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Efecto de la aspersión foliar de quitosano en el desarrollo vegetativo de soya inoculada

  [*] Autor para correspondencia: daimy@inca.edu.cu


RESUMEN

El quitosano es un polímero lineal de glucosaminas unidas por enlaces β 1-4, que se obtiene por desacetilación alcalina de quitina y tiene una amplia aplicación como bioestimulante agrícola. El objetivo del presente trabajo fue evaluar el efecto de diferentes concentraciones (1, 10, 50, 100, 500 y 1000 mg L-1) de quitosano, aplicadas en las etapas V1 y V2 por aspersión foliar, en indicadores de la nodulación, la fisiología y el crecimiento vegetativo de soya cv IS-27 inoculada con Azofert-S®, en condiciones controladas. Semillas inoculadas con la cepa Bradyrhizobium elkanii ICA 8001, previo a la siembra, se colocaron en macetas y fueron cultivadas en cámara de crecimiento hasta la fase V4. La aplicación de 10 mg L-1 de quitosano estimuló, tanto el número como la masa seca de los nódulos formados y las concentraciones 500 y 1000 mg L-1, estimularon el crecimiento de las plantas. Por otra parte, la inoculación de semillas con Bradyrhizobium aumentó los niveles de la actividad enzimática nitrato reductasa (NR) en la fase V1 de soya, mientras que en las etapas V2 y V3-V4, la actividad NR fue incrementada con la aplicación de las concentraciones entre 10 y 500 mg L-1 de quitosano. El beneficio de los indicadores del metabolismo del nitrógeno por el quitosano en este trabajo podría estar vinculado al desarrollo vegetativo estimulado en las plantas.

Palabras clave:
biostimulantes; Bradyrhizobium; concentración; crecimiento; nitrógeno.

INTRODUCCIÓN

El quitosano es un biopolímero lineal de monómeros de glucosamina y una pequeña cantidad de monómeros de N-acetil-glucosamina, derivado por desacetilación parcial de la quitina, la cual es reconocida como el segundo polisacárido más abundante en la naturaleza después de la celulosa 1. El quitosano es un reconocido bioestimulante agrícola por causar efectos biológicos en las plantas como son la promoción del crecimiento y desarrollo y la protección anti estrés a través de la activación del metabolismo vegetal. De esta forma, la estimulación del crecimiento y desarrollo en las plantas por polímeros y oligómeros de quitosano es el resultado del beneficio de la acumulación de nutrientes esenciales, del proceso de fotosíntesis y la acumulación de carbohidratos, de la activación de enzimas del metabolismo del carbono y el nitrógeno y del aumento del contenido de metabolitos secundarios 2-5.

Algunos autores han informado beneficios en el desarrollo de la soya con quitosano y sus derivados con diferentes masas moleculares, concentraciones, formas y momentos de aplicación de estos compuestos 6-9. En particular, la mayor parte de las investigaciones realizadas en el cultivo con la aspersión foliar han empleado concentraciones altas de quitosano y sus derivados (de 1 a 40 g L-1), con consecuencias significativas en su desarrollo que, inclusive, han reducido los efectos negativos causados por estreses abióticos 3,10. Sin embargo, resultados previos en el cultivar IS-27 demuestran el efecto positivo de concentraciones menores a 1 g L-1 de un polímero y un oligómero de quitosano, en la nodulación y el crecimiento in vitro11. Dichas concentraciones no se han evaluado en este cultivar mediante aspersión foliar del polímero.

Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue evaluar el efecto de diferentes concentraciones (1, 10, 50, 100, 500 y 1000 mg L-1) de quitosano, aplicadas en las etapas V1 y V2 por aspersión foliar, en indicadores de la nodulación, la fisiología y el crecimiento vegetativo de soya cv IS-27 inoculada con Azofert-S®, en condiciones controladas.

MATERIALES Y MÉTODOS
Polímero de quitosano

El polímero de quitosano comercial (PANVO Chemicals, India) fue caracterizado por el Grupo de Productos Bioactivos del INCA, mediante viscosimetría y espectrometría infrarroja, mostrando entre sus características físico-químicas una masa molar de 100 kDa y un grado de acetilación del 13,7 %, respectivamente. A partir de una solución madre de 10 g L-1 de quitosano disuelto en ácido acético (1 %) y ajustada a pH= 5,2 con KOH, se tomaron alícuotas para preparar las diferentes concentraciones a evaluar: 1, 10, 50, 100, 500 y 1000 mg L-1 para su aplicación foliar en plantas de soya.

Análisis químico del suelo

En la ejecución del experimento se utilizó un suelo proveniente del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), que se clasificó físicamente como Ferralítico Rojo Lixiviado típico, éutrico 12. El análisis químico de este suelo se realizó en el Laboratorio de Biofertilizantes y Nutrición de las Plantas de la propia institución, a partir de muestras colectadas entre 0 y 20 cm de profundidad 13. El suelo presentó valores bajos de materia orgánica (16,1 g kg-1), pH (H2O) ligeramente ácido (6,23), contenido alto de fósforo (P) disponible (180 mg kg-1) y potasio (K+) intercambiable (1,23 Cmolc kg-1), así como altos contenidos de calcio (Ca2+) (29,25 Cmolc kg-1) y magnesio (Mg2+) (9,75 Cmolc kg-1) intercambiables, sin presencia de sodio (Na+). Estos valores resultan adecuados para el cultivo de la soya, que requiere una fertilidad media 14.

Condiciones de cultivo

Las semillas de soya cv IS-27 se inocularon con el inoculante comercial Azofert-S® a base de la cepa ICA 8001 de B. elkanii, en una dosis de 200 mL por cada 50 kg de semilla y con una concentración de 1x1010 unidades formadoras de colonias por mililitro (UFC mL-1), en el momento de la siembra. Las semillas se dejaron secar por una hora antes de sembrarse en macetas plásticas de 1370,25 cm3 de volumen y 1,2 kg de capacidad de suelo, a razón de dos plantas por maceta. Las plantas se cultivaron en una cámara de crecimiento, con un ciclo de 16/8 horas luz/oscuridad, temperatura entre 25-27 ºC y humedad relativa del aire entre 50-70 %. Se conformaron ocho tratamientos en total, seis de ellos correspondieron a las concentraciones de quitosano, que se asperjaron foliarmente (1 mL por planta) en dos etapas (V1 y V2) de crecimiento de la soya y, dos tratamientos controles sin presencia de quitosano: uno inoculado (CI) y otro no (CA). Se seleccionaron treinta plantas por tratamiento (n=30) para realización de las evaluaciones morfoagronómicas y fisiológicas relacionadas con la nodulación y el crecimiento de las plantas.

Evaluaciones en las plantas

Entre las variables de nodulación evaluadas se realizó el conteo del número de nódulos distribuidos en la raíz principal (RP) y raíces secundarias (RS) además de los totales (NT) formados por planta. Igual, fue determinado por pesadas, la masa seca de los nódulos por secciones radiculares, luego de colocarse en la estufa a 75 ºC durante tres días y el porcentaje de efectividad nodular (%) según la coloración rojiza en el interior de los nódulos con un corte transversal de los mismos.

A los 15 días (V1), 22 días (V2) y 29 días (V3-V4) de cultivadas las plantas se colectaron muestras de terceros trifoliolos para desarrollar la actividad enzimática nitrato reductasa (NR) 15, excepto en el primer momento (V1) que se tomó el primer trifoliolo para comparar los tratamientos controles (absoluto e inoculado). En todos los casos, las hojas se cortaron en segmentos de aproximadamente 1-1,5 cm y se pesaron 0,25 g antes de colocarse en tubos de ensayo, conformándose tres repeticiones de cada muestra foliar y leídas a una longitud de onda de 540 nm. Se realizó una curva patrón de nitrito de sodio (NaNO2) en un rango de concentración desde 2 hasta 24 nmol y los datos se expresaron en nitrito producido (μmol NO-2) min-1 mg-1 de masa fresca (MF) de hojas.

La concentración de macronutrientes se determinó por análisis químico en nódulos y terceros trifoliolos, tales como el N por el método Nessler, el P por la formación de azul de molibdeno y el K por fotometría de llama (mg kg-1 de muestra seca) 13. Se realizó la determinación de los iones Ca, Mg, Mn, Fe, Zn y Na (mg kg-1) por espectrofotometría de absorción atómica de llama (Rayleigh, modelo WFX-210, China), a partir de la digestión de muestras secas molinadas (0,5 g) de ambos órganos de soya con ácido nítrico (HNO3, 4 mL) concentrado, en horno microondas por 20 minutos. De acuerdo a la norma ISO-11466 (1995) se realizaron curvas patrones y diluciones con agua desionizada para cada elemento, excepto para Ca y Mg que se diluyeron en una solución de cloruro de lantano (0,2 %). También, el contenido relativo de clorofilas totales se determinó en los terceros trifoliolos con un medidor portátil (MINOLTA SPAD* 502 plus), por lo que los valores se muestran como unidades spad.

En cuanto a las variables de crecimiento se evaluó el número de hojas trifoliadas, el diámetro del tallo (mm) medido con un pie de Rey electrónico digital (0-150 mm, China), la longitud del tallo y radical (cm). La masa seca (g planta-1) de los órganos de soya se determinó en una balanza analítica Sartorius CPA 3245, luego de colocar las muestras en una estufa de aire forzado (BINDER, USA) durante 72 horas, a 75 ºC hasta obtener peso contante. Además, se deshojaron las plantas por método destructivo para determinar el área foliar (cm2) de todas las hojas trifoliadas de cada planta, que se escanearon con un escáner de mesa (Canon MG2520) y todas las imágenes se procesaron con el software Adobe Photoshop CS, (versión 8, 2003).

Análisis estadístico de los datos

El experimento, con un diseño completamente aleatorizado, se repitió dos veces y se muestran los resultados de una de las repeticiones experimentales. A los datos obtenidos se les verificó los supuestos de normalidad y homogeneidad de varianza por las Pruebas de Kolmogorov - Smirnov y Levene, además de realizarles un ANOVA de Clasificación Simple. Los tratamientos controles se compararon mediante la Prueba t de Student en la etapa V1 de crecimiento para la determinación de la actividad enzimática NR. Se utilizó el paquete estadístico Statgraphics (versión 5, 2011). La comparación de las medias resultantes se realizó por la Prueba de Tukey HSD p< 0,05 y los gráficos se realizaron en SigmaPlot, (versión 11, 2008).

RESULTADOS

Al evaluar el efecto del quitosano aplicado por aspersión foliar de soya se observa una superioridad de las concentraciones 10 y 50 mg L-1, en la formación de nódulos en la raíz principal (RP), además de 500 mg L-1 en las raíces secundarias (RS), en comparación con el CA; mientras que en el número de nódulos totales (NT), se destacaron las concentraciones antes mencionadas, respecto a los controles. Los incrementos de estas concentraciones de quitosano oscilaron entre 32 y 74 %, respecto a las plantas inoculadas con Bradyrhizobium (Figura 1).

Medias con letras iguales no difieren estadísticamente para p< 0,05, según la Prueba de Rangos Múltiples de Tukey HSD. ES X: Error estándar del experimento (n = 30)

Aún, cuando se encontraron grandes diferencias en el número de nódulos, las diferencias en la masa seca de los mismos fueron menor, entre las plantas inoculadas (CI) y las tratadas con quitosano por aspersión foliar (Figura 1). El quitosano aplicado por aspersión foliar de soya no modificó la masa seca de los nódulos formados en las raíces principales de las plantas inoculadas. Sin embargo, la masa seca de los nódulos formados en las raíces secundarias (RS) se benefició con las concentraciones 10 y 500 mg L-1 de quitosano, mientras que la masa de los nódulos totales se benefició con las concentraciones 10, 50, 500 y 1000 mg L-1 de quitosano, con incrementos en esta variable, de aproximadamente entre 40 y 67 %, respecto al CI (Figura 1).

En la Tabla 1, se aprecia la actividad enzimática nitrato reductasa (NR) determinada en hojas colectadas en tres momentos del crecimiento vegetativo de plantas IS-27 de soya. Un primer momento (V1), en el cual no se había realizado la aspersión foliar de quitosano, para comparar los valores de las plantas controles. Los otros dos momentos fueron a los siete días de realizada cada aspersión foliar de quitosano.

En la fase V1 de crecimiento de las plantas, la prueba t de student arrojó diferencias significativas entre los controles (CA y CI), destacándose la inoculación de B. elkanii sobre las plantas no inoculadas en una mayor actividad NR (40 % de incremento) determinada en hojas (Tabla 1). En las siguientes etapas, las plantas asperjadas con quitosano produjeron mayores valores de nitrito (NO-2), que inmediatamente se convierten en amonio (forma asimilable por las plantas). Las concentraciones desde 10 a 500 mg L-1 de quitosano, contribuyeron a la acumulación de esta actividad en ambos momentos. Sin embargo, en la fase V2, hubo incrementos entre 10 y 28 %, respecto al control inoculado; mientras que en V3, los incrementos de actividad con quitosano estuvieron entre 0,5 y 4,3 veces por encima del valor de actividad del control inoculado a pesar de tener los valores absolutos más bajos (Tabla 1).

La aplicación foliar de quitosano no modificó la respuesta encontrada en la concentración de N en los órganos de soya más allá del incremento obtenido con la inoculación de las semillas con la bacteria, excepto con la concentración de 1000 mg L-1 en los nódulos que aumentó en 10 % el contenido de N, respecto al CI (Tabla 2 y 3).

En los trifoliolos de soya, la concentración de P y K no mostraron diferencias significativas entre los tratamientos (Tabla 2) y de forma general, tampoco hubo diferencias a nivel de los nódulos, excepto las concentraciones 100 y 1000 mg L-1, que redujeron el contenido de K y P respecto al CI, en un 5 y 40 %, respectivamente (Tabla 3).

Aunque la inoculación con Bradyrhizobium no aumentó los niveles de Ca y Mn respecto al CI, sí se elevaron ambos nutrientes con varios de los tratamientos de quitosano en ambos órganos evaluados (Tabla 2 y 3). Las concentraciones entre 50 y 1000 mg L-1 aumentaron el contenido de Ca entre 56 y 87 % en las hojas y 10 y 22 % en los nódulos, estando el mayor incremento con 500 mg L-1. Por su parte, el aumento del contenido de Mn en las hojas ocurrió con las aplicaciones de quitosano entre 1 y 500 mg L-1 con incrementos entre 70 y 200 % por encima de los controles, siendo el mejor tratamiento 500 mg L-1, mientras en los nódulos los incrementos ocurrieron entre 50 y 1000 mg L-1, estando el mejor comportamiento con 50 mg L-1 y con aumentos entre 94 y 170 % respecto al CI que, a su vez, redujo en 34 % el contenido de Mn obtenido con el CA.

La inoculación con la bacteria simbionte aumentó el contenido de Mg en 219 y 156 % en hojas y nódulos de las plantas respectivamente, sin embargo, la aplicación de todas las concentraciones de quitosano redujeron entre 123 y 370 % en las hojas, excepto la concentración de 10 mg L-1 que aumentó un 23 % el valor de Mg del control inoculado. Similar comportamiento ocurrió en los nódulos. Todos los tratamientos de quitosano sin excepción, redujeron el contenido de Mg, respecto a la inoculación entre 57 y 1550 % (Tabla 2 y 3).

Los niveles de Fe no se vieron afectados por la inoculación con Bradyrhizobium en ambos órganos y solo fueron aumentados respecto al CA con la aplicación de 100 mg L-1 de quitosano en las hojas con un 53 % de incremento y con 10 y 50 mg L-1 en los nódulos que aumentaron 21 y 58 %, respectivamente (Tabla 2 y 3).

En hojas de soya, las concentraciones desde 50 a 1000 mg L-1 de quitosano redujeron la concentración de Zn y aumentaron la concentración de Na, mientras aumentaron el Zn en los nódulos, excepto 100 mg L-1. La inoculación no afectó el comportamiento de Zn en ambos órganos (Tabla 2 y 3).

El quitosano afectó la concentración de macronutrientes y oligoelementos determinados en los órganos de soya inoculada con Bradyrhizobium, en dependencia de la concentración del polímero y del órgano de la planta. De forma general, los nutrientes en los nódulos se incrementaron con 50 mg L-1 de quitosano y en los terceros trifoliolos, con las concentraciones más bajas (1 y 10 mg L-1), excepto el nitrógeno en ambos órganos de las plantas.

El contenido relativo de clorofilas totales se benefició con la aplicación de las concentraciones de 10 a 500 mg L-1 de quitosano, que incrementaron la variable entre un 6 y 8,4 %, respecto a las plantas no inoculadas aunque sin diferencias con el control inoculado (Figura 2).

Medias con letras diferentes indican diferencias significativas entre los tratamientos, según la Prueba de Rangos Múltiples de Tukey HSD. Error estándar del experimento (ES X = 0,451, n= 30)

La respuesta en el crecimiento vegetativo de soya con la aplicación foliar de quitosano mostró diferencias significativas en todas las variables morfoagronómicas evaluadas en la fase V4 (Tabla 4).

Todas las concentraciones de quitosano favorecieron la emisión de hojas en las plantas, aunque sin diferencias significativas con CI. Las concentraciones mayores (500 y 1000 mg L-1) de quitosano estimularon el diámetro del tallo de las plantas, con incrementos entre un 10 y 16 %, con respecto a los controles CA y CI; así como la masa seca radical, que se diferenció solo del CA, con incrementos de aproximadamente 44 % (Tabla 4).

La longitud del tallo fue estimulada con las concentraciones 100 y 500 mg L-1, con diferencias de la concentración menor (1 mg L-1) asperjada y el CA. Similar resultado fue encontrado en la longitud radical, pero con las concentraciones 100 y 1000 mg L-1 (Tabla 1). Sin embargo, todas las concentraciones del quitosano aplicadas por aspersión foliar estimularon la masa seca de la parte aérea, entre 48,96 y 23,06 %, con relación a los controles CA y CI. La concentración de 1000 mg L-1 fue quién más se destacó en incrementar este indicador (Tabla 4).

Las concentraciones mayores de quitosano favorecieron el área foliar de soya, específicamente, la concentración de 500 mg L-1 que elevó la variable en un 49,24 %, diferenciándose de 1 mg L-1 y de los dos controles (Tabla 4).

El quitosano aplicado por aspersión foliar benefició la respuesta morfoagronómica de la soya inoculada con B. japonicum. La mayor respuesta estimuladora del crecimiento de las plantas se tuvo con las concentraciones de 100 a 1000 mg L-1 de quitosano, fundamentalmente, en el diámetro del tallo, la biomasa seca y el área foliar.

DISCUSIÓN

En este trabajo se evaluó el efecto de diferentes concentraciones de un polímero de quitosano en la nodulación, la actividad enzimática nitrato reductasa foliar, la concentración de macro y oligoelementos en nódulos y terceros trifoliolos y el contenido de clorofilas; así como el crecimiento vegetativo de soya cv IS-27 inoculada con Bradyrhizobium elkanii, en condiciones de cámara de crecimiento. En los procesos antes mencionados, se observó un efecto beneficioso de la aplicación foliar del polímero (fases V1 y V2) en la mayoría de las variables analizadas en la fase V4 de las plantas (Figuras 1 y 2, Tablas 1, 2, 3 y 4).

Las distintas concentraciones de quitosano aplicadas por aspersión foliar en soya inoculada con B. elkanii, influyeron positivamente en la nodulación de las plantas, con los mayores incrementos en el número y la masa seca nodular, respecto a las plantas que solo se inocularon, con las concentraciones 10, 50 y 500 mg L-1 del polímero (Figura 1 A y B). El incremento de ambas variables se traduce en un mayor contenido de bacteroides, lo que incrementaría la tasa de fijación del nitrógeno 16. Estos resultados confirman lo obtenido por otros autores en el número de nódulos y la actividad de reducción de acetileno (ARA) en soya, mediante otras formas de aplicación de compuestos de quitosano, en concentraciones de 40, 50 y 1000 mg L-1 (17-19.

Por otra parte, varios trabajos en leguminosas informan el efecto beneficioso de la inoculación con biofertilizantes respecto a las plantas que no han sido inoculadas 20-23, lo que es consistente con los resultados obtenidos en este estudio. Las plantas que no se inocularon apenas nodularon, lo que demuestra la efectividad de la cepa de Bradyrhizobium, la concentración celular y dosis del inóculo utilizado, respecto a la población residente de bradyrizobios en el suelo empleado (Figura 1). Esto corrobora lo informado por otros autores 23,24.

Las plantas de los distintos tratamientos inoculados presentaron un número de nódulos adecuados para la etapa vegetativa, de tamaño uniforme y se localizaron, fundamentalmente, en la corona y en la raíz principal de las plantas (Figura 1 A y B), lo que se atribuye a una efectividad de la inoculación. Esto se corroboró con el 100 % de nódulos efectivos encontrados en todos los tratamientos. Algunos autores plantean que la ocurrencia y distribución de los nódulos en las plantas hospederas dependen del desarrollo radical, de las condiciones del suelo y de la especie de leguminosa. En el caso de la soya, los nódulos se ubican mayoritariamente en la raíz principal 25,26. A partir de lo informado por estos autores, el incremento del número de nódulos en el presente estudio, quizás sea resultado del aumento del desarrollo radical por la inoculación de las plantas y a las condiciones favorables del suelo.

La actividad enzimática Nitrato reductasa (NR) puede presentarse en diferentes órganos y proporciona una estimación del contenido de N en la planta y, muy a menudo, se correlaciona con su crecimiento y rendimiento 27,28. En el trabajo, la inoculación de las semillas con B. elkanii causó aumentos de la actividad NR en las hojas como se ha demostrado para este cultivo y otras leguminosas inoculadas con Bradyrhizobium29,30. Los mayores valores de NR se alcanzaron en la fase V2, que luego disminuyeron en V3-V4, inclusive, muy inferiores a los obtenidos en V1 (Tabla 1). Esto pudo deberse a que en esta última fase el aporte de N está más relacionado con la fijación del nitrógeno simbiótico 31.

Por su parte, la aspersión foliar del quitosano estimuló la enzima NR en soya, en dependencia de la concentración empleada. Aumentos de la actividad enzimática se han informado por investigadores 32,33 en diversos cultivos, que dependieron de la concentración y la especie vegetal tratada, con la aspersión foliar de las concentraciones de quitosano evaluadas en nuestro trabajo. Las concentraciones 10 y 50 mg L-1 de quitosano en este trabajo, favorecieron el número y la masa seca de los nódulos formados, pero redujeron la actividad NR en hojas durante la etapa V3-V4 de crecimiento de la soya. Sin embargo, en esta etapa, la actividad NR se benefició con las distintas concentraciones de quitosano a partir de 10 mg L-1, en menor medida 1000 mg L-1, con relación a las plantas controles (Tabla 1). Lo anterior demuestra que el aporte de N con las concentraciones más bajas de quitosano pudo deberse más al proceso de fijación biológica del nitrógeno, mientras que con las concentraciones medianas pudo estar más relacionado a la actividad NR.

Es sabido que las plantas inoculadas con Bradyrhizobium favorecen el estado nutricional de la soya en relación a las plantas que no se inoculan 23,34 porque activan cambios metabólicos en la planta, específicamente el incremento del contenido de proteínas, nitrógeno y otros nutrientes 35, lo cual se traduce en una mejora del rendimiento de las leguminosas y ha sido explotado en la agricultura durante años. El efecto que algunos autores le atribuyen a la inoculación es constatado en el trabajo, con los incrementos de la concentración de magnesio, manganeso y sodio en nódulos; así como también, nitrógeno y magnesio en hojas, respecto a las plantas no inoculadas (Tablas 2 y 3). Estos nutrientes minerales influyen en el desarrollo nodular, en la FBN y en el crecimiento de las plantas, en cantidades, momentos y modos diferentes 36,37.

A su vez, las concentraciones más bajas de quitosano también estimularon la concentración de algunos nutrientes, fundamentalmente los oligoelementos (Tablas 2 y 3), que coincidieron en estimular la formación y la masa seca de los nódulos en las raíces de soya, lo que sugiere que dichas concentraciones favorecieron el proceso simbiótico del cultivo. Este planteamiento es motivo de futuras investigaciones para dilucidar el posible mecanismo de estimulación del quitosano. Similares resultados de incrementos del contenido de nutrientes en leguminosas se han informados con la aplicación conjunta de quitosano y biofertilizantes a base de bacterias diazotróficas libres, con 40 % de incrementos en el contenido de nitrógeno en plantas de caupí (Vigna unguiculata) y maíz (Zea mays) 34,38. Se ha informado que el quitosano aumenta la disponibilidad y la absorción de nutrientes en plantas con otras formas de aplicación 5,19,39.

En este estudio, el fósforo se encontró en mayores concentraciones en los nódulos que en hojas (Tablas 2 y 3). Se ha comprobado que los nódulos son importantes sumideros de este nutriente porque se requiere para la interacción simbiótica, la nodulación y la fijación biológica del nitrógeno (FBN) 36. Estos procesos están fuertemente influenciados por la disponibilidad de fósforo en el suelo. Teniendo en cuenta lo anterior, la disponibilidad de fósforo en el suelo donde se crecieron las plantas de soya fue elevada (Tabla 1), lo que pudo favorecer su absorción por la planta.

Por su parte, el quitosano a la concentración de 1000 mg L-1 incrementó la concentración de nitrógeno en los nódulos, pero disminuyó la concentración de fósforo (Tabla 2), quizás como resultado del gasto energético que se requirió para mantener la FBN, la translocación de fotosintatos a las hojas desde los nódulos y su asimilación en este órgano.

Es conveniente destacar que el polímero también aumentó la concentración de calcio y manganeso en ambos órganos de soya (Tablas 2 y 3). Incrementos de estos nutrientes se han informado en pepino 40 y otros cultivos 41,42, con la aplicación de quitosano. El calcio actúa como un mensajero secundario en los procesos metabólicos relacionados con la morfogénesis, el desarrollo y la protección de las plantas ante estreses a (bióticos) 43. De igual modo, el manganeso induce la síntesis de poliamidas que son requeridas para el crecimiento de las plantas y la detoxicación de especies reactivas de oxígeno, principalmente en las etapas iniciales de la interacción simbiótica 36.

En hojas de diferentes especies de plantas se ha comprobado una mejora en la eficiencia de la utilización de la luz, la estabilidad de las clorofilas e incrementos en el diámetro de los cloroplastos con la aplicación de quitosano 5. También, Hasanah & Sembiring 44 informaron incrementos de las clorofilas y la densidad estomática, en hojas de soya con la aplicación previa de quitosano. Además, según Soundararajan 45, existe una relación positiva entre el contenido de clorofilas y la asimilación del carbono en soya, cómo resultado de un incremento lineal de la tasa fotosintética y de la actividad de las enzimas Gliceraldehido-3-fosfato deshidrogenasa (GAPDH) y Ribulosa-bifosfato carboxilasa (Rubisco).

Por lo anterior, el aumento del contenido relativo de clorofilas en los trifoliolos entre 6 y 8 %, con las concentraciones entre 10 y 500 mg L-1 de quitosano respecto al control absoluto (CA), y del área foliar hasta el 49 % (500 mg L-1), debe favorecer una mayor fotosíntesis de las plantas y por ende, la disponibilidad de azúcares para la síntesis de nuevos asimilados, lo que puede ser una ventaja agroproductiva de las plantas asperjadas con el polímero. La soya, como típica planta C3 es más dependiente de la función dual de la enzima Rubisco, por lo que los tratamientos con quitosano deben desplazar el equilibrio fotosíntesis-respiración en favor del primer proceso y por tanto hacia un mejor crecimiento vegetativo, lo cual se demuestra con la ganancia de una mayor masa seca aérea y radical en las plantas de este trabajo con determinadas concentraciones.

Aunque no se conoce totalmente el mecanismo de acción a través del cual el quitosano aumenta el crecimiento y la productividad de los cultivos, si se ha informado un efecto antitranspirante cuando se aplica por aspersión foliar 42. El quitosano causa el cierre estomático en las hojas 46 y evita la pérdida de agua por transpiración (efecto antitranspirante), lo cual reduce el consumo de agua por la planta y regula su disponibilidad para los distintos procesos de la planta, siendo esto esencial en plantas C3 en beneficio de la fotosíntesis. A lo anterior se le debe adicionar el incremento encontrado, con la aplicación de quitosano, en el contenido de algunos nutrientes esenciales relacionados con el desarrollo vegetativo como el calcio, hierro y manganeso.

El quitosano estimuló las variables morfoagronómicas, el contenido relativo de clorofilas y el desarrollo radicular, fundamentalmente, a las concentraciones de 100 a 1000 mg L-1, específicamente, la aplicación 500 mg -1 de quitosano mejoró el número de hojas en un 19 %, la masa seca aérea en más de un 40 %, la masa seca radical y el área foliar en un 55 %. Estos resultados confirman lo obtenido por otros autores, con la aspersión foliar de quitosano en leguminosas y otras especies de plantas 22,23,47,48. Sin embargo, la sola inoculación con el simbionte mejoró el comportamiento general de las plantas, la concentración de nitrógeno foliar (40 %), el número de hojas (10 %) y la masa seca aérea (21 %).

En consecuencia, y a partir de los resultados obtenidos, el efecto en el crecimiento de las plantas de soya, encontrado en este trabajo, se debió a un aumento en el contenido de nutrientes disponibles en la planta, tanto como resultado de la inoculación con Bradyrhizobium como por la aplicación adicional de quitosano que en dependencia de la concentración empleada, mejoró la fijación biológica del N y la actividad de la enzima NR más allá del efecto de la inoculación, lo que potencialmente mejora el contenido proteico y de compuestos nitrogenados del que dispone la planta para su crecimiento. A lo anterior, debe añadirse una mejora en el proceso fotosintético de las plantas evaluadas. Es por ello que los estudios futuros en este tema deben estar encaminados a conocer cómo se comportan ambas formas de entrada y transporte de nitrógeno en soya, en diferentes órganos (nódulos, raíz y hojas) y dinámicas de tiempo, cuando se aplica quitosano por aspersión foliar, y se inocula con Bradyrhizobium, para dilucidar el aporte de cada vía al crecimiento y la productividad de IS-27 y en indicadores relacionados con la fotosíntesis.

Teniendo en cuenta los resultados alcanzados en la nodulación, la fisiología y el crecimiento vegetativo de las plantas inoculadas con Bradyrhizobium y asperjadas foliarmente con quitosano, estos pudieran repercutir en el incremento de los rendimientos de soya cv IS-27, algo por demostrar a escala productiva. En tal dirección se demostró que existe una correlación positiva entre las clorofilas (0,85) y área foliar (0,743) con la tasa fotosintética de plantas de soya en la etapa V4 de crecimiento y de esta, a su vez, con el rendimiento del cultivo 49.

CONCLUSIONES

  • La aspersión foliar de quitosano en las etapas V1 y V2 del cultivar IS-27 estimuló la nodulación, la concentración de macronutrientes y oligoelementos en nódulos y hojas de las plantas y el crecimiento de soya inoculada con B. elkanii, en condiciones controladas hasta la etapa V4, en dependencia de la concentración del polímero.

  • La actividad enzimática Nitrato reductasa foliar en las etapas V2 y V3 se incrementó con la aplicación de las concentraciones de 10 a 500 mg L-1 de quitosano, que también, aumentó el contenido de clorofilas totales. A su vez, las plantas solo inoculadas con Bradyrhizobium elkanii favorecieron la actividad de la nitrato reductasa de las plantas de soya hasta la etapa V3, en relación a las plantas que no se inocularon.

AGRADECIMIENTOS

Al Laboratorio UCELAB del Instituto Nacional de Ciencia Animal (ICA), por apoyar con las determinaciones del contenido de nutrientes en órganos de soya por Absorción Atómica de llama, fundamentalmente, a la Dra. C. Idania Scull Rodríguez y a la Especialista en Ciencias Agrícolas y Veterinaria Odalys Núñez Peñalver y al Dr. C. Michel Martínez Cruz (INCA), póstumamente, por la logística aportada para la realización de estas mediciones.

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Recibido: 17/03/2020

Aceptado: 01/11/2020

 

 


Los autores de este trabajo declaran no presentar conflicto de intereses.

Este artículo se encuentra bajo licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional (CC BY-NC 4.0)

La mención de marcas comerciales de equipos, instrumentos o materiales específicos obedece a propósitos de identificación, no existiendo ningún compromiso promocional con relación a los mismos, ni por los autores ni por el editor.


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Effect of chitosan foliar spray on the vegetative development of inoculated soybean

  [*] Author for correspondence: daimy@inca.edu.cu


ABSTRACT

Chitosan is a linear polymer of glucosamines linked by β 1-4 exoskeleton, which is obtained by alkaline deacetylation of chitin and, has a wide application as an agricultural biostimulant. The objective of this work was to evaluate the effect of different concentrations (1, 10, 50, 100, 500 and 1000 mg L-1) of chitosan, applied in phases V1 and V2 by foliar spray, in the nodulation, the physiology and vegetative growth indicators of IS-27 inoculated soybean with Azofert-S®, in controlled conditions. Seeds inoculated with the ICA 8001 strain of Bradyrhizobium elkanii, prior to sowing, were placed in pots and grown in a growth chamber until phase V4. The application of 10 mg L-1 chitosan stimulated both the number and the dry mass of the nodules formed and the concentrations 500 and 1000 mg L-1 stimulated plant growth. On the other hand, the inoculation of seeds with Bradyrhizobium increased the levels of the nitrate reductase (NR) enzyme activity in the V1 soybean phase, while in the V2 and V3-V4 phases, the NR activity was increased with the application of the concentrations between 10 and 500 mg L-1 chitosan. The benefit of the indicators of the metabolism of nitrogen by chitosan in this work could be to the stimulated vegetative development in plants related.

Key words:
biostimulants; Bradyrhizobium; concentration; growth; nitrogen.

INTRODUCTION

Chitosan is a linear biopolymer of glucosamine monomers and a small amount of N-acetyl-glucosamine monomers, derived by partial deacetylation of chitin, which is as the second most abundant polysaccharide in nature after cellulose recognized 1. Chitosan is a recognized agricultural biostimulant for causing biological effects in plants such as promoting growth and development and anti-stress protection through the activation of plant metabolism. In this way, the stimulation of growth and development in plants by polymers and oligomers of chitosan is the result of the benefit of the accumulation of essential nutrients, of the photosynthesis process and the accumulation of carbohydrates, of the activation of enzymes of carbon metabolism and nitrogen and the increase in the content of secondary metabolites 2-5.

Some authors have reported benefits in the development of soybeans with chitosan and its derivatives with different molecular masses, concentrations, forms and times of application of these compounds 6-9. In particular, most of the investigations carried out in the cultivation with foliar spraying have used high concentrations of chitosan and its derivatives (from 1 to 40 g L-1), with significant consequences in its development that, even, have reduced the negative effects caused by abiotic stresses 3,10. However, previous results in the cultivar IS-27 demonstrate the positive effect of concentrations lower than 1 g L-1 of a chitosan polymer and oligomer, on nodulation and growth in vitro11.These concentrations have not been in this cultivar evaluated by foliar spraying of the polymer.

Therefore, the objective of this work was to evaluate the effect of different concentrations (1, 10, 50, 100, 500 and 1000 mg L-1) of chitosan, applied in stages V1 and V2 by foliar spraying, on indicators of nodulation, physiology and vegetative growth of soybean cv IS-27 inoculated with Azofert-S®, under controlled conditions.

MATERIALS AND METHODS
Chitosan polymer

The commercial chitosan polymer (PANVO Chemicals, India) was characterized by INCA's Bioactive Products Group, by viscometry and infrared spectrometry, showing among its physicochemical characteristics a molar mass of 100 kDa and an acetylation degree of 13.7 %, respectively. From a stock solution of 10 g L-1 of chitosan dissolved in acetic acid (1 %) and adjusted to pH=5.2 with KOH, aliquots were taken to prepare the different concentrations to be evaluated: 1, 10, 50, 100, 500 and 1000 mg L-1 for foliar application in soybean plants.

Chemical soil analysis

In the experiment execution, a soil from the National Institute of Agricultural Sciences (INCA) was used, which was physically classified as typical Leachate Red Ferralitic, eutric 12. The chemical analysis of this soil was carried out in the Biofertilizers and Plant Nutrition Laboratory of the institution itself, from samples collected between 0 and 20 cm deep, using the methods of some authors 13. The soil presented low values of organic matter (16.1 g kg-1), slightly acidic pH (H2O) (6.23), high content of available phosphorus (P) (180 mg kg-1) and potassium (K+) exchangeable (1.23 Cmolc kg-1), as well as high contents of interchangeable calcium (Ca2+) (29.25 Cmolc kg-1) and magnesium (Mg2+) (9.75 Cmolc kg-1), without the presence of sodium ( Na+). These values are suitable for soybean cultivation, which requires medium fertility 14.

Growing conditions

The soybean seeds cv IS-27 were inoculated with the commercial inoculant Azofert-S® based on the ICA 8001 strain of B. elkanii, in a dose of 200 mL per 50 kg of seed and with a concentration of 1x1010 forming units of colonies per milliliter (CFU mL-1), at the time of sowing. The seeds were left to dry for one hour before being sown in plastic pots of 1370.25 cm3 volume and 1.2 kg of soil capacity, at the rate of two plants per pot. The plants were grown in a growth chamber, with a cycle of 16/8 hours light/dark, temperature between 25-27 ºC and relative humidity of the air between 50-70 %. Eight treatments were made in total, six of them corresponded to chitosan concentrations, which were sprayed foliarly (1 mL per plant) in two stages (V1 and V2) of soybean growth, and two control treatments without the presence of chitosan: one inoculated (CI) and the other not (CA). Thirty plants were selected per treatment (n=30) to perform morphoagronomic and physiological evaluations related to nodulation and plant growth.

Plant evaluations

Among the nodulation variables evaluated, the number of nodules distributed in the main root (RP) and secondary roots (RS) was counted, in addition to the totals (NT) formed per plant. Likewise, the dry mass of the nodules by root sections was determined by weighing, after being placed in the oven at 75 ºC for three days, and the percentage of nodular effectiveness (%) according to the reddish coloration inside the nodules with a cross section of them.

At 15 days (V1), 22 days (V2) and 29 days (V3-V4) of cultured plants, samples of third trifoliole were collected to develop the enzymatic activity nitrate reductase (NR) 15, except in the first moment (V1) that the first trifoliole was taken to compare the control treatments (absolute and inoculated). In all cases, the leaves were cut into segments of approximately 1-1.5 cm and 0.25 g were weighed before being placed in test tubes, forming three replicates of each leaf sample and read at a wavelength of 540 nm. A standard curve of sodium nitrite (NaNO2) was made in a concentration range from 2 to 24 nmol and the data were expressed in nitrite produced (μmol NO-2) min-1 mg-1 of fresh mass (MF) of leaves.

The concentration of macronutrients was determined by chemical analysis in nodules and third trifoliole, such as nitrogen (N) by the Nessler method, phosphorus (P) by the formation of molybdenum blue and potassium (K) by flame photometry ( mg kg-1 of dry sample) 13. The determination of calcium (Ca), magnesium (Mg), manganese (Mn), iron (Fe), zinc (Zn) and Na (mg kg-1) ions was carried out by flame atomic absorption spectrophotometry (Rayleigh, model WFX-210, China), from the digestion of ground dry samples (0.5 g) of both soybean organs with concentrated nitric acid (HNO3, 4 mL), in a microwave oven for 20 minutes. According to the ISO-11466 (1995) standard curves and dilutions were made with deionized water for each element, except for Ca and Mg, which were diluted in a lanthanum chloride solution (0.2 %). In addition, the relative content of total chlorophylls was determined in the third trifoliole with a portable meter (MINOLTA SPAD* 502 plus), therefore the values are shown as spad units.

Regarding the growth variables, the number of trifoliate leaves, the stem diameter (mm) measured with a digital electronic vernier caliper (0-150 mm, China), the stem and root length (cm) were evaluated. The dry mass (g plant-1) of the soybean organs was determined on a Sartorius CPA 3245 analytical balance, after placing the samples in a forced air oven (BINDER, USA) for 72 hours, at 75 ºC until weight was obtained constant. In addition, the plants were removed by destructive method to determine the leaf area (cm2) of all the trifoliate leaves of each plant, which were scanned with a tabletop scanner (Canon MG2520) and all the images were processed with the Adobe Photoshop CS software, (version 8, 2003).

Statistical analysis of the data

The experiment, with a completely randomized design, was repeated twice and the results of one of the experimental repetitions are shown. The assumptions of normality and homogeneity of variance were verified from the data obtained by the Kolmogorov - Smirnov and Levene tests, in addition to performing a Simple Classification ANOVA. Control treatments were compared by Student's t test in growth stage V1 for the determination of the enzymatic activity Nitrate reductase. The statistical package Statgraphics (version 5, 2011), was used. The comparison of the resulting means was performed by the Tukey HSD test p <0.05 and the graphs were performed in SigmaPlot, (version 11, 2008).

RESULTS

When evaluating the effect of chitosan applied by foliar spray of soybeans, a superiority of concentrations 10 and 50 mg L-1 is observed, in the formation of nodules in the main root (RP), in addition to 500 mg L-1 in the roots secondary (RS), compared to CA. While in the number of total nodules (NT), the aforementioned concentrations stood out, with respect to the controls. The increases in these chitosan concentrations ranged between 32 and 74 %, with respect to the plants inoculated with Bradyrhizobium (Figure 1).

Means with the same letters do not differ statistically for p <0.05, according to the Tukey HSD Multiple Range Test. ES X: Standard error of the experiment (n = 30)

Even when large differences were found in the number of nodules, the differences in their dry mass were lower, between the inoculated plants (CI) and those treated with chitosan by foliar spraying (Figure 1). Chitosan applied by foliar spray of soybean did not modify the dry mass of the nodules formed on the main roots of the inoculated plants. However, the dry mass of the nodules formed in the secondary roots (RS) benefited with the 10 and 500 mg L-1 concentrations of chitosan. The mass of the total nodules benefited with the 10, 50, 500 concentrations and 1000 mg L-1 of chitosan, with increases in this variable, of approximately between 40 and 67 %, with respect to the CI (Figure 1).

Table 1 shows the nitrate reductase (NR) enzymatic activity determined in leaves collected at three moments of vegetative growth of soybean IS-27 plants. A first moment (V1), in which the chitosan foliar spraying had not been carried out, to compare the values of the control plants. The other two moments were seven days after each chitosan foliar spray was performed.

In phase V1 of plant growth, the student's t test showed significant differences between the controls (CA and CI), highlighting the inoculation of B. elkanii on the non-inoculated plants in a higher NR activity (40 % increase) determined in sheets (Table 1). In the following stages, the plants sprayed with chitosan produced higher values of nitrite (NO-2), which immediately became ammonia (a form assimilable by the plants). Chitosan concentrations from 10 to 500 mg L-1 contributed to the accumulation of this activity at both times. However, in phase V2, there were increases between 10 and 28 %, with respect to the inoculated control0 while in V3 the activity increases with chitosan were between 0.5 and 4.3 times higher than the activity value of the inoculated control despite having the lowest absolute values (Table 1).

The foliar application of chitosan did not modify the response found in the concentration of N in the soybean organs beyond the increase obtained with the inoculation of the seeds with the bacteria. It is excepted with the concentration of 1000 mg L-1 in the nodules that increased in 10 % the content of N, with respect to the CI (Table 2 and 3).

In soybean trifoliole, the concentration of P and K did not show significant differences between the treatments (Table 2). In general, there were no differences at the level of the nodules, except for the concentrations of 100 and 1000 mg L-1, which reduced the content of K and P with respect to the CI, by 5 and 40 %, respectively (Table 3).

Although inoculation with Bradyrhizobium did not increase Ca and Mn levels with respect to CI, both nutrients were increased with several of the chitosan treatments in both organs evaluated (Table 2 and 3). Concentrations between 50 and 1000 mg L-1 increased the Ca content between 56 and 87 % in the leaves and 10 and 22 % in the nodules, with the highest increase being 500 mg L-1. On the other hand, the increase in the content of Mn in the leaves occurred with the applications of chitosan between 1 and 500 mg L-1 with increases between 70 and 200 % above the controls, with the best treatment being 500 mg L-1. In the nodules the increases occurred between 50 and 1000 mg L-1, the best performance being with 50 mg L-1 and with increases between 94 and 170 % with respect to the CI, which, in turn, reduced the content of Mn obtained with the CA.

The inoculation with the symbiont bacteria increased the Mg content by 219 and 156 % in leaves and nodules of the plants respectively, however, the application of all concentrations of chitosan reduced between 123 and 370 % in the leaves, except the concentration of 10 mg L-1 that increased the Mg value of the inoculated control by 23 %. Similar behavior occurred in the nodules. All the chitosan treatments without exception reduced the Mg content, with respect to the inoculation between 57 and 1550 % (Table 2 and 3).

Fe levels were not affected by inoculation with Bradyrhizobium in both organs and were only increased with respect to CA with the application of 100 mg L-1 of chitosan in the leaves with a 53 % increase and with 10 and 50 mg L-1 in the nodules that increased 21 and 58 %, respectively (Table 2 and 3).

In soy leaves, concentrations from 50 to 1000 mg L-1 of chitosan reduced the concentration of Zn and increased the concentration of Na, while Zn increased in the nodules, except for 100 mg L-1. The inoculation did not affect the behavior of Zn in both organs (Table 2 and 3).

Chitosan affected the concentration of macronutrients and trace elements determined in soybean organs inoculated with Bradyrhizobium, depending on the concentration of the polymer and the plant organ. In general, the nutrients in the nodules were increased with 50 mg L-1 of chitosan and in the third trifoliole, with the lowest concentrations (1 and 10 mg L-1), except for nitrogen in both organs of the plants.

The relative content of total chlorophylls benefited with the application of concentrations of 10 to 500 mg L-1 of chitosan, which increased the variable between 6 and 8.4 %, with respect to the non-inoculated plants, although without differences with the control inoculated (Figure 2).

Means with different letters indicate significant differences between treatments, according to the Tukey HSD Multiple Range Test. Standard error of the experiment (ES X= 0.451, n = 30)

The response in the vegetative growth of soybeans with the foliar application of chitosan showed significant differences in all the morphoagronomic variables evaluated in phase V4 (Table 4). All chitosan concentrations favored the emission of leaves in the plants, although without significant differences with CI. The higher concentrations (500 and 1000 mg L-1) of chitosan stimulated the diameter of the stem of the plants, with increases between 10 and 16 %, with respect to the CA and CI controls; as well as the radical dry mass, which differed only from the CA, with increases of approximately 44 % (Table 4).

The length of the stem was stimulated with the concentrations 100 and 500 mg L-1, with differences of the lower concentration (1 mg L-1) sprayed and the CA. A similar result was found in the root length, but with the concentrations 100 and 1000 mg L-1 (Table 1). However, all chitosan concentrations applied by foliar spraying stimulated the dry mass of the aerial part, between 48.96 and 23.06 %, in relation to the CA and CI controls. The concentration of 1000 mg L-1 was the one who most stood out in increasing this indicator (Table 4).

The higher concentrations of chitosan favored the soybean leaf area, specifically, the concentration of 500 mg L-1 that raised the variable by 49.24 %, differing from 1 mg L-1 and the two controls (Table 4).

Chitosan applied by foliar spraying benefited the morphoagronomic response of soybeans inoculated with B. japonicum. The highest stimulating response to plant growth was found with concentrations of 100 to 1000 mg L-1 of chitosan, mainly in the diameter of the stem, the dry biomass and the foliar area.

DISCUSSION

In this work, the effect of different concentrations of a chitosan polymer on nodulation, the enzymatic activity of foliar nitrate reductase, the concentration of macro and trace elements in nodules and third trifolioles and the content of chlorophylls was evaluated; as well as the vegetative growth of soybean cv IS-27 inoculated with Bradyrhizobium elkanii, under growth chamber conditions. In the aforementioned processes, a beneficial effect of the foliar application of the polymer (phases V1 and V2) was observed in most of the variables analyzed in phase V4 of the plants (Figures 1 and 2, Tables 1, 2, 3 and 4).

The different concentrations of chitosan applied by foliar spraying in soybeans inoculated with B. elkanii had a positive influence on the nodulation of the plants, with the greatest increases in the number and the nodular dry mass. All this with respect to the plants that were only inoculated, with the concentrations 10, 50 and 500 mg L-1 of the polymer (Figure 1 A and B). The increase in both variables translates into a higher content of bacteroides, which would increase the rate of nitrogen fixation 16. These results confirm what other authors in the number of nodules obtained and acetylene reduction activity (ARA) in soybeans, through other forms of application of chitosan compounds, in concentrations of 40, 50 and 1000 mg L-1 (17-19.

On the other hand, several studies on legumes report the beneficial effect of inoculation with biofertilizers with respect to plants that have not been inoculated 20-23, which is consistent with the results obtained in this study. The plants that were not inoculated barely noduled, which shows the effectiveness of the Bradyrhizobium strain, the cell concentration and dose of the inoculum used, with respect to the resident population of bradyrizobia in the soil used (Figure 1). This corroborates what has been reported by other authors 23,24.

The plants of the different inoculated treatments presented a number of nodules suitable for the vegetative stage, of uniform size and were located, fundamentally, in the crown and the main root of the plants (Figure 1 A and B), which is attributed to an effectiveness of the inoculation. This was corroborated with 100 % effective nodules found in all treatments. Some authors suggest that the occurrence and distribution of nodules in host plants depend on root development, soil conditions and the legume species. In the case of soybeans, the nodules are located mainly in the main root 25,26. Based on the information reported by these authors, the increase in the number of nodules in the present study is perhaps the result of the increase in root development due to the inoculation of plants and favorable soil conditions.

Nitrate reductase (NR) enzymatic activity can occur in different organs and provides an estimate of the N content in the plant and, very often, is correlated with its growth and yield 27,28. At work, the inoculation of the seeds with B. elkanii caused increases in the NR activity in the leaves, as has been demonstrated for this crop and other legumes inoculated with Bradyrhizobium29,30. The highest NR values were reached in phase V2, which later decreased in V3-V4, inclusive, much lower than those obtained in V1 (Table 1). This could be because in this last phase the contribution of N is more related to the fixation of symbiotic nitrogen (31.

For its part, the foliar spraying of chitosan stimulated the NR enzyme in soybeans, depending on the concentration used. Increases in enzyme activity have been reported in various crops 32,33, which depended on the concentration and the plant species treated, with foliar spraying of the chitosan concentrations evaluated in our work. The concentrations of 10 and 50 mg L-1 of chitosan in this work favored the number and dry mass of the nodules formed, but reduced the NR activity in leaves during the V3-V4 stage of soybean growth. However, in this stage, the NR activity benefited with the different concentrations of chitosan from 10 mg L-1, to a lesser extent 1000 mg L-1, in relation to the control plants (Table 1). The above shows that the contribution of N with the lowest concentrations of chitosan could be due more to the process of biological nitrogen fixation, while with the medium concentrations it could be more related to the activity NR.

It is known that plants inoculated with Bradyrhizobium favor the nutritional status of soybeans in relation to plants that are not inoculated 23,34) because they activate metabolic changes in the plant, specifically the increase in the content of proteins, nitrogen and other nutrients 35, which translates into improved legume yields and has been exploited in agriculture for years. The effect that some authors attribute to inoculation is verified at work, with increases in the concentration of magnesium, manganese and sodium in nodules; as well as nitrogen and magnesium in leaves, with respect to non-inoculated plants (Tables 2 and 3). These mineral nutrients influence nodular development, BNF and plant growth, in different amounts, times and ways 36,37.

In turn, the lower concentrations of chitosan also stimulated the concentration of some nutrients, fundamentally the trace elements (Tables 2 and 3), which coincided in stimulating the formation and dry mass of nodules in soybean roots, which suggests that said concentrations favored the symbiotic process of the culture. This approach is the reason for future research to elucidate the possible stimulation mechanism of chitosan. Similar results of increases in the content of nutrients in legumes have been reported with the joint application of chitosan and biofertilizers based on free diazotrophic bacteria, with 40 % increases in nitrogen content in cowpea (Vigna unguiculata) and corn (Zea may) 34,38. Chitosan has been reported to increase nutrient availability and absorption in plants with other forms of application 5,19,39.

In this study, phosphorus was found in higher concentrations in nodules than in leaves (Tables 2 and 3). Nodules have been shown to be important sinks for this nutrient because it is required for symbiotic interaction, nodulation, and biological nitrogen fixation (BNF) 36. These processes are strongly influenced by the availability of phosphorus in the soil. Taking into account the above, the availability of phosphorus in the soil where the soybean plants were grown was high (Table 1), which could favor its absorption by the plant.

For its part, chitosan at a concentration of 1000 mg L-1 increased the concentration of nitrogen in the nodules, but decreased the concentration of phosphorus (Table 2), perhaps because of the energy expenditure required to maintain the BNF, the translocation of photosynthates to the leaves from the nodules and their assimilation in this organ.

It should be noted that the polymer also increased the concentration of calcium and manganese in both soybean organs (Tables 2 and 3). Increases in these nutrients have been reported in cucumber 40) and other crops 41,42, with the application of chitosan. Calcium acts as a secondary messenger in metabolic processes related to morphogenesis, development and protection of plants against (biotic) stresses 43. Similarly, manganese induces the synthesis of polyamides that are required for plant growth and the detoxification of reactive oxygen species, mainly in the initial stages of symbiotic interaction 36.

In leaves of different plant species, an improvement in the efficiency of the use of light, the stability of chlorophylls and increases in the diameter of chloroplasts with the application of chitosan has been verified 5. In addition, researchers reported increases in chlorophylls and stomatal density in soy leaves with the previous application of chitosan 44. In addition, there is a positive relationship between chlorophyll content and carbon assimilation in soybeans 45, because of a linear increase in the photosynthetic rate and the activity of the enzymes Glyceraldehyde-3-phosphate dehydrogenase (GAPDH) and Ribulose-bisphosphate carboxylase (Rubisco).

Therefore, the increase in the relative content of chlorophylls in trifoliole between 6 and 8 %, with concentrations between 10 and 500 mg L-1 of chitosan with respect to the absolute control (CA), and of the leaf area up to 49 % ( 500 mg L-1). It must favor a greater photosynthesis of the plants and therefore, the availability of sugars for the synthesis of new assimilates, which can be an agro-productive advantage of the plants sprinkled with the polymer. Soy, as a typical C3 plant, is more dependent on the dual function of the Rubisco enzyme, so chitosan treatments must shift the photosynthesis-respiration balance in favor of the first process and therefore towards better vegetative growth. It shows with the gain of a greater aerial and radical dry mass in the plants of this work with certain concentrations.

Although the mechanism of action through which chitosan increases crop growth and productivity is not fully understood, an antiperspirant effect has been reported when applied by foliar spray 42. Chitosan causes stomatal closure in the leaves 46 and prevents water loss through perspiration (antiperspirant effect), which reduces water consumption by the plant and regulates its availability for the different processes of the plant, this being essential in C3 plants to benefit photosynthesis. To this must be added the increase found, with the application of chitosan, in the content of some essential nutrients related to vegetative development such as calcium, iron and manganese.

Chitosan stimulated morphoagronomic variables, relative chlorophyll content and root development, mainly at concentrations of 100 to 1000 mg L-1, specifically; the application of 500 mg L-1 of chitosan improved the number of leaves by 19 %, the aerial dry mass in more than 40%, the root dry mass and the foliar area in 55 %. These results confirm what was obtained by other authors, with the foliar spraying of chitosan in legumes and other plant species 22,23,47,48. However, the single inoculation with the symbiont improved the general behavior of the plants, the foliar nitrogen concentration (40 %), the number of leaves (10 %) and the aerial dry mass (21 %).

The effect on the growth of soybean plants from the results obtained, found in this work, was due to an increase in the content of nutrients available in the plant. Both as a result of inoculation with Bradyrhizobium and by the additional application of chitosan which, depending on the concentration used, improved the biological fixation of N and the activity of the NR enzyme beyond the effect of inoculation, which potentially improves the protein content and nitrogen compounds available to the plant for its growth. To the above, an improvement in the photosynthetic process of the evaluated plants must be added. That is why, future studies on this topic should be aimed at knowing how both forms of nitrogen entry and transport behave in soybeans, in different organs (nodules, roots and leaves) and time dynamics, when chitosan is applied by aspersion foliar, and inoculated with Bradyrhizobium. All this to elucidate the contribution of each pathway to the growth and productivity of IS-27 and in indicators related to photosynthesis.

Taking into account the results achieved in the nodulation, physiology and vegetative growth of plants inoculated with Bradyrhizobium and foliar sprayed with chitosan, these could have an impact on the increase in the yields of soybean cv IS-27, something to be demonstrated on a productive scale. In this direction, some studies showed that there is a positive correlation between chlorophylls (0.85) and leaf area (0.743) with the photosynthetic rate of soybean plants in the V4 growth stage 49) and of this, in turn, with the crop yield.

CONCLUSIONS

  • The foliar spraying of chitosan in stages V1 and V2 of the cultivar IS-27 stimulated nodulation, the concentration of macronutrients and trace elements in nodules and leaves of plants and the growth of soybeans inoculated with B. elkanii, under controlled conditions until stage V4, depending on the concentration of the polymer.

  • The enzymatic activity of foliar nitrate reductase in stages V2 and V3 increased with the application of concentrations of 10 to 500 mg L-1 of chitosan, which also increased the content of total chlorophylls. In turn, the plants only inoculated with Bradyrhizobium elkanii favored the nitrate reductase activity of the soybean plants up to stage V3, in relation to the plants that were not inoculated.

ACKNOWLEDGEMENTS

To the Department of Chemistry of the National Institute of Animal Science (ICA), for supporting with the determinations of the nutrient content in soybean organs by Atomic Absorption of flame, fundamentally, Dr. C. Idania Scull Rodríguez and the technical specialist Odalys Núñez Peñalver and Dr. C. Michel Martínez Cruz, posthumously, for the logistics provided to carry out these measurements.