Evaluación de cultivares y materiales de siembra en plátanos del tipo falso cuerno bajo un manejo intensivo de plantación
Evaluation of cultivars and planting materials in False Horn plantain type under intensively management plantation
Alfonso Vargas
Corporación Bananera Nacional, Apdo. 390-7210, Guápiles, Costa Rica.
RESUMEN
Variables de crecimiento y producción fueron medidas en tres experimentos desarrollados en el Caribe de Costa Rica, donde se compararon, en plátanos del tipo Falso Cuerno (Musa AAB) y para un primer ciclo de cultivo, dos fenotipos con sus respectivos cultivares (experimentos 1 y 2) además de cinco tipos de materiales de siembra (experimento 3). Los cultivares del fenotipo Hartón presentaron racimos de menor peso, con menos manos y frutos (p<0,0001), pero estos últimos de mayores dimensiones (p<0,0073) que aquellos del fenotipo Dominico Hartón. Esto indica que la orientación de mercado de los cultivares del fenotipo Hartón debería ser para exportación de fruta verde y la de los cultivares del fenotipo Dominico Hartón para industria. El mejor comportamiento productivo del fenotipo Hartón fue mostrado por los cultivares Tallo Verde I y Hartón I y del fenotipo Dominico Hartón, por los cultivares Dominico Hartón y Cóbano. Entre los materiales de siembra, los dos tratamientos que incluyeron hijos espada fueron más precoces (p=0,0003) y aunque las diferencias productivas no alcanzaron a ser significativas (p>0,0899) con los demás tratamientos, fueron conjuntamente con las plantas in vitro, los que presentaron el mejor desempeño general. En adición, el hijo de agua también sería una alternativa de siembra, máxime que se expresa con abundancia en la cepa luego de la cosecha de la planta madre y puede originar plantaciones, al igual que el hijo espada, con alta homogeneidad.
Palabras clave: Musa, fenotipos, plátano, producción, semillas.
ABSTRACT
Growth and production variables were measured in three experiments in the Costa Rican Caribbean zone, where two False Horn plantains phenotypes and their cultivars (experiments 1 and 2) also five planting materials (experiment 3) were compared during the plant crop. Cultivars of Harton phenotype had less bunch weight, number of hands and fruits (p<0,0001), but with thicker and larger (p<0,0073) fruits than those of Dominico Harton phenotype. Thus, Hartón phenotype cultivars should be oriented to the exportation market as fresh green fruit and Dominico Hartón phenotype cultivars to the industry. From the Hartón phenotype group, Hartón I and Tallo Verde I gave the best yield production while in Dominico Hartón phenotype, Dominico Hartón and Cobano were the best. Between planting materials the two treatments that included sword suckers (experiment 3) were more precocious (p=0,0003), and although no significant difference in yield (p>0,0899) was observed with the other treatments were, together with in vitro plants, which had the best overall performance. In addition, the use of water sucker could be also an alternative for planting, because are abundant in the mat, after harvest of the mother plant, and give uniform plantations as the sword suckers.
Key words: Musa, phenotypes, plantain, production, seeds.
INTRODUCCIÓN
El cultivo del
plátano (Musa AAB) en Costa Rica está basado en el cultivar
de porte alto del tipo Falso Cuerno denominado Hartón o Curraré,
el cual se propaga en la mayoría de los casos por medio de cormos. A
este tipo pertenecen alrededor de un tercio del total de los plátanos
y bananos de cocción (Musa AAB) sembrados en el trópico
húmedo (1). Se estima que en el año 2011 el país produjo
90,000 toneladas métricas de fruta correspondientes a un área
de siembra de 9500 hectáreas (2) para un rendimiento anual por hectárea
de 9476 kg. En Costa Rica su uso es dirigido indistintamente al procesamiento
industrial (45 %), al consumo local (45 %) y a la exportación como fruta
fresca (10 %). De la actividad, que está localizada principalmente en
la región Caribe, dependen más de 5000 familias de pequeños
y medianos agricultores y genera más de 15000 empleos directos (3).
Ante esta perspectiva, y como parte de las estrategias de mejoramiento del cultivo,
se efectuó una caracterización morfológica del germoplasma
local e introducido del tipo Falso Cuerno, ubicado en el Banco de Germoplasma
de CORBANA (4). Su posterior multiplicación y selección, básicamente
con cultivares de porte alto, y la agrupación de estos, de acuerdo con
las características del racimo y de sus frutos, permitió la conformación
de dos fenotipos. El primero de ellos estuvo definido por racimos de menor peso,
con menos manos y frutos pero estos últimos de mayores dimensiones que
se denominó Hartón y el segundo, por racimos de mayor peso, más
manos y frutos pero estos últimos de menores dimensiones que se denominó
Dominico Hartón. El primer fenotipo incluyó cultivares como el
Hartón, Pérez, Tallo Verde y Taylor y el segundo de ellos, cultivares
como Cóbano, Dominico Hartón y Tallo RojoA. Las características
del racimo de estos fenotipos y su relación con las exigencias de calidad
basadas en el grosor y en la longitud del fruto para exportación respaldan,
de acuerdo con el anterior autor, la orientación de la producción
de los cultivares del fenotipo Hartón como fruta fresca y la de los cultivares
del fenotipo Dominico Hartón, como materia prima para la industria.
Lo anterior, es concordante con los sistemas de producción que comprenden
el uso de altas densidades de población y renovación total de
la plantación luego de cada ciclo de cultivo. Esto sin embargo, además
del cultivar adecuado, debe ser complementado con aquel material de siembra
que tenga el menor costo posible pero que garantice la mayor eficiencia productiva.
El material de siembra convencional puede estar conformado por secciones de
cormo o cormos enteros provenientes de hijos de agua o de espada, por hijos
de agua o espada sin poda de raíces y hojas, por plantas originadas del
enfunde en bolsas de vivero de rebrotes con poda de raíces y de pseudotallo
y por plantas originadas por reproducción rápida, gama de materiales
que se completa con el uso de plantas de cultivo in vitro o de propagación
rápida convencional o en cámara térmica (5, 6, 7).
Como alternativa al material vegetativo convencional, la técnica de producción
basada en el cultivo in vitro ha permitido la producción masiva
de plantas sanas, más precoces, uniformes y productivas, libres de hongos,
nemátodos y bacterias, así como la multiplicación rápida
de genotipos importantes y la conservación de colecciones e intercambio
internacional de germoplasma (8, 9). Todos estos atributos han generalizado
el uso de plantas de cultivo in vitro, particularmente en la siembra
y renovación de plantaciones de banano para la exportación como
fruta fresca, cuyas plantaciones se renuevan por lo general cada 5 a 10 años,
con densidades de población que no sobrepasan por lo general las 1800
plantas ha-1 y donde dicho material de siembra sería la opción
más apropiada. Sin embargo, esta no es la situación de muchos
pequeños agricultores que utilizan el banano o el plátano como
fuente de alimentación y que, por lo general, no tienen acceso a material
in vitro. Ante esta perspectiva, plantas del cv. Williams (Musa
AAA) originadas de hijos de agua trasplantadas directamente al sitio de siembra
sin poda de hojas ni de raíces, fueron comparadas con plántulas
de cultivo in vitro durante ocho ciclos sucesorios (8). Como parte
de las conclusiones el estudio indica que para explotaciones de consumo doméstico
o para plantaciones, cuyo fruto es destinado para la exportación, donde
existan restricciones sanitarias, de costo o de disponibilidad de plantas in
vitro, el uso de plántulas originadas de hijos de agua muestran
un alto potencial para su uso en áreas de frecuente renovación,
especialmente aquellas cultivadas en alta densidad de población, cuya
demanda de material de siembra es muy alta.
En este contexto intensivo de producción que demanda una alta cantidad
de material de siembra y dadas la frecuentes renovaciones que bajo esta estrategia
son requeridas, el uso de estas fuentes originados en la misma plantación,
significaría una importante reducción en el costo anual de operación,
siempre y cuando la sanidad y el vigor sean similares, en comparación
con el material proveniente de plantas in vitro.
El uso de materiales convencionales de siembra en el cultivo del plátano
fue estudiado en el Caribe de Costa Rica (10) en plátanos del tipo Falso
Cuerno (Musa AAB, cv. Hartón). En dicho estudio, el peso del
racimo de plantas provenientes de hijos de agua sin poda de raíces y
hojas y sembrados directamente en el campo, fue similar al obtenido con plantas
originadas de cormos. En otros cultivares del tipo Falso Cuerno (Musa
AAB, cvs. Maricongo y Enano) la productividad de plantas desarrolladas a partir
de cormos de hijos espada fue superior a la que mostraron aquellas originadas
de cormos de hijos de agua (11).
Por su parte, otros autores determinaron con otro cultivar del tipo Falso Cuerno
(Musa AAB, cv. Dominico Hartón) una mejor producción
en las plantas desarrolladas a partir de cultivo in vitro y de hijos
espadaB, quienes a su vez fueron entre ambas, igualmente productivas,
pero superiores a aquellas originadas de rebrotes sembrados en bolsa de vivero
con el pseudotallo y las raíces podadas.
El objetivo del presente estudio consistió en evaluar diferentes cultivares
y materiales de siembra de plátanos del tipo Falso Cuerno (Musa
AAB) bajo una estrategia de cultivo de alta densidad de población y un
solo ciclo de cultivo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se efectuaron
tres experimentos en el Centro de Investigación Agrícola 28 Millas
(10o 5’ 52’’ latitud Norte y 83o 22’ 33’’ longitud Oeste)
ubicado en la provincia de Limón, cantón de Matina (Caribe de
Costa Rica) entre los años 2007 a 2010. En los experimentos 1 y 2 se
evaluaron dos fenotipos y sus cultivares y en el experimento 3, se estudiaron
diferentes tipos de materiales de siembra. En el área del estudio y para
cada uno de los años, la temperatura promedio máxima y mínima
fue de 31,8 y 20,7; 31,1 y 20,7 y 31,1 y 21,4 oC, la humedad relativa
promedio de 90,4; 91,0 y 91,4 % y la precipitación acumulada (mm de lluvia)
de 2608, 2752 y 3718 mm. El suelo, de origen sedimentario y de alta fertilidad
natural presenta valores promedio de pH moderadamente ácidos, bajos porcentajes
de materia orgánica, altos contenidos de Ca y Mg y bajos de K (12).
Los experimentos 1 y 2 fueron sembrados con cormos de 1 a 2 kg de peso a una
densidad de población de 2500 plantas ha-1 (2,0 x 2,0 m en
cuadro) y en un terreno conformado por domos. Los cultivares del fenotipo Hartón:
1- Hartón selección I, 2-Hartón selección II, 3-
Tallo Verde selección I, 4-Tallo Verde selección II y 5- Victor
Julio, mientras que los cultivares del fenotipo Dominico Hartón fueron:
6- Cóbano, 7-Dominico Hartón y 8- Maricongo.
El experimento 3 (materiales de siembra) estuvo conformado por cinco tipos de
semilla (Figura 1) provenientes
del fenotipo Hartón (cv. Hartón de porte alto) y que consistieron
en: 1- cormos (1,4 kg ± 0,1) provenientes de hijos espada de 1,1 m ±
0,1 de altura, 2- hijos de agua (0,45 m ± 0,05) sin poda de raíces
y con poda parcial de hojas, 3- plántulas provenientes de cultivo in
vitro (0,14 m ± 0,02) de ápices, 4- hijos espadas (1,01 m
± 0,05) con un máximo de dos hojas verdaderas y 5- hijos espadas
(0,52 m ± 0,06) con solo hojas filiformes. El tratamiento 2 (hijos de
agua) se sembró con brotes de 3,96 ± 0,68 hojas verdaderas, el
tratamiento 3 (in vitro) con plántulas de 2,44 ± 0,74
hojas verdaderas, el tratamiento 4 (hijos espada grandes) con brotes de 1,19
± 1,0 hojas verdaderas y 12,4 ± 0,7 hojas filiformes y el tratamiento
5 (hijos espada pequeños) con brotes de 10,7 ± 0,9 hojas filiformes.
Los materiales de este experimento fueron plantados en un terreno convencional
de topografía plana.
En los tres experimentos la fertilización se realizó cuando las
plantas emitieron un promedio de 5 y 10 hojas con 35 g planta-1 de
Sulfato de amonio (N-SO4) y cuando las plantas emitieron en promedio
15, 20 y 25 hojas, con 45 g planta-1 de 15-3-31 (N-P2O5-K2O).
La Sigatoka negra (Mycosphaerella fijiensis) se combatió con
fungicidas sistémicos y protectores en rotación y en mezcla con
aceite mineral para un volumen total por aplicación de 15 L ha-1
mediante una motobomba nebulizadora terrestre (Stihl®, modelo SR- 400) utilizada
para asperjar. El combate químico se complementó con labores de
deshoja y despunta en la hoja de las secciones afectadas por la enfermedad.
El combate de malezas se realizó por medio de chapeas con machete o motoguadaña.
El combate de nemátodos, por medio de la aplicación de nematicidas
granulados al suelo, se realizó solo en el experimento de 2 con la adición
ethoprofos (10 g planta-1 de producto comercial). No fue necesario
realizar combate químico de insectos. En todos los experimentos la totalidad
de las plantas fueron aseguradas (apuntaladas) con dos varillas de caña
brava (Saccharum robustum). No se realizó desmane ni deschire
y los racimos fueron cubiertos 15 días después de la floración
con fundas de polietileno impregnados con el insecticida bifentrina. La cosecha
en todos los casos se realizó a las 11 semanas de la floración,
considerando una orientación de mercado hacia la exportación como
fruta verde.
Los tres experimentos comprendieron solamente el primer ciclo de cosecha. Los
dos primeros se cosecharon entre épocas climatológicas favorables
(inicio) y adversas (final) para el desarrollo de la planta y racimo ya definidas
para el Caribe de Costa Rica (13) y comprendió de marzo a junio del 2009
en el experimento 1 y de septiembre a diciembre del 2010 en el experimento 2.
El experimento 3 se cosechó en una época climática favorable,
de junio a agosto del 2008.
Las variables medidas en todos los experimentos en la floración fueron:
número de hojas, altura (m) y grosor (cm) del pseudotallo, número
de días desde la siembra y la cosecha: número de hojas, peso del
racimo (kg), número de manos y de frutos. En los experimentos 1 y 2 el
grosor (mm) y el largo (cm de pulpa a pulpa) del fruto central de la fila externa
se midieron en la segunda, cuarta y sexta mano mientras que en el experimento
3 se efectuó de la primera hasta la sexta mano. Adicionalmente a la cosecha
de los experimentos 1 y 2 se determinó visualmente la apariencia del
racimo y de su raquis.
En los experimentos 1 y 2 el diseño experimental fue de Bloques Completos
al Azar con cinco repeticiones, donde cada uno de los bloques estuvo compuesto
por una hilera de nueve plantas útiles de cada cultivar. En el experimento
3 el diseño usado fue también de Bloques Completos al Azar con
cinco repeticiones donde cada uno de los bloques estuvo compuesto por 12 plantas
útiles de cada tratamiento.
El análisis estadístico consistió en un Análisis
de Varianza y separación de medias mediante la prueba DMS para todos
los experimentos y adicionalmente contrastes para los experimentos 1 y 2 con
la ayuda del programa estadístico SAS (SAS Institute Inc. Cary, NC, USA,
Version 9.1).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
I- Cultivares
(experimentos 1 y 2)
El número de hojas a la floración (Tabla
I), con excepción del mayor valor (0,4 hojas; p=0,0023) que presentaron
en el experimento 2 los cultivares del fenotipo Hartón: Tallo Verde I,
Tallo Verde II y Victor Julio, no mostró diferencias entre los cultivares
del fenotipo Hartón del experimento 1 (p=0,1367), así como en
ambos experimentos entre los cultivares del fenotipo Dominico Hartón
(p>0,1455) y entre fenotipos (p>0,2971).
La altura del pseudotallo (Tabla
I), solo difirió (p=0,0216) en el experimento 1 entre los cultivares
del fenotipo Hartón, donde el Tallo Verde I, Tallo Verde II y Hartón
I fueron los más altos (0,22 cm). No hubo diferencias entre los cultivares
del fenotipo Hartón del experimento 2 (p=0,1530) así como en ambos
experimentos entre los cultivares del fenotipo Dominico Hartón (p>0,4430)
y entre fenotipos (p> 0,1081).
El grosor del pseudotallo (Tabla
I) difirió (p= 0,0082) entre los cultivares del fenotipo Hartón
solamente en el experimento 1, donde dicha diferencia estuvo dada por el menor
grosor (1,0 cm) del Hartón II con respecto a los demás. Hubo diferencias
(p<0,0020) en ambos experimentos entre los cultivares del fenotipo Dominico
Hartón, donde el Cóbano y el Dominico Hartón presentaron
en promedio el mayor valor (1,6 y 1,4 cm, respectivamente) con respecto al Maricongo.
Solo hubo diferencias (p=0,0003) entre fenotipos en el experimento 2 donde las
plantas del fenotipo Dominico Hartón fueron más gruesas (1,0 cm)
que las del fenotipo Hartón.
El número de días de la siembra a la floración (Tabla
I) difirió solamente en el experimento 2 para ambos fenotipos (fenotipo
Hartón; p= 0,0143 y fenotipo Dominico Hartón; p=0,0434) con una
reducción promedio en el primero de ellos de 16 días en los cultivares
Hartón I y II y en el segundo de 13 días en el cultivar Dominico
Hartón. Entre ambos fenotipos las diferencias (p=0,0396) se mostraron
en el experimento 1 donde dicho período fue en promedio menor (ocho días)
en los cultivares del fenotipo Hartón.
De manera general en ambos fenotipos hubo un comportamiento similar entre sí
y entre los cultivares que los conformaron para las variables de crecimiento,
toda vez que en aquellas donde se expresaron diferencias estadísticas,
la magnitud del valor correspondiente fue de poca importancia.
Esta condición no permite que alguno de los materiales evaluados pueda
considerarse más apropiado que otro en virtud de su capacidad para conservar
o perder área foliar, de su respuesta diferencial a factores climáticos
con base al porte de la planta o de su precocidad dada por los días de
siembra a floración.
El número de hojas a la cosecha (Tabla
II) fue similar entre los cultivares del fenotipo Hartón (p>0,6329)
y entre materiales del fenotipo Dominico Hartón (p>0,3872) en ambos
experimentos. Solamente hubo diferencias (p=0,0246) entre fenotipos en el experimento
2 donde el fenotipo Hartón presentó en promedio mayor número
de ellas (0,2 hojas).
El peso del racimo (Tabla
II) no varió (p>0,3035) en ambos experimentos entre los materiales
del fenotipo Hartón pero esta condición sí ocurrió
(p<0,0459) entre los materiales del fenotipo Dominico Hartón, donde
el cultivar Dominico Hartón fue superior al Cóbano (1,3 kg) y
al Maricongo (1,9 kg). Los racimos del fenotipo Dominico Hartón tuvieron
un mayor peso que los del fenotipo Hartón (2,0 kg; experimento 1 y 2,6
kg; experimento 2) aunque solo en el segundo experimento las diferencias alcanzaron
a ser significativas p<0,0001).
El número de manos por racimo (Tabla
II) difirió (p>0,0185) en ambos experimentos entre materiales
del fenotipo Hartón, donde el Tallo Verde I en el experimento 1 y Hartón
I, Tallo Verde I y Victor Julio en el experimento 2 presentaron en promedio
más manos (0,6 y 0,4 manos; respectivamente). No hubo diferencia para
esta variable entre materiales del fenotipo Dominico Hartón en el primer
experimento (p=0,2953) más sí en el segundo (p=0,0505) donde Cóbano
y Dominico Hartón presentaron la mayor cantidad (0,4 manos). Los racimos
del fenotipo Hartón presentaron menos manos (p= 0,0001; 0,5 manos) que
los racimos del fenotipo Dominico Hartón.
El número de frutos por racimo (Tabla
II) difirió (p=0,0012) entre los cultivares del fenotipo Hartón
en el experimento 2, donde el Hartón I Victor Julio presentaron en promedio
la mayor cantidad (cuatro frutos). En el fenotipo Dominico Hartón dicha
variable presentó diferencias en ambos experimentos (p<0,0347) donde
el Dominico Hartón mostró la mayor cantidad (2,5 y 8,1 frutos;
respectivamente). El fenotipo Dominico Hartón presentó la mayor
cantidad (p<0,0001) de ellos en ambos experimentos (16,9 y 17,0 frutos, respectivamente).
El grosor del fruto central (Tabla
III) de la fila externa de manos seleccionadas (segunda, cuarta y sexta
mano), con excepción del mayor valor del Tallo Verde I (2,0 mm; p=0,0025)
en la cuarta mano del experimento 2, no varió en las restantes manos
entre los cultivares del fenotipo Hartón (p>0,1891) ni entre los del
fenotipo Dominico Hartón (p>0,1193) pero si entre ambos fenotipos
(p<0,0073) donde el primero de ellos presento en todas ellas los frutos más
gruesos.
La longitud del fruto central (Tabla
IV) de la fila externa de manos seleccionadas (segunda, cuarta y sexta mano),
con excepción al mayor valor del Tallo Verde I y II en la cuarta y sexta
mano del experimento 1 (1,4 y 1,3 cm; p=0,0153 y p=0,0340; respectivamente)
y del Maricongo y Dominico Hartón (1,1cm; p=0,0102) en la sexta mano
del experimento 2, no varió en las restantes manos entre los cultivares
del fenotipo Hartón (p>0,1873), ni entre los del fenotipo Dominico
Hartón (p>0,0769) pero si entre ambos fenotipos (p<0,0001), donde
el primero de ellos mostró en todas ellas los frutos más largos.
La similar cantidad de hojas tanto a floración como a cosecha entre los
cultivares de ambos fenotipos es un aspecto ya indicado por otros autores en
plantaciones ubicadas a 1,050 msnm (14) quienes indican que la tasa de desarrollo
en el tiempo y la evolución de los síntomas entre cultivares de
los fenotipos Dominico Hartón (cv. Dominico Hartón) y Hartón
(cv. África 1) no presentan diferencias entre si y que para ambos materiales
el progreso de las Sigatokas (negra y amarilla) fue rápido con valores
altos en la tasa de desarrollo y períodos cortos de evolución
de síntomas, aspecto también señalado en condiciones de
invernadero para ambos cultivares (15).
En contraste con las variables de crecimiento, el comportamiento productivo
permitió diferenciar claramente ambos fenotipos, toda vez que las plantas
del fenotipo Hartón presentaron racimos de menor peso, y menos manos
y frutos que aquellas del fenotipo Dominico Hartón, pero fueron de mayor
grosor y largo en el primero de los dos fenotipos. Esta particularidad con relación
a las dimensiones del fruto también ha sido mencionada por otros autores
(16, 17). Dicha consideración reviste una gran importancia toda vez que
en plátano tanto para exportación de fruta fresca como para uso
industrial están regidas, en especial para la primera actividad, por
el tamaño de los frutos. Las normas de calidadC exigen para el transporte
a los Estados Unidos, frutos con un grosor mínimo de 39,7 y máximo
de 49,2 mm mientras que para Europa, mercado más distante, esta fluctúa
entre un mínimo de 38,1 y un máximo de 47,6 mm con una longitud
mínima del fruto de pulpa a punta en todos los casos de 25,4 cm (22,9
cm de pulpa a pulpa).
De acuerdo con estos parámetros los frutos del fenotipo Hartón
alcanzaron dicho valor en todas las manos medidas de ambos experimentos, mientras
que esto no sucedió para el fenotipo Dominico Hartón. Sin embargo,
fue en la longitud del fruto en donde las diferencias se hicieron más
evidentes ya que el valor mínimo se cumplió en la mayoría
de los frutos de las manos medidas del fenotipo Hartón, pero ello no
ocurrió en la totalidad de las mismas del fenotipo Dominico Hartón.
En contraste, la norma mínima para industria de 40 mm de grosor y de
15,2 a 17,8 cm de largo (pulpa a pulpa) incluyó ampliamente a todas las
manos medidas de los cultivares de este último fenotipo. El material
genético de plátanos del tipo Falso Cuerno debe estar en función
de la orientación de mercado, donde los racimos de frutos gruesos y largos
representados por el fenotipo Hartón, sean destinados para la exportación
como fruta fresca, y aquellos con mayor peso y cantidad de materia prima como
el fenotipo Dominico Hartón, lo sean para uso industrial. Se puede resaltar
el mejor comportamiento productivo en el fenotipo Hartón del Tallo Verde
I y del Hartón I así como en el fenotipo Dominico Hartón,
del Dominico Hartón y del Cóbano. Esta diferenciación de
fenotipos basada en la orientación de mercado, permite una selección
apropiada del cultivar en función de los requerimientos y especificaciones
de calidad del fruto.
Independientemente de las dimensiones del fruto, cultivares de ambos fenotipos
(cvs. Hartón y Dominico Hartón) presentaron los mayores porcentajes
de materia seca, en especial el segundo de ellos quien fue superior al promedio
(17). Este aspecto es fundamental en los procesos de manofactura ya que la industria
de productos procesados busca materiales con mayor contenido de materia seca
con el propósito de disminuir la cantidad de aceite en el producto final.
Los racimos del fenotipo Hartón (Figura
2A), presentaron frutos pendulares y un raquis con flores neutras o hermafroditas,
corto, mientras que en aquellos provenientes del fenotipo Dominico Hartón
(Figura 2B), tuvieron
frutos perpendiculares y un raquis con flores neutras o hermafroditas, largo.
Esta particularidad, independientemente de la condición productiva de
ambos fenotipos, reviste una gran importancia y utilidad dado que permite principalmente
en función de la diferente longitud y conformación del raquis,
una identificación certera de cultivares entre los fenotipos Hartón
y Dominico Hartón.
II- Materiales
de siembra (experimento 3)
El número de hojas a la floración así como la altura y
el grosor del pseudotallo, no variaron (p>0,7895) entre los diferentes materiales
de siembra evaluados. No obstante, hubo diferencias (p=0,0003) en la cantidad
de días transcurridos desde la siembra hasta la floración, donde
el hijo de espada con dos hojas verdaderas redujo dicho período en 51,
24, 36 y 19 días con respecto al cormo, rebrote entero, planta de cultivo
in vitro e hijo de espada con solo hojas filiformes, respectivamente
(Tabla V).
El número
de hojas a cosecha difirió (p=0,0444) entre los materiales de siembra.
El rebrote entero presentó la mayor cantidad y el cormo y la planta in
vitro la menor. No fue posible determinar diferencias estadísticas
(p>0,2979) en el peso del racimo, el número de manos y de frutos (Tabla
VI). No obstante, los racimos provenientes de cultivo in vitro
y de hijos espada fueron en promedio 1,4 kg más pesados que aquellos
provenientes de cormos o de plantas de rebrote entero (Tabla
VI).
El grosor y el largo del fruto central de la fila externa no presentaron diferencias
entre los materiales de siembra (Tabla
VII; P>0,0899 y Tabla
VIII; p>0,2574; respectivamente).
Dadas las estrategias de producción basadas en un alto número
de plantas por hectárea y en la renovación de la plantación
luego de cada ciclo de cultivo, es necesario contar con una gran cantidad de
semilla uniforme. Bajo este concepto, la producción de material de siembra
vegetativo originado en la misma plantación sería la opción
más atractiva, toda vez que las plántulas de cultivo in vitro
son poco usadas en este cultivo, principalmente debido a su disponibilidad y
costo y a expresión del virus del estriado del banano (BSV). Este virus
se encuentra naturalmente integrado al genoma de muchas musáceas sin
expresar síntomas (18, 19), pero la técnica de micropropagación
influye en su transcripción de la forma integrada a episomal (partícula
infecciosa) provocando la expresión de síntomas y produciendo
plantas enfermas (20).
Ante tal perspectiva, el uso de cormos como material de siembra no sería
la mejor alternativa en épocas lluviosas, toda vez que se deteriora rápidamente
y la resiembra con material del mismo origen provoca desuniformidad en la plantación,
además de una menor precocidad, que junto a las plantas in vitro,
presentó dicho material en este estudio. A pesar de ello, su uso, básicamente
por ser el material más conocido y trabajado por los agricultores, estaría
restringido a épocas secas pero con humedad en el suelo.
Por el contrario y de acuerdo con los resultados obtenidos en este estudio,
tanto el hijo de espada con dos hojas verdaderas como el hijo de espada con
solo hojas filiformes presentaron un excelente comportamiento productivo con
la mayor precocidad y junto con las plantas in vitro, la mejor productividad.
Bajo condiciones de alta densidad de población la sombra que genera la
plantación reduce la expresión y el desarrollo de los hijos en
la unidad de producción, comportamiento que hace difícil hallar
en el momento de la renovación de la plantación de primer ciclo
material de siembra con estas características, situación que,
sin embargo, no ocurre en el caso de los hijos espada con solo hijos filiformes,
cuya presencia ocurre en mayor cantidad.
De esa manera ambos hijos, en especial aquel de solo hojas filiformes, sembrado
en forma directa en el campo sin la poda de hojas ni de raíces, serían
una alternativa productiva, no solo en épocas lluviosas, sino dentro
de las estrategias intensivas de producción de plátano, donde
la renovación se haría con material más uniforme y de fácil
obtención. Además su manipulación seria mínima,
así como su costo, ya que bastaría con su traslado desde el surco
de plantas en cosecha o cosechadas, al entresurco en renovación. A pesar
de que ambos hijos de espada tuvieron un mejor desempeño productivo que
el rebrote entero, este material también representa una alternativa de
siembra, máxime que ocurre en una alta cantidad en la cepa por lo que
puede originar plantaciones, al igual que los hijos espada, de una alta homogeneidad.
En estos materiales el uso de protectores a base de arcillas como la kaolinita
(no usados en este trabajo) brindaría una mejor protección del
material contra los efectos de la radiación solar y permitiría
una recuperación más rápida del mismo al estrés
pos trasplante, particularidad que también haría posible el trasplante
de hijos espada y de agua en épocas más secas.
CONCLUSIONES
El uso de cultivares,
en el caso de los plátanos del tipo Falso Cuerno, debe estar en función
de la orientación de mercado, ya sea con el uso de aquellos con racimos
de menor peso, pero con menos frutos de mayores dimensiones, ideales para el
mercado local o exportación como fruta fresca, o con racimos de mayor
peso pero con más frutos de menores dimensiones, con mayor oportunidad
para uso industrial. El fenotipo Hartón comprendió los cultivares
del primer grupo (Harón I y II, Tallo Verde I y II y Victor Julio) y
el fenotipo Dominico Hartón los del segundo (Cóbano, 7-Dominico
Hartón y 8- Maricongo).
El uso de hijos espada en siembra directa sin poda de hojas ni de raíces
representa una opción práctica y de bajo costo con la cual renovar
eficientemente luego de cada ciclo de cultivo plantaciones con alta demanda
de semilla. Esto tiene una relevancia especial cuando dicha renovación
debe hacerse en épocas de alta precipitación. Esta consideración
también es vinculante para el hijo de agua, material que aunque no alcanzó
el desempeño productivo de los hijos espada, es también una alternativa
viable en sistemas de manejo con alta densidad de población y renovación
de la plantación luego de cada ciclo de cultivo. Estos tres materiales
de siembra por su menor costo, mayor rusticidad y precocidad representan una
alternativa al uso de plantas in vitro y de cormos.
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Recibido: 7 de
noviembre de 2013
Aceptado: 10 de junio de 2014
Alfonso Vargas, Corporación Bananera Nacional, Apdo. 390-7210, Guápiles, Costa Rica. Email: alfvarga@corbana.co.cr