Uso
y manejo de hongos micorrízicos arbusculares (HMA) y humus de lombriz en tomate
(Solanum lycopersicum L.), bajo sistema protegido
Management and use of arbuscular mycorrhizal fungi (AMF) and earth worm humus in tomato (Solanum lycopersicum L.) under protected system
Nelson J. Charles, Dr.C. Nelson J. Martín Alonso
Universidad Agraria de La Habana, Cuba
RESUMEN
La producción de tomate bajo cultivo protegido, en Cuba, está siendo sometida a una fertilización mineral muy intensa, que conlleva a un alto rendimiento, pero una baja calidad bromatológica, lo que ha conllevado, a nivel nacional, un gran interés para obtener producciones con una alta calidad ecológica. Para ello, se desarrollaron dos experimentos en la Granja “Los 3 Picos”, en Managua, Cuba, sobre un suelo Ferralítico Amarillento gleyzado, en un sistema de cultivo protegido, con el objetivo de determinar los efectos de hongos micorrízicos arbusculares (HMA), cepa Cubense y humus de lombriz, solos y combinados, como sustitutos de la fertilización mineral en el cultivo de tomate (hibrido HA 3108 Hazera) a diferentes dosis. El efecto benéfico del HMA aplicado a través del biofertilizante comercial Ecomic®, producido por el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) y el humus de lombriz, fue evaluado en la planta, a través de las variables: altura, materia seca de las hojas, rendimiento final, y la calidad bromatológica de los frutos. Los resultados mostraron que la aplicación de HMA, fue más eficiente que el humus de lombriz al 25 % de la dosis de fertilizante mineral y sin efectos relevantes cuando se aplican combinados con el humus de lombriz, pero su influencia en los parámetros biológicos no fue significativa. No obstante, al incrementarse la fertilización mineral al 50 %, se pudo apreciar sinergismo entre ambos productos, al ser más eficiente la aplicación combinada, obteniéndose una producción superior a la que aportó la dosis del fertilizante mineral considerada óptima. La aplicación combinada de los HMA y humus de lombriz, mejoraron la calidad bromatológica de los frutos de tomate con respecto a los parámetros de sólidos solubles totales (oBrix) y vitamina C.
Palabras clave: HMA, cultivo protegido, fertilización mineral, tomate.
ABSTRACT
The production of tomato under greenhouse system in Cuba is subjected to a high use of mineral fertilizers that resulted to high yield but it affects the nutritional quality of tomato fruits and this has brought great concern at a national level to obtain productions with a high ecological quality. In line with this, two experiments were carried out at the ¨Los 3 Picos¨ farm, in Managua Cuba, on a Feralitic Yellow Glay soil, under a protected cultivating system, with the objective to determine the effects of the arbuscular mycorrhizal fungi (AMF) of Cubense strain and earth worm´s humus, used individually or combined, as substitute to the mineral fertilizers at different dosages in tomato crop hybrid (HA 3108 Hazera). The beneficial effects of the AMF applied in the commercial biofertilizer Ecomic®, produced by the National Institute of Agricultural Sciences (INCA) and the earth worm´s humus were evaluated in the plant, using the variables: height, dry matter content of leaves, final yield and internal fruit quality of fruits. The results shown that the application of AMF, was more efficient than the earth worm´s humus at a 25 % dose of the mineral fertilizer and without any relevant effects when applied in combination with earth worm´s humus but with no significant influences on its biological parameters. Nevertheless, when increasing the mineral fertilizer by 50 %, could appreciate a synergy effects between the two products, being most efficient when applied in combination than applied separately, obtaining a higher production to that brought by the dosage of the mineral fertilizer considered to be optimum. The combination of the AMF and earth worm´s humus improves the internal quality of tomato fruits with respect to the parameters of soluble total solids and vitamin C.
Key words: HMA, protected cultivation, mineral fertilizer, tomato
INTRODUCCIÓN
El uso desmedido
de fertilizantes minerales ha provocado desequilibrio y desbalance en el sistema
suelo-planta, por disminución de las actividades microbianas y del potencial
productivo de las cosechas (1); por otra parte, los agroquímicos en los productos
hortícolas preocupan sobremanera al consumidor, sobre todo por su residualidad
(2). Tal problemática ha estimulado el rescate de alternativas orgánicas, las
cuales resultan ser insumos ideales para mantener cosechas sanas, y a la vez,
mejorar las propiedades químicas, físicas y biológicas de los suelos, para conservar
su capacidad productiva.
Dentro de las alternativas nutricionales, los biofertilizantes, como los hongos
micorrízicos arbusculares (HMA), han sido muy eficientes como sustitutos del
fertilizante mineral (3, 4, 5) y a su combinación con materia orgánica, se le
atribuye una mayor eficacia, por tener un efecto sinérgico (6, 7).
En Cuba, se ha promovido la utilización de abonos orgánicos (8, 9, 10), y biofertilizantes,
(11, 12) con resultados loables (13); sin embargo, no se cuenta aún con datos
conclusivos, sobre la eficiencia del biofertilizante HMA y el humus de lombriz,
aplicados solos y combinados, en el cultivo de tomate, mediante el fertirriego
y bajo condiciones de cultivo protegido. Con los resultados de esta investigación,
se espera una disminución de la aplicación de los fertilizantes minerales y
una mejora en las propiedades química y biológica del suelo, sin afectar la
producción y la calidad biológica de los frutos.
MATERIALES Y MÉTODOS
El trabajo se
desarrolló en casas de cultivo protegido, modelo Tropical A-12, con una superficie
de 540 m2, ubicadas en la Granja “Los 3 Picos”, dentro del municipio
Boyeros, de la Ciudad de La Habana, a 107 m s. n. m. El experimento se estableció
en dos periodos: diciembre 2009 a mayo 2010 y diciembre 2010 a mayo 2011.
Las semillas de tomate utilizadas proceden del híbrido HA 3108-Hazera y las
posturas se obtuvieron por el método de cepellones, utilizando bandejas, que
contenían como sustrato una mezcla de 25 % de humus de lombriz, 25 % de cascarilla
de arroz, 25 % de suelo y 25 % de estiércol vacuno, según registros del Ministerio
de Agricultura.
Estas fueron trasplantadas a los 23 días de la siembra y establecidas en un
suelo Ferralítico Amarillento gleyzado (14).
En la Tabla I se presentan
las características químicas del suelo, al inicio del experimento, demostrándose
su baja fertilidad, lo cual se expresa entre otros indicadores en los bajos
contenidos en materia orgánica (MO) y en la capacidad de intercambio de bases
(CIB), lo que bajo tales condiciones, la eficiencia del biofertilizante, como
el HMA, es mayor (15, 16).
El diseño experimental, fue el de parcela sub-sub dividida, en bloques al azar,
con cuatro réplicas, con arreglo trifactorial; siendo el factor A- las diferentes
dosis de los portadores de nutrientes, en el fertirriego, el factor B- la utilización
de humus de lombriz y el factor C la aplicación de hongos micorrízicos arbusculares
(HMA).
Las dimensiones de las sub parcelas, fueron de 1,0 m de ancho y 5,0 m de largo,
para una superficie total de 5,0 m², el marco de plantación establecido, fue
de 0,2 m por 0,9 m para el cultivo de tomate, donde se establecieron 25 plantas
por tratamientos, en cada sub parcela y para la sub-sub parcela, la dimensión
fue de 1,0 m de ancho y 2,5 m de largo, teniendo un área total de 2,5 m², para
un total de 12 plantas por cada sub-sub parcela.
Portadores nutricionales utilizados en la investigación
Fertilizantes minerales (Factor A). Los fertilizantes empleados en el fertirriego,
fueron el Nitrato de Magnesio (11-0-0-0-15); el Nitrato de Calcio (15-5-0-26-0),
el Ácido ortofosfórico H3P04 (85 %), el Nitrato de Potasio
(12-0-45-0-0) y el Nitrato de Amonio (34-0-0-0-0) (17) y las cuatro dosis del
fertilizante mineral empleadas fueron a0 (0 %), a1 (25
%), a2 (50 %) y a3 (100 %).
Humus de Lombriz (Factor B). Los niveles del humus de lombriz, que representan
las sub parcelas fueron b0 (sin aplicación del humus de lombriz)
y b1 (con aplicación del humus de lombriz), dosis de 1 kg m-². Este
compuesto orgánico, posee un pH de 7,1; materia orgánica 57,10 y 50,1 % de humedad;
su composición en N, P y K y la relación carbono/nitrógeno se ofrece en la Tabla
II.
HMA Glomus cubense (Y. Rodr. y Dalpé) (Factor C). La inoculación de HMA, que
representa las sub-sub parcelas, fue un inóculo certificado de Glomus cubense
(Y. Rodr. y Dalpé) (25 esporas g-1), producto ecológico comercial
(Ecomic®), producido por el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas
(INCA). Se aplicó el 10 % del peso de la semilla a tratar (18). Los dos niveles
del factor C, a saber c0 (sin inoculación de HMA) y c1
(con inoculación de HMA).
En la Tabla III, se
exponen los 16 tratamientos, a partir de combinaciones de los factores A, B
y C-dosis de fertilizante, humus de lombriz y HMA-.
Los tipos y concentraciones de nutrientes de los fertilizantes empleados en
las diferentes fases fenológicas del cultivo (Tabla
IV), se aplicaron de acuerdo a las normas vigentes (17).
Se muestrearon cinco plantas, tomadas al azar en cada sub-sub parcela, a las
que se les evaluó las variables, altura de la planta (cm), a los 30 y 45 días
después de trasplante y masa seca de las hojas (g), al final del experimento.
El rendimiento (t ha-1) fue obtenido a partir del pesaje de la masa
de todos los frutos, de cada tratamiento, además, se evaluó la respuesta de
las plantas a la colonización micorrízica (19), al concluir el ciclo vegetativo
del cultivo, para lo cual se utilizó el método de tinción de raíces (20).
Para evaluar la calidad de la cosecha, se tomó una muestra al azar, de 15 frutos
por tratamiento, a los que se le determinó las siguientes variables de calidad
bromatológica: sólidos solubles totales (0Brix), mediante refractometría,
acidez titulable (% de ácido cítrico), mediante valoración con NaOH, 0,1 N,
utilizando fenolftaleína, como indicador, pH de la pulpa macerada a través del
método potenciométrico, vitamina C (mg 100 g-1), mediante extracción
del ácido ascórbico, con 2,6 diclorofenol indofenol.
Todos los datos obtenidos fueron sometidos a un análisis de varianza multifactorial.
Estos análisis estadísticos se ejecutaron en el sistema Statgraphics 5.1.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Dentro de las
variables del crecimiento y desarrollo del cultivo de tomate, la altura de la
planta está considerada entre las que más influye en sus rendimientos (21, 22),
y se afirma que existe una relación positiva directa, con el rendimiento, cuando
las observaciones han sido realizadas 45 días posterior al trasplante y que
en este período existe un equilibrio, entre los procesos de crecimiento vegetativo
y los reproductivos (23); además, se asegura, que la mayor producción diaria
de biomasa para las hojas, el tallo y la raíz en el cultivo del tomate, tiene
lugar entre los 41 y 55 días después del trasplante (24), momento que coincide
con el período de máximo crecimiento vegetativo e inicio de la cosecha.
En la Figura 1, se presentan
los resultados de la altura de las plantas de tomate, a los 30 y 45 días de
trasplantado. Al valorar la altura de la planta a los 30 días, después de trasplantado,
se encontró que los tratamientos 9 (50 % fertilizante mineral + humus + HMA),
13 (100 % fertilizante mineral + humus + HMA), 14 (100 % fertilizante mineral
+ sin humus + HMA), y 15 (100 % fertilizante mineral + humus + sin HMA), no
presentaron diferencia significativos entre ellos, debido al efecto que producen
los HMA a la disponibilidad de los nutrientes. En esta etapa, el humus no está
completamente a la disposición de la planta, lo que concuerda con los criterios
aportados por otros autores (25), al hacerse referencia a que el humus de lombriz
demora por lo menos cuatro semanas o más, para tener mayor efecto sobre el crecimiento
de las plantas. Sin embargo, a los 45 días después de trasplantado, se aprecia
por lo general, un efecto positivo del humus de lombriz y HMA sobre este indicador,
en relación con el fertilizante mineral, su efecto con una dosis de 50 % y la
aplicación de humus no muestra diferencia significativa con los tratamientos
13 (100 % fertilizante mineral + humus + HMA), 14 (100 % fertilizante mineral
+ sin humus + HMA), y 15 (100 % fertilizante mineral + humus + sin HMA), comprobándose,
que se puede reducir la dosis de fertilizante mineral manteniendo el aporte
del humus de lombriz y los HMA. (Figura
1).
La incorporación de humus de lombriz tiene efectos benéficos en las propiedades
del suelo y, al parecer, junto al efecto positivo de las micorrizas sobre la
absorción de nutrientes, se facilita su asimilación (26, 27).
Esta respuesta, constituye una buena opción para reducir el uso de productos
químicos, para una producción más sostenible (28). La baja capacidad de intercambio
de bases (CIB), existentes en el suelo 6,81 cmol kg-1 y el escaso
contenido de materia orgánica (1,75 %), de acuerdo a Martín, 2000 citado por
otros autores (29), deben ser la causa del efecto favorable de combinar productos,
que por su naturaleza, mejoran las propiedades físicas, químicas y microbiológicas
del suelo; como lo son el HMA y el humus de lombriz. Algunos autores (30), manifiestan
que el humus de lombriz, produce sustancias capaces de influir en el crecimiento
vegetal, mediante el incremento en la actividad enzimática, la supresión de
enfermedades y la producción de sustancias reguladoras del crecimiento, o PGRS
Plant Growth Regulating Substances (30).
El hecho de haberse presentado, menor altura a menores dosis del fertilizante
mineral, confirma la eficiencia de las propuestas de fertilización óptima 50
% de fertilización mineral + humus de lombriz + HMA hecha para este cultivo,
lo cual mostró la máxima altura y el mejor rendimiento obtenido en la investigación
(31, 32, 33).
Al evaluarse la masa seca (Figura
2), se puso de manifiesto un mayor efecto de los HMA a mayores dosis del
fertilizante mineral, tanto combinado con el humus de lombriz como sin el, así
se afirman por los tratamientos 9 (50 % de fertilización mineral + humus de
lombriz + HMA), 10 (50 % de fertilización mineral + HMA) y 13 (100 % fertilizante
mineral + humus + HMA), sin diferencias entre ellos. La elevada producción de
biomasa, obtenida en el tratamiento 10, parece estar relacionado con los hongos
micorrízicos arbusculares, que influyeron positivamente en el aumento de la
concentración de las hormonas de crecimiento, como el ácido indol 3-acético
(AIA) y el ácido giberélico (GA3), en la planta de tomate, los cuales mejoraron
el vigor de la planta y el crecimiento celular, lo que se reflejó en un mayor
número de hojas y mayor área foliar (34). También, la relación de calcio/magnesio
que es de 3,73:1 (Tabla
I), se valora como normal, lo que concuerda con otras investigaciones (35),
y estimulada también, por los niveles de fertilización mineral lo que se reafirman
por otros autores (36, 37).
Además, la simbiosis hongo-planta, es típicamente mutualista, pues el hongo
depende de la planta para la obtención de fotoasimilados y la planta recibe
a cambio, una variedad de beneficios que le permite incrementar su crecimiento
y mejorar sus relaciones hídricas (38).
Estudios en invernadero, demuestran que la asociación simbiótica de los hongos
micorrízicos en las raíces de las plantas, producen diversos cambios y modificaciones
a nivel fisiológico, entre los que destacan, los incrementos en la actividad
fotosintética, por efecto de la mayor capacidad de fijación de CO2 y por consiguiente,
el incremento de las tasas de crecimiento y biomasa producida (39).
La capacidad de intercambio de bases, en este suelo es (6,81 cmol kg-1),
sumamente baja según Martín (2000), citado por otros autores (29) y siempre
que se aplique humus de lombriz, la disponibilidad de nutrientes para la planta
se mejora y, a su vez, si los HMA están presentes, la asimilación de estos nutrientes,
por el cultivo, se favorece mucho más.
La Figura 3 está mostrando
la colonización micorrízica en las raíces de las plantas, al concluir el ciclo
vegetativo del cultivo.
La máxima colonización (26 %), se logró donde no se aplicó fertilización mineral,
ni humus de lombriz (tratamiento 2). Este comportamiento, se debe a que los
HMA presentan mejor colonización, cuando la capacidad de intercambio de bases
y contenido de carbono orgánico en el suelo es bajo, cuyos aspectos se confirman
por los resultados de otras investigaciones (40). En tales condiciones, aun
en presencia de alta colonización de HMA, resultaría insuficiente para alcanzar
producciones eficientes, algo que se refleja en la producción de biomasa para
el tratamiento 2, donde la dosis del fertilizante mineral, no alcanzó cifra
mayor al 25 % de las necesidades del cultivo.
El porcentaje de colonización del tratamiento 9 (50 % de fertilización mineral
+ humus de lombriz + HMA) fue 17 % inferior al tratamiento 1(0 % fertilizante
mineral + humus + HMA) al obtenerse, un rendimiento de 15,88 t ha-1
vs 45,02 t ha-1 respectivamente; tal resultado demuestra que altos
niveles de colonización, no necesariamente significa aumento de los rendimientos,
sino que se le proporcionan los nutrientes necesarios a las plantas. Si se compara
la colonización alcanzada entre el tratamiento 9 (50 % de fertilización mineral
+ humus de lombriz + HMA) y 13 (100 % fertilizante mineral + humus de lombriz
+ HMA), de 17 y 16 % respectivamente, se aprecieron resultados similares en
cuanto a altura de la planta, masa seca y rendimiento; por tanto, esto implica
un exceso de fertilizante químico, ya que con el 50 % del mismo, se obtienen
resultados similares al que contó con el 100 % .
También, en los tratamientos (3, 4, 7, 8, 11, 12, 15, 16), donde solamente se
colonizan las plantas con los HMA nativos en el suelo, se obtuvieron resultados
inferiores, a las plantas que fueron colonizada con el HMA del producto comercial
(Ecomic® ) empleado, comprobándose la no utilización sistemática
de estos hongos en la casa de cultivo.
La colonización, evaluada al final del experimento, mostró valores por encima
del 20 % en los tratamientos donde se aplicó Ecomic®, lo que concuerda
con trabajos precedentes (41, 42) en lo que se ha utilizado, micorrizas inoculantes
sólidos y se han presentado valores de micorrización entre 20 y 45 % de colonización.
La Figura 4 muestra
el efecto de la aplicación de humus de lombriz, hongos micorrízicos arbusculares
y las dosis de fertilizantes minerales sobre el rendimiento del tomate expresado
en t ha-1.
Se encontró que con un 50 % menos de nutrientes en el agua de riego, los HMA
ponen a disposición de las plantas, los nutrientes existentes en el suelo, siendo
esta la mejor dosis para obtener una producción económica; lo que fue demostrado
en los tratamientos 9 (50 % fertilizante mineral + humus + HMA) con un rendimiento
de 45,02 t ha-1 y el tratamiento 13 (100 % fertilizante mineral +
humus + HMA) que alcanzó una producción de 44,58 t ha-1, sin diferencias
significativas entre estos, lo que concuerda con otros autores (43, 44), siendo
además similar a lo obtenido en fresa con aplicaciones de HMA y vermicompost
(45) y también, en el cultivo de guayaba donde, la combinación del 75 % de la
fertilización mineral con los biofertilizantes y el FitoMas-E posibilitó la
reducción del 25 % de la fertilización mineral (46).
En la Tabla V, se exponen
los resultados de la evaluación de la calidad bromatológica de los frutos de
tomate obtenidos en los diferentes tratamientos.
La vitamina C, fluctúa en el rango de 16,93 a 19, 56 mg 100 g-1,
valorándose de adecuados, de acuerdo a los parámetros establecidos (47, 48).
Es importante destacar que en los tratamientos (7, 9, 11, 13 y 15) donde se
aplicó el humus de lombriz con fertilizante mineral, la vitamina C no presentó
diferencias significativas y cuando se valoró los Solidos Solubles Totales (SST),
tratamientos (9, 11 y 15), presentan el mismo rango de valores, debido probablemente
a la presencia de estructuras semejantes a las giberelinas, en la composición
del humus de lombriz y la acción de sustancias húmicas presentes, unido al posible
efecto de los aminoácidos (49).
El acidez títulable y el pH se valoran como normales, de acuerdo a los parámetros
establecidos (50). Por lo tanto, la utilización de estos productos ecológicos,
mejoraron la calidad bromatológica de los frutos de tomate, con respecto a los
parámetros de sólidos solubles totales (oBrix) y vitamina C.
CONCLUSIONES
De acuerdo a los
resultados, la combinación de HMA aplicado a través del biofertilizante comercial
Ecomic® (25 esporas g-1) + humus de lombriz (1 kg m-2)
al 50 % de la fertilización mineral en el cultivo del tomate bajo condiciones
de cultivo protegido, ejercen un efecto positivo en el crecimiento, desarrollo
y rendimiento del cultivo.
En relación a la calidad bromatológica, el contenido de sólidos solubles totales
(oBrix) y la vitamina C aumentó significativamente, cuando se utilizó
humus de lombriz, combinado con fertilizantes minerales. Lo que demuestra la
factibilidad del empleo de la inoculación micorrízica y el aporte del humus
de lombriz en la reducción de los fertilizantes minerales y en la mejora de
la calidad biológica del tomate.
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Recibido: 7 de febrero de 2014
Aceptado: 16 de abril de 2014
Nelson J. Charles, Universidad Agraria de La Habana, Cuba. Email: nelsonm@unah.edu.cu