Translate PaperArtículo originalQuitosano induce respuestas defensivas en plantas de soya inoculada con Bradyrhizobium elkanii
[0000-0003-0121-6287] Daimy Costales-Menéndez [1] [*]
[0000-0002-6499-1902] Alejandro B. Falcón-Rodríguez [1]
[0000-0003-1413-1717] María C. Nápoles-García [1]
[0000-0001-8321-1070] Juan C. Cabrera-Pino [2]
[0000-0002-5953-7561] Mario Varela-Nualles [1]
[0000-0002-0312-6915] Lisbel Travieso-Hernández [1]
[1] Instituto
Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), carretera San José-Tapaste, km
3½, Gaveta Postal 1, San José de las Lajas, Mayabeque, Cuba. CP 32 700
[2] Fyteko, Allée de la Recherche 4, 1070 Anderlecht, Belgium
[*] Autor para correspondencia: daimy@inca.edu.cu
RESUMENEl quitosano es
un polímero natural que induce numerosas respuestas biológicas en muchas
especies de plantas; por ejemplo, la inducción de respuestas
enzimáticas y metabólicas de defensa al estrés biótico. En este trabajo
se determinaron las enzimas de resistencia basal inducidas (β 1-3
glucanasa, quitinasa y fenilalanina-amoniaco-liasa) y el contenido de
proteínas en órganos de soya, inoculada con Bradyrhizobium y crecida en un medio de cultivo in vitro
en presencia de diferentes concentraciones de quitosano. La respuesta
defensiva inducida por el polímero dependió de su concentración, del
órgano de la plántula y del momento evaluado. El comportamiento de los
niveles enzimáticos fue diferente en hojas y raíces de soya e
inversamente proporcional al contenido de proteínas. Los valores
enzimáticos en hojas fueron más elevados a los siete días postratamiento
que a los 21 días, excepto la actividad β 1-3 glucanasa. Sin embargo,
en las raíces, los incrementos ocurrieron a los 21 días, excepto la
actividad quitinasa. Las concentraciones mayores (100, 500 y 1000 mg L-1) de quitosano incrementaron los niveles enzimáticos en raíces, fundamentalmente a los 21 días de efectuarse la inoculación con B. elkanii.
Los resultados muestran la posibilidad de utilizar quitosacáridos para
la inducción de respuestas defensivas en soya contra patógenos, sin
afectar el proceso simbiótico que lleva a cabo con Bradyrhizobium elkanii.
INTRODUCCIÓNLas
plantas muestran varias reacciones defensivas cuando perciben patrones
moleculares asociados a microorganismos (MAMP) que pueden ser
reconocidas por receptores de la membrana plasmática 1-3.
Las leguminosas son capaces de detectar los MAMP y así reconocer y
discriminar entre rizobios y patógenos para desencadenar el proceso de
simbiosis o la respuesta de defensa, respectivamente. Los factores de
nodulación (Nod) producidos por los diferentes rizobios son los
encargados de iniciar el proceso de formación del nódulo en las raíces
y, en su estructura básica, poseen oligosacáridos de quitina que son
reconocidos inductores de respuestas defensivas en plantas 3,
mientras que otros compuestos específicos derivados de los rizobios
modulan la inducción defensiva en las plantas hospederas y benefician la
infección simbiótica 4-6.
La
quitina, un polisacárido presente en la pared celular de los hongos y
sus derivados (quitosanos y quitooligosacáridos parcialmente
N-acetilados) son liberados mediante la degradación de la pared celular
fúngica por enzimas β 1-3 glucanasas y quitinasas. Estas enzimas se
secretan por la planta como respuesta al ataque del patógeno en el
proceso de patogénesis 7,8.Los
quitosanos han sido implicados en la inducción de una gran variedad de
respuestas vinculadas a la defensa en varios sistemas de plantas, como
son la expresión de genes defensivos, la inducción de fitoalexinas y
proteínas de resistencia, la lignificación de las paredes celulares,
entre otros 9,10.
Esta respuesta inducida en plantas depende de numerosos factores, tales
como la especie vegetal, el microorganismo patógeno, las
características físico-químicas del quitosano y la forma en que se
aplican 11.
Estudios previos en soya cv
INCAsoy-27 demostraron el efecto negativo de altas concentraciones de
polímeros y oligosacáridos de quitosano adicionados al medio de cultivo
vegetal en la respuesta de variables de nodulación y de crecimiento in vitro de las plántulas inoculadas con Bradyrhizobium elkanii12.
El efecto negativo encontrado en la nodulación de soya con el polímero
de quitosano, pudiera relacionarse con la acción inhibitoria a las
concentraciones de 500 y 1000 mg L-1 en la viabilidad del
simbionte. Esta afectación podría, además, estar relacionada con la
estimulación de respuestas defensivas en la plántula por el quitosano,
lo cual afectaría directamente la entrada del microsimbionte a las
raíces y comprometería el balance energético requerido para otras
funciones de crecimiento en la planta.
Por lo
anterior, la hipótesis de este trabajo fue conocer si la presencia de un
polímero de quitosano en el medio de cultivo de crecimiento de soya
inoculada con Bradyrhizobium causa la inducción de indicadores
defensivos (actividad β 1-3 glucanasa, quitinasa y fenilalanina
amoniaco-liasa, PAL) en las hojas y raíces de las plántulas.
MATERIALES Y MÉTODOSCompuesto de quitosanoUn polímero de quitosano con masa molecular de 130,000 g mol-1 y 12 % de desacetilación se obtuvo de quitina del exoesqueleto de langosta (Panulinus argus) por desacetilación básica (NaOH), que se caracterizó según lo descrito por Costales et al. 12.
Se tomaron alícuotas de una solución patrón de quitosano disuelta en
ácido acético (1 %), que se adicionaron al medio de cultivo vegetal
Norris & Date 13, hasta una concentración final de 0, 10, 50, 100, 500 y 1000 mg L-1.
Bioensayo de crecimiento de las plántulas de soyaLas
semillas de soya del cultivar INCAsoy-27 se desinfectaron previamente
con etanol (70 %) e hipoclorito de sodio (0,25 %, v/v) durante cinco
minutos y se enjuagaron seis veces con agua destilada estéril antes de
colocarlas en placas Petri que contenían medio de agar- agua (0,75 %)
para su germinación a 30 °C durante tres días en la oscuridad. Luego,
las semillas pregerminadas (15-20 mm de raíz emergente) se colocaron en
tubos de ensayo que contenían 40 mL de medio semisólido 13
y las diferentes concentraciones del polímero, a razón de una semilla
por tubo. Las raíces de las plántulas se inocularon siete días después,
descargando con micropipeta 1 mL de inóculo obtenido con la cepa ICA
8001 de B. elkanii (109 UFC mL-1), en medio
líquido de extracto de levadura-manitol (YEM). Las plántulas se
cultivaron en una cámara de crecimiento en condiciones controladas de
luz/oscuridad de 16/8 horas, a 25 °C y 70 % de humedad relativa, con luz
artificial de 1 x 104 moles m-2 s-1
durante 35 días. Durante este tiempo, a todos los tubos de ensayo se les
añadió semanalmente, el medio líquido Norris & Date estéril, para
garantizar el buen desarrollo de las plántulas. Se seleccionaron seis
plántulas por tratamiento para la conformación de tres muestras
homogéneas de hojas y raíces frescas, para la cuantificación de las
proteínas solubles totales y las determinaciones de las actividades
enzimáticas, a los 7 y 21 días después de la inoculación con la bacteria
(ddi). En las raíces, se eliminaron los nódulos, se lavaron con agua
destilada y se escurrieron sobre papel de filtro antes de su
conservación en nitrógeno líquido, hasta el momento de las extracciones
vegetales.
Extracción de proteínas en hojas y raíces de soyaPara
las extracciones de proteínas totales se pesó un gramo de las muestras
de ambos órganos, que se maceraron con nitrógeno líquido en mortero de
porcelana y se homogenizaron en solución de acetato de sodio (0,05 mol L-1, pH 5,2) + cloruro de sodio (1 mol L-1) + EDTA (0,005 mol L-1) + Mercapto-etanol (0,005 mol L-1), a razón de 1,5 mL g-1
por muestra. El extracto se centrifugó a 12 000 g durante 15 minutos a 5
°C en una centrífuga refrigerada, se descartó su precipitado y se
centrifugó nuevamente durante cinco minutos. El sobrenadante se colectó y
se congeló por debajo de 0 °C hasta realizar las determinaciones
enzimáticas. La cuantificación de proteínas se realizó en el
sobrenadante, siguiendo la metodología de Micro Lowry descrita por
Falcón et al. 14. La absorbancia se leyó a 750 nm y se utilizó 0,5 mg mL-1
de albúmina de suero bovino (BSA) como estándar de la curva de
calibración con un rango de concentraciones desde 5 hasta 100 µg. El
contenido de proteína se expresó como mg de proteína g-1 de hojas y raíces frescas.
Determinación de actividades enzimáticasLa actividad enzimática β 1-3 glucanasa (EC 3.2.1.6) se determinó mediante la metodología descrita por Falcón et al. 14.
Los componentes del ensayo se ajustaron proporcionalmente para obtener
un volumen final de 0,5 mL. Se cuantificaron los azúcares reductores
liberados de la laminarina (Sigma, 5 mg L-1) por acción de
las enzimas del extracto (0,025 mL). La mezcla de reacción se incubó
durante una hora a 50 °C. Los azúcares reductores totales liberados en
el ensayo se determinaron mediante el método colorimétrico Somogyi 15 y sus resultados se expresaron como actividad específica (mg de glucosamina-1 min-1 por mg de proteína-1), con base en la ecuación de la recta de la curva de azúcares reductores para un patrón de glucosa, a 520 nm.
La
actividad quitinasa (EC 3.2.1.15) se estimó a través de los azúcares
reductores liberados por la quitina coloidal. El ensayo estándar (0,5
mL) contenía extracto enzimático (0,03 mL), 0,25 mL de quitina coloidal
en tampón de acetato de sodio 50 mM (pH 5,2) y 0,21 mL del mismo tampón.
Después de incubar durante cuatro horas a 37 °C bajo agitación lineal
continua (250 rpm), se añadió hidróxido de potasio (0,01 mL, 5N) a la
mezcla para detener la reacción. La solución de prueba se centrifugó
durante cinco minutos (12 000 g) para precipitar el sustrato sin
reaccionar y determinar el contenido de azúcares reductores en el
sobrenadante 14. El cálculo de la quitinasa (mg N-acetil glucosamina min-1 por mg proteína-1)
se realizó a partir de la ecuación de la recta de la curva de azúcares
reductores para un patrón de N-acetil glucosamina a 520 nm.
La actividad fenilalanina amonio-liasa (PAL, EC 4.3.1.5) se determinó de acuerdo con la metodología descrita por Falcón et al.14.
El ensayo se incubó durante dos horas. El ácido trans-cinámico formado
por la acción de las enzimas PAL presentes en el extracto (0,1 mL) se
cuantificó usando L-fenilalanina (Sigma, 0,1 mol L-1, pH=8,8) como sustrato. Esta enzima se expresó como actividad específica (mg de ácido trans-cinámico min-1 por mg de proteína-1), después de determinar previamente la ecuación de la recta de la curva del ácido trans-cinámico a 290 nm.
Análisis estadísticoEn
el experimento se utilizó un Diseño Completamente Aleatorizado con 9
repeticiones por tratamiento para los indicadores: proteínas solubles y
enzimas defensivas de los órganos de la planta (hojas y raíces). Los
datos obtenidos de cada indicador se les realizó un análisis de ANOVA de
Clasificación Simple. Las medias resultantes se compararon mediante la
Prueba Tukey HSD para p<0,05 en el programa Statgraphics, versión 5.1
(Statistical Graphics Corporation, 2001). Las correlaciones de Pearson
se realizaron en los dos momentos evaluados (7 y 21 ddi) y entre órganos
(hojas y raíces) de soya, utilizando las medias resultantes por
tratamiento en todas las variables.
RESULTADOSEn la Figura 1, aparece el contenido de proteínas en hojas y raíces durante el crecimiento in vitro de plantas de soya tratadas con quitosano e inoculadas con Bradyrhizobium.
Efecto de un polímero de quitosano adicionado al medio de cultivo vegetal en el contenido de proteínas solubles totales
Proteínas
solubles totales en hojas (7 ddi (ESx = 0,40*), 21 ddi (ESx = 0,44*) y
raíces (7 ddi (ESx = 0,40*), 21 ddi (ESx = 0,50*) de plantas de soya
inoculada. Medias con letras comunes no difieren estadísticamente para p
<0,05, según la Prueba de Rango Múltiple Tukey HSD
El contenido de proteínas solubles totales
en las hojas fue menor a los 7 ddi en comparación con los 21 ddi,
excepto la concentración más alta de polímero (1000 mg L-1), que excedió notablemente al resto de las concentraciones en esta variable, a los 7 ddi (Figura 1A). Además, las concentraciones de 50 y 500 mg L-1,
con diferencias entre ellas, acumularon mayor contenido de proteínas
totales con valores superiores a las plantas inoculadas (0 mg L-1).
Se
observó un comportamiento similar a los 21 ddi, ya que los valores más
altos se registraron con concentraciones de 50 y 1000 mg L-1. En ambos momentos evaluados, la concentración 10 mg L-1 del polímero disminuyó el contenido de proteínas totales (Figura 1A). Sin embargo, el contenido de proteínas solubles en las raíces mostró una respuesta diferente (Figura 1B).
Los niveles disminuyeron significativamente en cada tratamiento a los
21 ddi, excepto la concentración más baja de polímero (10 mg L-1), respecto al tratamiento control. En contraste con la respuesta de proteínas en hojas a los 7 ddi, la concentración de 10 mg L-1
mejoró la síntesis de proteínas en las raíces, sin diferencias con la
concentración más alta de quitosano evaluada y seguida por 500 mg L-1. Las concentraciones restantes no difirieron del tratamiento control (Figura 1B).
Concerniente a las hojas, las concentraciones de 50 a 1000 mg L-1
del polímero redujeron los niveles de actividad de β 1-3 glucanasa
hasta alcanzar cinco veces menos el valor de control, a los siete días.
La respuesta de esta enzima fue variable a los 21 ddi. Las
concentraciones 10 y 100 mg L-1 de quitosano incrementaron la
actividad enzimática por encima del control, mientras que esta fue
reducida por las concentraciones 500 y 1000 mg L-1 (Figura 2A).
Efecto de un polímero de quitosano adicionado al medio de cultivo vegetal en la actividad enzimática β 1-3 glucanasa
β
1-3 glucanasa en hojas (7 ddi (ESx = 0,006*), 21 ddi (ESx = 0,006*) y
raíces (7 ddi (ESx = 0,007*), 21 ddi (ESx =0,012*) de plantas de soya
inoculadas. Medias con letras comunes no difieren estadísticamente para p
<0,05, según la Prueba de Rango Múltiple Tukey HSD
Sin embargo, en las raíces, la actividad β 1-3 glucanasa aumentó a los 7 ddi con las concentraciones altas (500 y 1000 mg L-1) a diferencia de 100 mg L-1 del polímero (Figura 2B). Por otro parte, a los 21 ddi, concentraciones mayores de 50 mg L-1, principalmente 100 mg L-1, aumentaron esta actividad (Figura 2B).
La concentración inferior (10 mg L-1) de quitosano redujo la β 1-3 glucanasa en raíces, pero sin diferencias con el control (Figura 2B).
Curiosamente, los valores absolutos de la actividad enzimática fueron
casi cinco veces mayores a los 21 ddi que a los siete días después de
efectuada la inoculación de las plantas.
A los 7 ddi, la actividad quitinasa en hojas disminuyó al aumentar la concentración de quitosano por encima de 100 mg L-1, mientras que a los 21 ddi las plantas, los niveles de la actividad de la enzima se redujeron con 1000 mg L-1. El resto de las otras concentraciones no difirieron del control en ambos momentos evaluados (Figura 3A).
Efecto de un polímero de quitosano adicionado al medio de cultivo vegetal en la actividad enzimática quitinasa
Quitinasa
en hojas (7 ddi (ESx = 0,0002*), 21 ddi (ESx = 0,0002*) y raíces (7 ddi
(ESx = 0,0002*), 21 ddi (ESx = 0,0007*) de plantas de soya inoculada.
Medias con letras comunes no difieren estadísticamente para p <0,05,
según la Prueba de Rango Múltiple Tukey HSD
En contraste, la mayor actividad de quitinasa en raíces de soya, a los 7 ddi, se observó con la concentración 500 mg L-1 del polímero, seguido de 100 y 10 mg L-1 (Figura 3B).
Las concentraciones 50 y 1000 mg L-1
de quitosano redujeron la enzima con relación al control. Sin embargo, a
los 21 ddi, las plantas tratadas con la concentración de 100 mg L-1 de quitosano aumentó significativamente la actividad de quitinasa, seguida de las concentraciones más altas (500 y 1000 mg L-1),
que aumentaron la actividad enzimática de cuatro a seis veces más, que
las restantes concentraciones y las plantas controles (Figura 3B).
Los
niveles de fenilalanina amonio-liasa (PAL) en hojas de soya fueron más
altos en el primer tiempo de muestreo evaluado, que en el segundo (Figura 4A). Las concentraciones 10 y 50 mg L-1 del polímero incrementaron la enzima PAL a los 7 y 21 ddi, respectivamente.
En hojas, el quitosano aumentó la actividad PAL hasta un 75 % con la concentración de 10 mg L-1
a los 7 ddi, respecto al control inoculado. Por otro lado, las
concentraciones más altas del polímero redujeron estos niveles
enzimáticos en las hojas a los 7 ddi, mientras que a los 21 ddi este
efecto solo se observó en plantas tratadas con 1000 mg L-1 de quitosano (Figura 4A).
La actividad PAL en raíces fue similar a la respuesta encontrada a los 21 ddi con la actividad β 1-3 glucanasa (Figura 4B).
La concentración 50 mg L-1 causó los mayores niveles de actividad PAL, seguida de las concentraciones más altas a los 7 ddi, mientras que 10 mg L-1 y el control mostraron los niveles más bajos de actividad. Sin embargo, a los 21 ddi, las concentraciones 100 y 1000 mg L-1 de quitosano incrementaron la actividad de esta enzima (Figura 4B).
Efecto de un polímero de quitosano adicionado al medio de cultivo vegetal en la actividad de fenilalanina amonio-liasa (PAL)
Fenilalanina
amonio-liasa (PAL) en hojas (7 ddi (ESx = 0,006 *), 21 ddi (ESx = 0,003
*) y raíces (7 ddi (ESx = 0,0006 *), 21 ddi (ESx = 0,003 *) de plantas
de soja inoculada Las medias con letras comunes no difieren
estadísticamente para p <0,05, de acuerdo con la prueba de rango
múltiple Tukey HSD
Las determinaciones de los coeficientes de
correlación de las proteínas solubles totales y las tres actividades
enzimáticas, entre ambos órganos de la planta, mostraron correlaciones
positivas y negativas, tanto a los siete días como los veintiún días de
efectuada la inoculación en soya, en presencia de quitosano (Tabla 1).
La aplicación de quitosano en el medio de
cultivo vegetal aumentó los niveles de las proteínas totales tanto en
raíces como en hojas (Tabla 1). Se encontró una correlación positiva y de mayor significación (R2=
92) en los niveles de concentración del indicador en ambos órganos a
los 21 ddi, que a los 7 ddi. Similar comportamiento se encontró en la
actividad enzimática PAL, donde ambos órganos correlacionaron de forma
positiva y significativa a los 7 ddi (R2= 76) y 21 ddi (R2= 59) (Tabla 1). Sin embargo, la actividad β 1-3 glucanasa correlacionó inversamente y significativamente (R2=
76) entre ambos órganos, por lo que los aumentos de actividad de esta
enzima en las hojas se corresponden con reducciones significativas de
actividad en las raíces a los 21 ddi, mientras que no fue significativa
la correlación a los 7 ddi. A su vez, la actividad quitinasa aumentó en
raíces, pero se redujo en hojas, por lo que la correlación entre órganos
fue negativa y de baja significación en los dos momentos de crecimiento
de las plantas evaluados (Tabla 1)..
DISCUSIÓNLas
actividades β1-3 glucanasa, quitinasa y fenilalanina amonio-liasa (PAL)
son consideradas indicadores de resistencia basal contra fitopatógenos 16. Asimismo, estas enzimas han sido evaluadas previamente en plantas tratadas con quitosano 17,18.
Es conocido que el quitosano y sus derivados son potentes inductores de
respuestas defensivas y de resistencia contra patógenos y, aumentan la
síntesis de metabolitos secundarios en las plantas 8,17.
Este trabajo demostró que el quitosano moduló los niveles enzimáticos
de las respuestas defensivas en hojas y raíces de soya inoculada con B. elkanii,
en dependencia del órgano de la planta y del momento evaluado. Además,
estos aumentos están en el rango de los niveles informados en plantas
tratadas con quitosano 18.
En
general, en ambos momentos en que se evaluaron los indicadores
defensivos, las tres concentraciones mayores causaron disminuciones y
aumentos significativos de los niveles enzimáticos en las hojas y
raíces, respectivamente, comparadas con el control (Figuras 2, 3 y 4).
En consecuencia, los aumentos enzimáticos encontrados constatan una
inducción defensiva estimulada por el polímero de quitosano en las
raíces de soya, lo que podría permitir elevar el estado de resistencia
en la planta contra posibles infecciones por patógenos.
Entre
las proteínas PR, las enzimas quitinasas y β 1-3 glucanasas han sido
las más estudiadas e informadas en respuesta a patógenos y elicitores
bióticos 16,17. Los resultados de este trabajo demostraron aumentos de actividad de ambas enzimas con 10 mg L-1 de quitosano en las hojas, de manera diferente en las raíces, donde se destacaron las concentraciones entre 100 y 1000 mg L-1,
en ambos momentos. A los 21 días, en el caso de la β 1-3 glucanasa, se
lograron aumentos de hasta dos veces, mientras que, en el caso de la
quitinasa, entre tres y cuatro veces en las raíces, con respecto a las
plantas controles (Figuras 2 y 3).
De
manera similar, las mismas concentraciones que indujeron los mayores
incrementos de las enzimas en este trabajo, se han informado como
inductoras de actividad quitinasa en hojas de soya mediante imbibición
de semillas previo a la siembra 19. Otros
resultados en este cultivo demostraron aumentos de la actividad
quitinasa, en dependencia de la concentración de quitosano utilizada 20.
Otros
autores demostraron mayor acumulación de actividad quitinasa en raíces
cultivadas en soluciones que contenían oligómero de quitosano o factores
Nod; sin afectar la nodulación de plantas de soya 21.
Lo anterior sugiere que la estimulación de esta actividad enzimática
puede deberse tanto a una respuesta defensiva como a la asociación
simbiótica de rizobios con la planta hospedero. Sin embargo, en varias
especies de leguminosas se ha informado, que las enzimas quitinasas
hidrolizan los factores Nod excretados por las bacterias y, por tanto, reducen el reconocimiento de estas señales por la planta 22,23.
Esto puede ser respaldado por la disminución en el número y la masa
seca de los nódulos observada en plantas de soya cultivadas in vitro tratadas con concentraciones elevadas de quitosano incluido en el medio de cultivo 12.
Lo anterior concuerda con el incremento en la actividad β 1-3 glucanasa
y quitinasa observado en el presente estudio en plantas tratadas con
las concentraciones más altas del polímero.
La actividad de PAL en las hojas aumentó en concentraciones de 10 y 50 mg L-1
del polímero a los 21 ddi, mientras que, con las concentraciones
intermedias a altas, disminuyeron los niveles enzimáticos en ambos
momentos del crecimiento de la soya (Figura 4A). Sin embargo, en las raíces a los 7 ddi, se indujo actividad PAL con las concentraciones más altas, principalmente 50 mg L-1, que duplicó el valor de control (Figura 3B). Se informaron respuestas similares en la inducción de esta actividad por quitosano en raíces de plantas de tabaco (Nicotiana tabacum L) y de pino (Pinus koraiensis) con esta concentración 19,24,
además de encontrarse incrementos de esta actividad enzimática en soya y
otras leguminosas cuando se aplican otras formas del inductor 18,25-27.
Algunos
compuestos formados en la vía de los Fenilpropanoides, como por ejemplo
flavonoides e isoflavonoides, están involucrados en el proceso de
reconocimiento simbiótico entre rizobios y plantas hospederas 28,29.
Es bien conocido que el quitosano activa la formación de compuestos
secundarios por la vía de los fenilpropanoides, reforzando la
resistencia en las plantas ante estreses bióticos 18,30, pero también pudiendo contribuir positivamente en el proceso simbiótico mencionado 31.
El aumento de la actividad PAL encontrado en las raíces de soya en este
estudio podría contribuir en ambos procesos. Por ejemplo, se ha
informado del aumento de flavonoides en soya como resultado de la
aplicación previa de quitosano 8,22 o de factores Nod a las plantas 28,32.
Sin
embargo, se ha informado que la inducción de respuestas defensivas en
plantas contra patógenos inhibe el proceso simbiótico en las leguminosas
33. Las actividades enzimáticas en este
trabajo fueron determinadas en dos momentos importantes del proceso
simbiótico de la soya: a los 7 ddi, cuando la planta está en plena
formación de nódulos, luego de la colonización de los pelos radicales
por la bacteria y su conversión a bacteroide y a los 21 ddi, cuando los
nódulos están formados y los bacteroides dentro de ellos en forma
activa, ejerciendo una intensa actividad de fijación del nitrógeno.
Además, se ha demostrado que las leguminosas autorregulan la magnitud de
la simbiosis mediante la inducción de respuestas defensivas 4 que limitan la entrada del microsimbionte y causan, entonces, la formación de nódulos menos desarrollados o disfuncionales 33.
En este sentido, el quitosano podría inducir mecanismos defensivos en
la planta que afectarían directamente la entrada del microsimbionte a
las raíces de la planta.
Los resultados del
trabajo también demostraron una relación de activación de las variables
evaluadas en los dos órganos, dependiente del momento evaluado. A los 7
ddi correlacionaron negativamente las proteínas y positivamente la
actividad PAL, mientras que a los 21 ddi las cuatro variables
correlacionaron entre raíces y hojas (Tabla 1).
La concentración de proteínas aumentó en ambos órganos con la aplicación de quitosano a 1000 mg L-1
y en las raíces a los 21 ddi cuando solamente se inocularon las
plántulas. Ambos comportamientos coinciden con resultados previos
informados en plantas de caupí 34,35.
A
los 21 ddi, las concentraciones mayores de quitosano elevaron las
actividades β 1-3 glucanasas y quitinasas en raíces, en la medida que se
redujeron en las hojas. Aunque este comportamiento puede estar
vinculado a un balance energético en la propia planta, son necesarias
investigaciones adicionales para dilucidar el significado biológico de
los comportamientos observados. Por tanto, es necesario evaluar el
efecto inductor del quitosano en la regulación de otras respuestas
defensivas que pudieran estar implicadas en mejorar o impedir el proceso
simbiótico de la soya con Bradyrhizobium, en bioensayos ex vitro, más allá del aumento de resistencia basal de la planta contra patógenos.
CONCLUSIONES
Los
resultados del trabajo demostraron que el quitosano induce la
acumulación de proteínas y modula los indicadores enzimáticos defensivos
relacionados con la protección de las plantas contra el ataque de
patógenos, en dependencia de la concentración, el órgano vegetal y la
etapa de crecimiento in vitro de soya inoculada con Bradyrhizobium.
En
el futuro se debe profundizar en la inducción elicitora del quitosano
mediante otras formas de aplicación y momentos del desarrollo de soya
inoculada y en condiciones ex vitro.
INTRODUCTIONPlants
show various defensive reactions when they perceive molecular patterns
associated with microorganisms (MAMP) that can be recognized by
receptors on the plasma membrane 1-3.
Legumes are capable of detecting MAMPs and thus recognizing and
discriminating between rhizobia and pathogens to trigger the symbiosis
process or the defense response, respectively. The nodulation factors (Nod)
produced by the different rhizobia are responsible for initiating the
nodule formation process in the roots and, in their basic structure,
have chitin oligosaccharides that are recognized inducers of plant
defensive responses 3, while other specific
compounds derived from rhizobia modulate defensive induction in host
plants and benefit symbiotic infection 4-6.
Chitin,
a polysaccharide present in the cell wall of fungi, and its derivatives
(chitosans and partially N-acetylated chitooligosaccharides) are
released by degradation of the fungal cell wall by enzymes β 1-3
glucanases and chitinases. These enzymes are secreted by the plant in
response to pathogen attack in the pathogenesis process 7,8.
Chitosans have been implicated in the induction of a wide variety of
defense-related responses in various plant systems, such as the
expression of defensive genes, the induction of phytoalexins and
resistance proteins, cell wall lignification, among others 9,10.
This induced response in plants depends on numerous factors, such as
plant species, the pathogenic microorganism, chitosan physicochemical
characteristics and the way in which they are applied 11.
Previous
studies in soybean cv INCAsoy-27 demonstrated the negative effect of
high chitosan polymer concentrations and oligosaccharides added to the
plant culture medium on nodulation response and in vitro growth variables of the seedlings inoculated with Bradyrhizobium elkanii12.
The negative effect found in soybean nodulation with the chitosan
polymer could be related to the inhibitory action at concentrations of
500 and 1000 mg L-1 on symbiont viability. This affectation
could also be related to defensive response stimulation in the seedling
by chitosan, which would directly affect the microsymbiont entry to the
roots and would compromise the energy balance required for other growth
functions in the plant.
Therefore, the
hypothesis of this work was to know if the presence of a chitosan
polymer in the culture medium of soybean growth inoculated with Bradyrhizobium
causes defensive indicator induction of (activity β 1-3 glucanase,
chitinase and phenylalanine ammonia- lyase, PAL) on the leaves and roots
of the seedlings.
MATERIALS AND METHODSChitosan compoundA chitosan polymer with a molecular mass of 130,000 g mol-1 and 12 % deacetylation was obtained from lobster chitin (Panulinus argus) exoskeleton by basic deacetylation (NaOH), which was characterized by some authors 12.
Aliquots of a standard chitosan solution dissolved in acetic acid (1 %)
were taken, which were added to the Norris & Date plant culture
medium 13, up to a final concentration of 0, 10, 50, 100, 500 and 1000 mg L-1.
Soybean seedling growth bioassaySoybeans
from cultivar INCAsoy-27 were previously disinfected with ethanol (70
%) and sodium hypochlorite (0.25 %, v/v) for five minutes, and they were
rinsed six times with sterile distilled water before placing them in
plates Petri dishes containing agar-water medium (0.75 %) for
germination, at 30 °C for three days in the dark. Then, the
pregerminated seeds (15-20 mm of emergent root) were placed in test
tubes containing 40 mL of semi-solid medium 13
and the different concentrations of the polymer, at the rate of one
seed per tube. The roots of the seedlings were inoculated seven days
later, discharging with a micropipette 1 mL of inoculum obtained with
the ICA 8001 strain of B. elkanii (109 CFU mL-1) in
liquid medium of yeast extract-mannitol (YEM). The seedlings were grown
in a growth chamber under controlled light/dark conditions for 16/8
hours, at 25 °C and 70 % relative humidity, with artificial light of 1 x
104 moles m-2 s-1 for 35 days. During this time,
sterile Norris & Date liquid medium was added weekly to all test
tubes to ensure good seedling development. Six seedlings were selected
per treatment for the conformation of three homogeneous samples of fresh
leaves and roots, for total soluble protein quantification and
enzymatic activity determinations, at 7 and 21 days after inoculation
with the bacteria (dai). In the roots, the nodules were removed, washed
with distilled water and drained on filter paper before their
conservation in liquid nitrogen, until plant extraction moment.
Protein extraction in soybean leaves and rootsFor
the total protein extractions, one gram of the samples of both organs
was weighed, which were macerated with liquid nitrogen in a porcelain
mortar and homogenized in sodium acetate solution (0.05 mol L-1, pH 5.2)+sodium chloride (1 mol L-1)+EDTA (0.005 mol L-1)+Mercapto-ethanol (0.005 mol L-1), at a rate of 1.5 mL g-1
per sample. The extract was centrifuged at 12,000 g for 15 minutes at 5
°C in a refrigerated centrifuge, its precipitate was discarded and it
was centrifuged again for 5 minutes. The supernatant was collected and
frozen below 0 °C until the enzymatic determinations were made. Protein
quantification was carried out in the supernatant following the Micro
Lowry methodology 14. The absorbance was read at 750 nm and 0.5 mg mL-1
of bovine serum albumin (BSA) was used as a standard for the
calibration curve with a concentration range from 5 to 100 µg. The
protein content was expressed as mg protein g-1 from fresh leaves and roots.
Determination of enzymatic activities
The enzymatic activity β 1-3 glucanase (EC 3.2.1.6) was determined using the methodology described by some authors 14.
The assay components were proportionally adjusted to obtain a final
volume of 0.5 mL. The reducing sugars released from laminarin (Sigma, 5
mg L-1) by action of extract enzymes (0.025 mL) were
quantified. The reaction mixture was incubated for one hour at 50 °C.
The total reducing sugars released in the test were determined using the
Somogyi colorimetric method 15 and its results were expressed as specific activity (mg of glucosamine-1 min-1 per mg of protein-1), based on the straight line equation of the reducing sugars curve for a glucose standard, at 520 nm.
Chitinase
activity (EC 3.2.1.15) was estimated through reducing sugars released
by colloidal chitin. The standard assay (0.5 mL) contained enzyme
extract (0.03 mL), 0.25 mL of colloidal chitin in 50 mM sodium acetate
buffer (pH 5.2), and 0.21 mL of the same buffer. After incubating for
four hours at 37 °C under continuous linear shaking (250 rpm), potassium
hydroxide (0.01 mL, 5N) was added to the mixture to stop the reaction.
The test solution was centrifuged for five minutes (12.000 g) to
precipitate the unreacted substrate and determine the content of
reducing sugars in the supernatant 14. The calculation of chitinase (mg N-acetyl glucosamine min-1 per mg protein-1) was carried out from the equation of the line of the reducing sugars curve for an N-acetyl glucosamine pattern at 520 nm.
The phenylalanine ammonium-lyase activity (PAL, EC 4.3.1.5) was determined according to the methodology of some authors 14.
The assay was incubated for two hours. The trans-cinnamic acid formed
by the action of PAL enzymes present in the extract (0.1 mL) was
quantified using L-phenylalanine (Sigma, 0.1 mol L-1, pH = 8.8) as substrate. This enzyme was expressed as specific activity (mg of trans-cinnamic acid min-1 per mg of protein-1), after previously determining the equation of the straight line of the trans-cinnamic acid curve at 290 nm.
Statistical analysisIn
the experiment, a Completely Randomized Design with 9 repetitions per
treatment was used for the indicators: soluble proteins and defensive
enzymes of the plant organs (leaves and roots). The data obtained from
each indicator were analyzed by Simple Classification ANOVA. The
resulting means were compared using the Tukey HSD Test for p <0.05 in
the Statgraphics program, version 5.1 (Statistical Graphics
Corporation, 2001). Pearson's correlations were performed at the two
evaluated moments (7 and 21 ddi) and between organs (leaves and roots)
of soybeans, using the resulting means per treatment in all variables.
RESULTS
Figure 1 shows the protein content in leaves and roots during in vitro growth of soybean plants treated with chitosan and inoculated with Bradyrhizobium.
Effect of a chitosan polymer added to the vegetable culture medium on the content of total soluble proteins
Total
soluble proteins in leaves (7 dai (SEx = 0.40 *), 21 dai (SEx = 0.44 *)
and roots (7 dai (SEx = 0.40 *), 21 dai (SEx = 0.50 *) of inoculated
soybean plants Means with common letters do not differ statistically for
p <0.05, according to the Tukey HSD Multiple Range Test
The content of total soluble proteins in
the leaves was less than 7 dai compared to 21 dai, except for the
highest concentration of polymer (1000 mg L-1), which significantly exceeded the rest of the concentrations in this variable, at the 7 dai (Figure 1A). In addition, the concentrations of 50 and 500 mg L-1,
with differences between them, accumulated higher content of total
proteins with values higher than the inoculated plants (0 mg L-1).
A similar behavior was observed at 21 dai, since the highest values were registered with concentrations of 50 and 1000 mg L-1. At both moments evaluated, the 10 mg L-1 polymer concentration decreased the total protein content (Figure 1A). However, the soluble protein content in roots showed a different response (Figure 1B). The levels decreased significantly in each treatment at 21 dai, except for the lowest polymer concentration (10 mg L-1), compared to the control treatment. In contrast to the protein response in leaves at 7ddi, the concentration of 10 mg L-1 improved protein synthesis in roots, without differences with by 500 mg L-1. The remaining concentrations did not differ from the control treatment (Figure 1B).
Concerning the leaves, the concentrations of 50 to 1000 mg L-1
of the polymer reduced the levels of activity of β 1-3 glucanase until
reaching five times less than the control value, at seven days. The
response of this enzyme was variable at 21 dai. The 10 and 100 mg L-1 concentrations of chitosan increased the enzymatic activity above the control, while it was reduced by the 500 and 1000 mg L-1 concentrations (Figure 2A).
Effect of a chitosan polymer added to the plant culture medium on the β 1-3 glucanase enzyme activity
β
1-3 glucanase in leaves (7 dai (SEx = 0.006 *), 21 ddi (SEx = 0.006 *)
and roots (7 dai (SEx = 0.007 *), 21 dai (SEx = 0.012 *) of inoculated
soybean plants Means with common letters do not differ statistically for
p <0.05, according to the Tukey HSD Multiple Range Test
However, in roots, β 1-3 glucanase activity increased at 7 dai with high concentrations (500 and 1000 mg L-1) as opposed to 100 mg L-1 of the polymer (Figure 2B). On the other hand, at 21 dai, concentrations greater than 50 mg L-1, mainly 100 mg L-1, increased this activity (Figure 2B).
The lower concentration (10 mg L-1) of chitosan reduced the β 1-3 glucanase in roots, but without differences with the control (Figure 2B).
Interestingly, the absolute values of the enzymatic activity were
almost five times higher at 21 dai than at 7 days after the inoculation
of the plants.
At 7 dai, the chitinase activity in leaves decreased with increasing chitosan concentration above 100 mg L-1, while at 21 dai in plants, enzyme activity levels decreased with 1000 mg L-1 one. The rest of the other concentrations did not differ from the control at both evaluated moments (Figure 3A).
Effect of a chitosan polymer added to the plant culture medium on chitinase enzyme activity
Chitinase
in leaves (7 dai (SEx = 0.0002 *), 21 dai (SEx = 0.0002 *) and roots (7
dai (SEx = 0.0002 *), 21 dai (SEx = 0.0007 *) of inoculated soybean
plants Means with common letters do not differ statistically for p
<0.05, according to the Tukey HSD Multiple Range Test
In contrast, the highest chitinase activity in soybean roots, at 7 ddi, was observed with the concentration of 500 mg L-1 of the polymer, followed by 100 and 10 mg L-1 (Figure 3B).
Chitosan concentrations 50 and 1000 mg L-1 reduced the enzyme in relation to the control. However, at 21 dai, the plants treated with the concentration of 100 mg L-1 of chitosan significantly increased the chitinase activity, followed by the highest concentrations (500 and 1000 mg L-1), which increased the enzymatic activity four to six times more than the remaining concentrations and the control plants (Figure 3B).
The
phenylalanine ammonium-lyase (PAL) levels in soybean leaves were higher
in the first time of sampling evaluated, than in the second (Figure 4A). The concentrations of 10 and 50 mg L-1 of the polymer increased the PAL enzyme at 7 and 21 dai, respectively.
In leaves, chitosan increased PAL activity up to 75% with a concentration of 10 mg L-1
at 7 dai, compared to the inoculated control. On the other hand, the
higher concentrations of the polymer reduced these enzymatic levels in
the leaves at 7 dai, while at 21 dai this effect was only observed in
plants treated with 1000 mg L-1 of chitosan (Figure 4A).
PAL activity in roots was similar to the response found at 21 dai with β 1-3 glucanase activity (Figure 4B).
The 50 mg L-1 concentration caused the highest levels of PAL activity, followed by the highest concentrations at 7 dai, while 10 mg L-1 and the control showed the lowest levels of activity. However, at 21 dai, the concentrations of 100 and 1000 mg L-1 of chitosan increased this enzyme activity of (Figure 4B).
Effect of a chitosan polymer added to the plant culture medium on the activity of phenylalanine ammonium-lyase (PAL)
Phenylalanine
ammonium lyase (PAL) in leaves (7 dai (SEx = 0.006 *), 21 dai (SEx =
0.003 *) and roots (7 dai (SEx = 0.0006 *), 21 ddi (SEx = 0.003 *) of
inoculated soybean plants The means with common letters do not differ
statistically for p <0.05, according to the Tukey HSD multiple range
test
The correlation coefficient determinations
of the total proteins and the three enzymatic activities, between both
plant organs, showed positive and negative correlations, both 7 days and
21 days after inoculation in soybeans (Table 1).
The application of chitosan in the vegetable culture medium increased the levels of total proteins in both roots and leaves (Table 1). A positive and more significant correlation (R2=92)
was found in the concentration levels of the indicator in both organs
at 21 dai, than at 7 dai. Similar behavior was found in PAL enzyme
activity, where both organs correlated positively and significantly at 7
dai (R2=76) and 21 dai (R2=59) (Table 1). However, β 1-3 glucanase activity was inversely and significantly correlated (R2=76)
between both organs, so that increases in activity of this enzyme in
leaves correspond to significant reductions in activity in roots at 21
dai , while the correlation at 7 dai was not significant. In turn,
chitinase activity increased in roots, but decreased in leaves, so the
correlation between organs was negative and of low significance in the
two growth moments of the evaluated plants (Table 1).
DISCUSSIONThe
activities β1-3 glucanase, chitinase and phenylalanine ammonium lyase
(PAL) are considered indicators of basal resistance against
phytopathogens 16. Likewise, these enzymes have been previously evaluated in plants treated with chitosan 17,18.
It is known that chitosan and its derivatives are potent inducers of
defensive responses and resistance against pathogens and increase the
synthesis of secondary metabolites in plants 8,17.
This work shows that chitosan modulated the enzymatic levels of the
defensive responses in soybean leaves and roots inoculated with B. elkanii,
depending on the plant organ and the moment evaluated. Furthermore,
these increases are in the range of levels reported in plants treated
with chitosan 18.
In
general, at both moments in which the defensive indicators were
evaluated, the three highest concentrations caused significant decreases
and increases in enzyme levels in leaves and roots, respectively,
compared to the control (Figures 2, 33 and 4).
Consequently, the enzymatic increases found confirm a defensive
induction stimulated by the chitosan polymer in soybean roots, which
could make it possible to increase the plant resistance status against
possible infections by pathogens.
Among the PR
proteins, the enzymes chitinases and β 1-3 glucanases have been the most
studied and reported in response to biotic pathogens and elicitors 16,17. The results of this work demonstrated increases in both enzymes´ activity with 10 mg L-1 of chitosan in the leaves, differently in roots, where concentrations between 100 and 1000 mg L-1
stood out, at both times. At 21 days, in the case of β 1-3 glucanase,
increases of up to two times were achieved, while in chitinase case,
between three and four times in the roots, with respect to the control
plants (Figures 2 and 3).
Similarly,
the same concentrations that induced the highest enzyme increases in
this work have been reported as inducers of chitinase activity in
soybean leaves by seed imbibition prior to sowing 19. Other results in this culture showed increases in chitinase activity, depending on the concentration of chitosan used 20.
Some
authors demonstrated greater accumulation of chitinase activity in
roots grown in solutions that contained a chitosan oligomer or a Nod factor 21;
without affecting the nodulation of soybean plants. This suggests that
this enzymatic activity stimulation may be due both to a defensive
response and to the symbiotic association of rhizobia with the host
plant. However, in several legumes species it has been reported that
chitinase enzymes hydrolyze Nod factors excreted by bacteria, and therefore, reduce the recognition of these signals by the plant 22,23. This can be supported by the decrease in the number and dry mass of the nodules observed in soybean plants grown in vitro treated with high chitosan concentrations included in the culture medium 12.
This is consistent with the increase in β 1-3 glucanase and chitinase
activity observed in the present study in plants treated with the
highest concentrations of the polymer.
PAL activity in the leaves increased at concentrations of 10 and 50 mg L-1
of the polymer at 21 dai, while with intermediate to high
concentrations, enzyme levels decreased at both times of soybean growth (Figure 4A) . However, in the roots at seven days, PAL activity was induced with the highest concentrations, mainly 50 mg L-1, which doubled the control value (Figure 3B). Similar responses were reported in the induction of this activity by chitosan in tobacco roots (Nicotiana tabacum L) and pine (Pinus koraiensis) plants with this concentration 19,24,
in addition to finding increases of this enzymatic activity in soybeans
and other legumes when other forms of the inducer are applied 18,25-27.
Some
compounds formed in the phenylpropanoid pathway, such as flavonoids and
isoflavonoids, are involved in the process of symbiotic recognition
between rhizobia and host plants 28,29.
It is well known that chitosan activates the formation of secondary
compounds via phenylpropanoids, reinforcing the resistance in plants to
biotic stresses 18,30, but also being able to contribute positively to the aforementioned symbiotic process 31.
The increased PAL activity found in soybean roots in this study could
contribute to both processes. For example, an increase in flavonoids in
soybeans has been reported as a result of the previous chitosan
application 8,22) or Nod factors to plants 28,32.
However, defensive response induction in plants against pathogens has been reported to inhibit the symbiotic process in legumes 33.
The enzymatic activities in this work were determined in two important
moments of the soybean symbiotic process: at 7 dai, when the plant is in
full formation of nodules, after the colonization of root hairs by the
bacteria and their conversion to bacteroide and at 21 dai, when the
nodules are formed and the bacteroides within them are active, exerting
an intense nitrogen fixation activity. Furthermore, legumes have been
shown to self-regulate the magnitude of symbiosis by inducing defensive
responses 4 that limit microsymbiont entry and thus cause the formation of less developed or dysfunctional nodules 33.
In this sense, chitosan could induce defense mechanisms in the plant
that would directly affect the microsymbiont entry to plant roots.
The
results of the work also demonstrated an activation relationship of the
variables evaluated in the two organs, depending on the moment
evaluated. At 7 dai the proteins were negatively correlated and PAL
activity positively, while at 21 dai the four variables correlated
between roots and leaves (Table 1).
The protein concentration increased in both organs with the application of chitosan at 1000 mg L-1
and in roots at 21 days when only the seedlings were inoculated. Both
behaviors coincide with previous results reported in cowpea plants 34,35.
At
21 days, the higher chitosan concentrations increased the β 1-3
glucanase and chitinase activities in roots, while they were reduced in
leaves. Although this behavior may be linked to an energy balance in the
plant itself, additional research is necessary to elucidate the
biological significance of the observed behaviors. Therefore, it is
necessary to evaluate the inducing chitosan effect in other defensive
response regulation that could be involved in improving or preventing
the symbiotic process of soybeans with Bradyrhizobium, in ex vitro bioassays, beyond the increase in basal plant resistance against pathogens.
CONCLUSIONS
The
results of the work showed that chitosan induces protein accumulation
and modulates the defensive enzymatic indicators related to plant
protection against pathogen attack, depending on the concentration, the
plant organ and the soy in vitro growth stage inoculated with Bradyrhizobium.
In
the future, eliciting induction of chitosan should be deepened through
other forms of application and development moments of inoculated
soybeans and under ex vitro conditions.