, with the characteristics of the crop, its agronomic management and the edaphic conditions 11,19.
Ipomea batata (L.) Lam is a culture with a significant response to inoculation, but even using the pathway of the cuttings 14 requires very high amounts of inoculants. The recently developed works in this crop 20
established that, using inoculated precedents common crops in Cuban
agriculture (a grass such as corn and legumes such as common beans or Vigna unguicolata,
sown in the rainy and dry season). In addition, to the benefits of
inoculation on these precedents, permanence effects were found equally
effective with both precedents and in both periods. In this way, it is
not necessary to inoculate the sweet potato, regardless of the higher
values of mycorrhizal spores reproduced by corn and by crops planted in
the rainy season.
In the previous publications 14,16,20,
the interval between the harvest of the inoculated precedents and the
cultivation in succession was not more than 30 days. Therefore, it was
necessary, in order to define the management of precedents inoculated at
one time or another, to determine how intervals greater than 30 days
influenced their effectiveness due to the practical importance of the
reported results. Also the possible influence of the differences found
in the reproduction of spores between the preceding and times in the
duration of the effect and to the fact that both in the sequences of
cultures 8,14 and in the inoculated perennial crops the positive response to inoculation gradually disappears in time 11,17.
MATERIALS AND METHODSThe research was carried out at the Tropical Food Research Institute (INIVIT) located at 22º
35' N, 80º 18' W and at 40 m a.s.l., in Santo Domingo municipality,
Villa Clara province, Cuba, on Brown argenic soil moderately washed 21, also classified as Cambisol Eutric without carbonates 22, during 2015 and 2016.
The
soil in the experimental area was homogeneous, without presenting
significant differences (p<0.05) in the variables determined between
the different experiments, years and planting seasons. Table 1
shows the average values corresponding to each planting season. The
soil presented a neutral reaction, as well as low values of organic
matter possibly associated with continuous cultivation. The phosphorus
contents available were low and those of potassium were medium. Calcium
and interchangeable magnesium showed high and typical values of these
soils. The mycorrhizal spores were low, with approximate values to those
reported in adjacent areas with similar soil type and management 12,14.
Annual rainfall in 2015 and 2016 was 1211
and 1370 mm, slightly lower in 2015 to the historical average (1969-2016
period) of 1348 mm, although in the two years rainfall in the rainy
season (May-October) reached 76 and 78 % of the annual total
respectively, very similar to the historical percentage of 77 %. The
average annual temperatures were 24.6 and 24.24 °C respectively, similar
to the historical average of 24.3 °C, although in the rainy period they
were 26.03 °C, higher at 3.8 °C those of the dry season.
The experiments carried out with the same previous cultures and times referred to in a previous publication 20. In the rainy season (Table 2) they were corn (Zea mays L./var.MC-4) and bean vigna (Vigna unguiculata (L.) Walp./var. Guariba); in the case of sowing of January the same maize variety were used and the common bean (Phaseolus vulgaris/var.
BAT-304). Following the harvest of the previous crops and at three
different times (30, 45 and 60 days), the sweet potato crop (Ipomea batatas (L) Lam/var. 'CEMSA 78-354') was planted.
As
the previous cultures were different in the ages and also do not have
the same extension of their biological cycle, the experiments did not
include the cultures, nor the time as factors and were develop as
independent experiments. For each crop and at each time, three
experiments were carried out, each with the same sowing date of the
previous one and varying the periods between the harvest of this and the
plantation of the sweet potato to (Table 2) for a total of 12 experiments . The treatments (Table 3)
and the design used in each experiment were similar: randomized blocks
of four treatments, which included both the previous crop stage and the
sweet potato stage (factor A) and repeated for two years (factor B),
with 4 x 2 factorial arrangement and with four replicas.
The planting frames used were similar to those reported in a previous publication 20,
0.9 x 0.3 m for corn, 0.7 x 0.2 m for common beans and 0.9 x 0.1 m for
the vigna. In the sweet potato cultivation, the plantation frame was 0.9
x 0.23 m for the successions started in the rainy season and 0.9 x 0.3 m
for the others.
The plots consisted of five
6-meter long furrows, except for beans, which had six furrows. In each
experiment, the previous cultures and the sweet potato of each treatment
were always located in the same plots.
Precedents in the rainy season: corn (var.
MC-4) and vigna (var. Guariba). Precedents in the dry season: corn (var.
MC-4) and common beans (var. BAT-304). Sweet potato variety 'CEMSA
78-354'. HMA: R. irregular / INCAM 11.
Inoculating and mycorrhizal inoculationThe inoculant was prepared at the National Institute of Agricultural Sciences (INCA), Mayabeque, Cuba, based on Rhizophagus irregular23/INCAM 11 and using Urochloa decumbens (Hochst. Ex A. Rich) As a host plant. This strain is recommended as an efficient strain for this edaphic condition 10. The inoculant had 30 g-1
spores. Inoculation carried out using to seed coatings. In the case of
grains was done with an equivalent amount of inoculant to 8 % by weight
of the same 24, at doses of 2 and 4 kg ha-1
for maize. Respectively bean and sweet potato was coated the lower
third of cuttings with a mixture of 1 kg of inoculant in 5 liters of
water and applying 35 kg ha-1 (14.
Fertilization and cultural careIn the case of fertilization for high yields (100 % NPK) they correspond to those of the respective Instructions 25-28, and they were 90, 130, 170 kg ha-1 of N, P2O5 and K2O for corn. 80, 60, 90 kg ha-1 for beans and vigna, as well as 120, 100, 300 kg ha-1 for N, P2O5 and K2O,
for sweet potato. The doses applied to obtain optimal mycorrhizal
functioning in the different inoculated precedents were 50 % NPK 24 and in the case of sweet potato 50 % NP 25 % K 29-31
were applied. Work on the previous crops and sweet potatoes, including
irrigation, was carried out according to the Technical Instructions for
these crops 25-28.
It should be noted that when the previous crops were harvested, the
soil was prepared in a conventional manner, with a sequence of
rotational work (plowing), two harrows, and finally furrowed, adjusting
the times between workings at the three intervals studied.
EvaluationsSoil analysisComposite
samples of soils were taken in the depth of 0-20 cm in each of the
replicas of the experiments and at the beginning of these. The
determinations made were established in the soil and plant tissue
laboratory of the National Institute of Agricultural Sciences 32 and it was consisted of pH in KCl and H2O,
with a soil-solution ratio of 1:2.5; total nitrogen (Nt) by the
micro-Kjeldahl method. Also, organic matter according to Walkley-Black; P2O5 and K2O with extraction with solution of (NH4)2CO3 with pH 9 and the exchangeable cations (Ca, Mg, Na and K) by extraction with AcNH4 1N at pH 7.0.
Total colonization of roots with AMF (%)45
days after planting corn it was carried out, vigna and common beans and
90 days after planting sweet potatoes. For total colonization, samples
of fine roots were from eight plants per plot, located in the central
furrows. The roots were stained 33 and evaluated by the method of the intercepts 34.
Mycorrhizal spore countThe
number of mycorrhizal spores was determined at the beginning and at the
time of harvest of each crop and expressed as a total number of spores
in 50 g of soil. A sample composed of 10 subsamples (0-20 cm) per plot
was taken and the spore extraction was performed using the wet decanting
method 35 and the stereomicroscope count.
YieldFor its estimation in t ha-1,
the plants of each plot harvested, excluding those found in the two
edge furrows. In corn, vigna and bean crops, it performed at 120, 90 and
100 days respectively and expressed based on 14 % humidity. The sweet
potato made at 120 days and only commercial roots (>100 g)
quantified.
The effect of permanence (EP) in
each interval was estimated from the s response s in the yield of the
sweet potato of the inoculated-sweet potato (R1) and inoculated-sweet
potato (R2) sweet potato treatments in relation to the sweet potato
yield in the homologous sequence not inoculated and calculated as
follows
Statistical analysisThe
ANOVA performed according to the design used. For the previous
cultures, by having information on three experiments for each preceding
combination x seasons, it was proceeded first to assess whether there was interaction treatments x repetition of experiments x
years and the results are presented from that analysis. For sweet
potato cultivation, the results expressed according to whether the
interaction treatments x years in each experiment was significant or
not. In addition, regression analysis between colonization percentage
vs. yield and vs spore quantities in 50 g for each succession and season
established in the sweet potato culture, using the data corresponding
to the three planting intervals. The comparison between experiments was
made with the confidence intervals (p<0.05), calculated from the Esx
obtained in the ANOVA performed for each variable in the different
experiments.
RESULTSIn
none of experiments, the interaction terms were significant, whereby
only the effects of the treatments on each of the variables in the
different experiments will present factor.
Precedent crops in rainy season and principal culture in little rainful seasonBoth
maize and the cowpea showed significant responses (p<0.05) at doses
of fertilization, as inoculation with AMF efficient strain, so that no
differences between yields inoculated treatments receiving average doses
of fertilization and those who received the highest doses of
fertilization in each crop (Table 4A and B). The
mycorrhizal inoculation also caused significant increases in the
mycorrhizal colonization percentage and the amounts of spores in
relation to the non-inoculated treatments, showing the non-inoculated
treatments that received the highest doses of fertilization, the lowest
values; however, the colonization and spore values obtained in the
previous inoculated corn were higher (p<0.05) than when vigna was
used as such.
In relation to sweet potato, this crop
always responded significantly to inoculation and increased
fertilization so that both treatments achieved similar yields in the
different experiments with one and the other preceding (Table 4
A and B). In the treatments in which the precedent inoculated and the
sweet potato not inoculated, the permanence effect was maintained in the
first 30 days for both precedents with similar yields with the
treatments, in which the sweet potato was also inoculated, but already
at 45 days, it was only completely effective in the inoculated
vigna-sweet potato succession. Although with the precedent of inoculated
corn the yield achieved was superior to the homologous treatment
without inoculation, the effect was 76 % compared to the increase in
yield obtained by the treatment in which both crops in the succession
inoculated. At 60 days, the effect disappeared completely with both
precedents.
Both colonization and spore
percentages responded significantly to sweet potato inoculation, with
higher values (p<0.05) when corn was precedent. For each precedent
and in the treatments with inoculated precedents and uninoculated sweet
potato, similar values for both mycorrhizal indicators were presented
during the intervals of 30 and 45 days in relation to the treatments. In
this two cultures in succession were inoculated and both indicators
decreased sharply (p<0.05) in the 60-day interval, although with
values higher than non-inoculated homologous treatments. The treatments
not inoculated and that received the highest fertilization doses, always
exhibited the lowest values of the mycorrhizal performance indicators
evaluated.
In both sequences, sweet potato yields were strongly associated with mycorrhizal colonization percentages (Figure 1).
In the corn-sweet potato sequence, the highest yields of sweet potatoes
were achieved with colonization rates in the range of 70 to 75 %; while
using vigna as a previous crop, similar yields were achieved with
colonization percentages lower than those obtained in the previous
sequence (p <0.05) and of the order of 52 to 56 %.
Relationships
in sweet potato cultivation between yield and colonization percentages
for corn-sweet potato (A) and vigna-sweet potato (B) sequences
The data corresponding to the three
intervals, the two years and four replications of the three treatments
that received the same dose of fertilizers with and without inoculation
were used (n=72). AMFp60d (precedent inoculated-sweet potato without
inoculation, interval 60 days).
It should be noted that in the graphs of performance vs colonization and for both sequences (Figure 1A
and 1B ), it can be observed that values of the order of 40 % of
colonization achieved in the 60-day interval presented the same
performance as the treatments not inoculated with about 10 %
colonization. Also in both sequences, the reproduction of spores by
sweet potatoes was significantly associated with the colonization
percentages achieved by this crop (R2 = 0.99), with always
increasing values for both variables, although the spore production when
the vigna was the preceding was much lower than with corn (Table 4).
Previous crops in a little rainy season and main culture in a rainy seasonWith both precedents a significant response was found in the yield to inoculation and fertilization (Table 5A
and B), so that the treatments inoculated with the efficient strain AMF
and average fertilization dose reached yields similar to those obtained
with the highest doses of fertilization. Likewise, both inoculated corn
and beans had much higher values (p<0.05) of colonization
percentages and spore quantities than non-inoculated, although both were
significantly higher in corn than in beans (p<0.05). In turn, the
highest doses of fertilization had the lowest values of these two
indicators of mycorrhizal functioning.
In
addition, in the rainy season the corn not reached only higher yields
than when it was sown in the rainy season, but also higher percentages
of mycorrhizal colonization and spore production. Likewise, the vigna
reached higher values (p<0.05) of the mycorrhizal performance
indicators evaluated than the beans.
The sweet potato also presented a positive response to inoculation and mineral fertilization (Table 5
A and B) with similar yields between them in the different experiments,
although higher (p<0.05) when the previous crop was beans. Similar
to the previous period, the effect of permanence achieved with both
precedents in the 30-day interval; at 45, it only kept completely with
the precedent of inoculated beans, although with corn it was of the
order of 81 % and disappeared completely in both successions at 60 days.
Both
colonization and spore percentages responded significantly to sweet
potato inoculation, with higher values (p<0.05) when corn was
precedent. For each precedent and in the treatments with inoculated
precedents and sweet potato without inoculation and with the intervals
of 30 and 45 days, similar values of both mycorrhizal indicators
presented in relation to the treatments in which the two cultures in
succession were inoculated. However, both indicators decreased sharply
(p<0.05) in the 60-day interval, although with values higher than
non-inoculated homologous treatments. In non-inoculated treatments,
higher fertilization doses reduced (p<0.05) the values of mycorrhizal
performance indicators evaluated.
In addition,
in the two sequences, sweet potato yield was strongly associated with
the percentages of mycorrhizal colonization obtained in this culture (Figure 2).
When the precedent was corn, the highest yields of sweet potatoes were
achieved with colonization rates in the range of 59 to 64 %. While in
the bean-sweet potato sequence, the colonization percentages that were
associated with the highest yields were lower than those achieved with
corn were (p<0.05) and they were in the range of 51 to 57 %; however,
sweet potato yields were higher in this last succession. In both
sequences, the spore reproductions made by the sweet potato were
strongly associated with the colonization percentages achieved by this
crop (R2 = 0.98), with always increasing values for both
variables, although the sporulation with the preceding bean was much or
less than with corn (Table 5).
Similar to the other era, values of the
order of 40 % colonization achieved with both precedents in the 60-day
interval resulted in the same performance as non-inoculated treatments
with colonization percentages close to 10% (Figure 2A
and 2C). There were significant differences between periods (p<0.05)
for the colonization percentages and the amount of spores in the sweet
potato, with the highest values when the precedents were sown in the
rainy season; however, the yield of sweet potato was superior to
planting it in the rainy season, that is, with the precedents sown in
the rainy season.
Relationships
between yield and percentage of mycorrhizal colonization in sweet
potato cultivation, for corn-sweet potato (A) sequences and for
vigna-sweet potato succession (B)
The data corresponding to the three
intervals, the two years and four replicates of the three treatments
that received the same dose of fertilizers were used (n=72 in each
case). AMF p60d (precedent inoculated- sweet potato without inoculation
in 60 days interval).
DISCUSSIONThe
response to inoculation with an AMF effective strain of previous crops
in both periods, expressed to that with only 50 % of fertilization
ensure high yields. Even higher than homolog uninoculated (p<0.05)
and the like to those obtained with high doses of fertilizers (100 %
NPK) corroborates the results obtained previously in different crops and
edaphic conditions 8,24 and makes clear one of the benefits of inoculation.
Likewise, the previous inoculated cultures reach high colonization rates of an effective mycorrhizal functioning 8.
Thus, in corn, the records are higher than those of legumes are and, in
turn, in the rainy season of planting the percentages are higher than
those obtained in the dry season are and corroborate what previously
obtained 20. The latter may be associated
with higher growth s and yield obtained at the season rainy, which can
lead to an increase in the needs of fungal structures that meet the
requirements of plants, such as with different species of forage
inoculated when they grow at 1 season and another 36.
The
higher spore counts obtained in the sowings of the precedents in the
rainy season can be explained by the higher colonization percentages and
higher growth existing in both crops inoculated at this time.
Similarly, in corn its most profuse radical system, together with the
highest colonization achieved, should explain the greater number of
associated spores. In addition, that these results were similar to those
obtained previously with these cultures 20.
Several authors have reported in different cultures inoculated with
efficient strains of AMF, higher amounts of spores associated with the
highest percentages of mycorrhizal colonization and with the highest
yields of biomass or yield 29,30,36,37, as well as for the same crop, higher in the rainy season than in the dry season 36. In correspondence with the above other authors 38
argue that an efficient mycorrhizal operation can leads to earnings C
obtained by the fungus invest in the production of spores. A mechanism
that not only is favored in species of generalist that they are
characterized by a high production of spores 39, but it is presented for a broad group of Glomeromicota genera and species 40.
The information corroborated the effect of permanence found in the first 30 days for the different precedents in both periods 20,
but it only becomes fully extensive until 45 days with the precedents
of legumes, although in that case there are less spores that when the
precedent was corn. However, with the inoculated corn, a yield
equivalent to about 80 % of the effect achieved at 45 days, which has a
remarkable practical importance. It is noteworthy that the effect
achieved even when the common work of soil preparation prior to the
sweet potato plantation was executed.
The soil work is recognized to affect the stability of the resident mycorrhization 41. In the various works carried out in Cuba on the management of inoculation in crop sequences 8,14,20
this effect has been reported in the presence of soil work and even in a
work in which minimum and conventional tillage were compared. Similar
permanence effects were obtained between the two 42 and possibly related to the fact that generalist strains such as R. irregulari are characterized by the high production of spores 39, propagules more resistant to tillage than extraradical mycelium.
In different works carried out with micotrophic cultures and inoculating an efficient strain 11,14,17
the effect disappears at some point, depending on its extension of the
interaction with resident mycorrhizal fungal populations and the
competitiveness of the inoculated strain itself 18, although they also influence the edaphic condition, the type of crop and its management 11,19.
The disappearance of the effect seems to be important since it reduces
possible ecological risks associated with the inoculation of
non-resident strains 18. In the specific case of R. irregulare it has been reported very low endemism 43
and these authors consider that the risk The introduction of an
“exotic” strain of this species seems smaller than with other species.
An
interesting aspect is that the magnitudes of the colonization and
quantities of spores reproduced by the inoculated precedents seem to
maintain a direct influence on the colonization percentages and quantity
of spores obtained in the sweet potato in succession. Probably the most
existing mycorrhizal spores to plant the potato and derived from the
inoculation of the preceding crop origin to greater colonizations
thereof, as has been found in previous experiments with these same
cultures 20 or other author with varieties of forage inoculated in the sowing and subjected to periodic cuts 44.
It is bases with the amount of spores present when making a cut, the
permanence or not of an effective mycorrhization for the new growth
stage.
Likewise, the greater colonization of
sweet potato should cause high amounts of spores, which is a similar
result to that found in the inoculated precedents and has been found in
this same culture 29-31.
Also in various experiments comparing strains of AMF in that
inoculation of the strain not only causes efficient colonization
percentages and higher performance but also greater is amount is of
spores 45-47;
however, it does not explain why similar amounts of spores are
maintained throughout each succession in the inoculated treatments.
In
addition, even the inoculated cultures are not colonized only with the
strain applied and the different cultures have different capacities both
to colonize with one or another strain 6,38,40.
So although the colonization percentages are an indicator of the
functioning and they are generally positively related to yield 48,49,
mycorrhizal functioning is a very complex phenomenon and better
performances cannot be inferred when comparing inoculated cultures, only
by the values of these percentages.
Similarly in an experiment with 17 species of crotalaria 50 to evaluate the response to mycorrhizal inoculation and the effect of permanence on an onion crop (Allium cepa
L.) in succession, the highest percentages of colonization in the onion
are not associated with the species of crotalaria that presented the
highest percentages of colonization.
On the other
hand, although some authors have positively related the existence of
the permanence effect with the amount of spores associated with the
inoculated culture. For example in the succession Canavalia ensiformis inoculated-banana 12 and in forage areas of several species of inoculated brachiae 44. The different characteristics in the reproduction of spores by the different cultures 51,
the differences in the resident mycorrhizal community, the influence of
the seasons and the very fact that the spores are not the only
infective propagule 6,38.
They may allow evaluations for each culture inoculated in a particular
agrosystem; they do not allow comparing the potential of the different
previous cultures inoculated to obtain the permanence effect, from the
total spores reproduced by each of them.
The
information obtained confirms the existence of an effect of permanence
of the inoculant applied with a high importance for its use in crop
technologies. Some authors have established using molecular techniques a
positive confirmation of the strains applied in the inoculated cultures
until a period of two years after inoculation 18.
However, others suggest that the positive effect of inoculation not
necessarily linked to a direct effect of the inoculated strain 52
and therefore it is essential to develop the protocols for the
follow-up of the INCAM11 strain using specific molecular markers, to
establish the mechanism present in the permanence effect found.
The
use of inoculated beans as a precedent seems to present another
additional benefit, associated with the higher yields found in sweet
potatoes compared to those obtained in the corn-sweet potato succession.
It may be related among others to the positive influence of the
residues of legumes easier to mineralize the corn stover with higher C/N
and also, the importance of nitrogen for yams 29.
It
was interesting that the intermediate colonization values reached in
the sweet potato in the 60-day interval by the different successions
with inoculated precedents and uninoculated sweet potato did not cause
yields. Even if they were slightly higher than those obtained in the
homologous treatments without inoculating, indicating that this amount
of fungal structures is insufficient to guarantee a positive response in
performance 53. The percentage of
colonization as assessed is nonspecific and in this situation of
disappearance of the permanence effect, it is logical to consider that
the proportion in which the efficient inoculated strain is present in
the sweet potato colonization has also decreased, which masks possible
assessments of efficiency of the inoculated strain. However, similar
results have been reported in an inoculation management experiment with
this same strain in sequence of crops and in the same type of soil 14,
in which sweet potato was the third crop in succession. In addition,
the percentages of colonization reached of 38 % did not originate yield
superior to the inoculated controls, which presented much lower values
of colonization.
However, in inoculated
perennials crops a gradual disappearance of operation mycorrhizal with
proportional decreases between colonization and associated yields has
been reported 17,44. The apparent contradiction may be related among others with different characteristics of mycorrhizal functioning in crops 38.
As with the fact that it may not be the same to establish an effective
colonization, which should require a minimum number of efficient strain
propagules 53, which will decrease the
effectiveness of an existing operation in a perennial crop in which
there is undoubtedly an accumulated effect on growth. It can mask the
relationship between the percentage of current colonization and the
response of the plant 54.
In
the different crops the higher doses of fertilizers presented the
lowest values of the performance indicators, corroborating the more
general aspects already reported that the amounts of fertilizers
designed for high yields decrease or inhibit mycorrhizal functioning in
both inoculated crops 8 as from the resident mycorrhizal communities 6,38.
CONCLUSIONS
The
inoculation with AMF efficient strains from the previous cultures is an
adequate way to achieve an effective mycorrhizal function in the sweet
potato in succession in the two planting seasons of this crop.
The
use of cowpea and common bean crops as above, can exploit this effect
permanency inoculation 45 days after harvest of these crops and s
uperior to the results obtained with corn.
The
potential of the inoculated precedents to develop the permanence effect
not established through the simple comparison of the performance
indicators obtained in each of these.